Apuntes - por Pilar Alonso
Parece que ésta o una frase similar fue la que pronunció J. Robert Oppenheimer en Los Álamos, cuando se probó por primera vez la bomba nuclear, el 16 de julio de 1945.
Oppenheimer (1904-1967), considerado el padre de la bomba atómica, era un científico neoyorkino de origen judío. Ante la creencia de que los nazis habían descubierto la fisión nuclear, se unió a un grupo de científicos, entre los que se encontraba el exiliado Einstein, para dirigir una carta al presidente Roosevelt alertándole sobre las repercusiones de dicho descubrimiento.
Oppenheimer (1904-1967), considerado el padre de la bomba atómica, era un científico neoyorkino de origen judío. Ante la creencia de que los nazis habían descubierto la fisión nuclear, se unió a un grupo de científicos, entre los que se encontraba el exiliado Einstein, para dirigir una carta al presidente Roosevelt alertándole sobre las repercusiones de dicho descubrimiento.
.
El presidente norteamericano decidió entonces financiar en secreto la investigación de nuevas armas en el que se llamó Proyecto Manhattan. Y Oppenheimer fue el encargado de coordinar los distintos trabajos. A tal fin decidió que lo mejor era reunir a todos los científicos, entre los que figuraban exiliados de Alemania o Italia, en un solo lugar. Y ese lugar fue Los Álamos, en Nuevo México.
Aunque cuando la bomba estuvo lista los nazis ya se habían rendido, Truman, el nuevo presidente, creyó necesario conocer el alcance de la nueva arma. Y se procedió a probarla en el Desierto Jornada del Muerto, a 90 kms de la base de la fuerza aérea en Alamogordo, Nuevo México.
Aunque cuando la bomba estuvo lista los nazis ya se habían rendido, Truman, el nuevo presidente, creyó necesario conocer el alcance de la nueva arma. Y se procedió a probarla en el Desierto Jornada del Muerto, a 90 kms de la base de la fuerza aérea en Alamogordo, Nuevo México.
Desde una distancia de 9 kms y mediante un mando a distancia, se accionó la bomba. Una bola de fuego verde, morada y finalmente blanca se elevó sobre una superficie de 1,5 kms, y formó una especie de hongo a unos 12 kms. del suelo. Produjo un cráter de 300 metros de diámetro y tres de profundidad. La tierra tembló, el efecto se dejó sentir en un radio de unos 160 kms y la torre de acero que había sostenido el artefacto desapareció. Seguramente fue entonces cuando Oppenheimer se dio cuenta de lo que implicaba aquella arma y pronunció esa frase: “Me he convertido en la Muerte, el destructor de mundos”.
En agosto de ese mismo año, Hiroshima y Nagasaki le daban la razón.
.
4 comentarios:
Todos los partidarios de la guerra como solución política tendrían que ver el documental "Trinity and Beyond" sobre la carrera atómica entre URSS y EEUU.
Y nos creemos dioses, cuando no somos más que motas de polvo.
Un saludo
En qué piensan los que accionan esos mandos, desde sus élites de poder, tan ajenos a la vida?
PD. le regalé La Caza, de Cussler, a mi padre el día 19 y ya se lo está acabando.
saludos!
No he visto el documental, Blas. Trataré de hacerme con él.
Gracias.
Mc, espero que le guste el libro.
Gracias por tu comentario.
Publicar un comentario