Apuntes - por Pilar Alonso
Tiberio, emperador de Roma tras la muerte de Augusto, gobernó desde el año 14 hasta el 37. No ha pasado a la historia por ser precisamente un emperador modelo y según parece su mandato estuvo marcado por la confusión, la inactividad y la desconfianza.
Pasó gran parte de su gobierno alejado de Roma, primero en Rodas, luego en Campania y finalmente en la isla de Capri, y descargó gran parte de su tarea en Sejano, el jefe de su guardia pretoriana, un personaje infame, al decir de la mayoría.
Alejado o no de la Urbs, en el año 19 promulgó un edicto en el que se prohibían los besos. Al parecer era costumbre extendida entre los romanos besarse como forma de saludo, y el emperador distinguía así a sus ciudadanos preeminentes. Pero aquel año hubo un brote de sicosis, una enfermedad inflamatoria de la piel que afecta a los folículos pilosos, especialmente en la barba, y provoca erupciones bastante desagradables.
Así es que Tiberio, que era un poco maniático y que tenía además un cutis delicado, prohibió los besos. De esa manera evitó honrar con un ósculo a aquellos a los que se sentía obligado a besar, por si eran portadores de la enfermedad y podían contagiársela.
No sé cuánto tiempo duró dicha prohibición, pero seguro que la historia se perdió un buen puñado de besos.
Pasó gran parte de su gobierno alejado de Roma, primero en Rodas, luego en Campania y finalmente en la isla de Capri, y descargó gran parte de su tarea en Sejano, el jefe de su guardia pretoriana, un personaje infame, al decir de la mayoría.
Alejado o no de la Urbs, en el año 19 promulgó un edicto en el que se prohibían los besos. Al parecer era costumbre extendida entre los romanos besarse como forma de saludo, y el emperador distinguía así a sus ciudadanos preeminentes. Pero aquel año hubo un brote de sicosis, una enfermedad inflamatoria de la piel que afecta a los folículos pilosos, especialmente en la barba, y provoca erupciones bastante desagradables.
Así es que Tiberio, que era un poco maniático y que tenía además un cutis delicado, prohibió los besos. De esa manera evitó honrar con un ósculo a aquellos a los que se sentía obligado a besar, por si eran portadores de la enfermedad y podían contagiársela.
No sé cuánto tiempo duró dicha prohibición, pero seguro que la historia se perdió un buen puñado de besos.
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Ostras, qué curiosas me han parecido siempre estas prohibiciones desde la corona, el emperador o lo alto, vamos. Siempre he oído esa historia de FUCK (fornication under the consention of the King), me propuse enterarme mejor para hacer una entrada, quizás un día, pero... ¿No es increible? ¿A qué personas iba dirigida esa norma? ¿Es de Enrique VIII, no?
ResponderEliminarBueno, perdona por salirme del tema. Tiberio es conocido también, para los cristianos, como el César de la época en la que se basan los Evangelios, vamos, la etapa de predicación de Jesús.
Pues no tengo ni idea, Julián, pero según leí hace unos años, era más una leyenda que una realidad (me refiero a lo de Fornication Under de Consention of the King). Pero vete tú a saber!
ResponderEliminarBueno, teniendo en cuenta lo chismoso que era Suetonio y la ojeriza que le tiene a los césares (sus biografías de Tiberio, Calígula y Nerón hay que leerlas entre líneas), me tomaría con relativa distancia lo del beso y demás. Porque aunque hay una causa médica en su medida, el bueno de Suetonio suele cargar las tintas. Qué mala imagen de Tiberio nos ha dejado...
ResponderEliminarSupongo que es cierto, aún no he leido a Suetonio. De todos modos, la anécdota parece provenir de Plinio el Viejo.
ResponderEliminarClaro que, teniendo en cuenta la influencia que dicen que tuvo sobre Suetonio,supongo que lo mismo da.
Jejeje, qué se puede esperar de un curioso impenitente como Plinio, capaz de morir asfixiado con los gases de la erupción del Vesubio sólo por no perderse un espectáculo de esa naturaleza...
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