Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en http://www.ciberanika.com/
Editorial Pàmies. Octubre 2009
Género: Novela histórica
379 páginas
1281. Alfonso X el Sabio recibe en Sevilla la noticia de la sublevación de su hijo Sancho, al que se le han unido la mayoría de los nobles.
Entretanto, en el scriptorium, donde copistas y miniaturistas dan vida a la ingente labor literaria del monarca, han desaparecido dos valiosos volúmenes.
La ira del rey, al que muchos consideran viejo y débil, estallará y aquellos que se hayan atrevido a enfrentarse a él deberán pagar las consecuencias.
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Editorial Pàmies. Octubre 2009
Género: Novela histórica
379 páginas
1281. Alfonso X el Sabio recibe en Sevilla la noticia de la sublevación de su hijo Sancho, al que se le han unido la mayoría de los nobles.
Entretanto, en el scriptorium, donde copistas y miniaturistas dan vida a la ingente labor literaria del monarca, han desaparecido dos valiosos volúmenes.
La ira del rey, al que muchos consideran viejo y débil, estallará y aquellos que se hayan atrevido a enfrentarse a él deberán pagar las consecuencias.
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Alfonso X el Sabio, también conocido como el Astrólogo, es el protagonista de esta novela. Y al igual que la vida del monarca, también el libro plantea dos hilos argumentales.
Uno de ellos tiene que ver con su faceta como político: alianzas y batallas, la traición de su hijo Sancho, rebeliones, cuestiones de Estado. La otra, en cambio, explora su otra vida, la que le valió sus dos sobrenombres. Porque una de las cosas por las que más es conocido el personaje de Alfonso X es por su labor literaria y científica. No sólo escribió multitud de textos, entre ellos libros jurídicos, de Historia, de Astronomía o de juegos (el ajedrez o las damas entre ellos), sino que además hizo traducir a la lengua romance obras del hebreo, el árabe o el latín, en la que se fue conocida como la Escuela de Traductores de Toledo.
Así, tenemos dos hilos: en uno el protagonista es el propio Alfonso y sus cuitas como monarca. En el otro, el protagonista es el scriptorium donde se dan cita los copistas, traductores, miniaturistas y dibujantes, y de donde han desaparecido dos importantes obras. Aunque en ningún momento se pierden de vista, ambos hilos se desarrollan de forma más o menos independiente, con personajes y ritmos desiguales.
La novela está magníficamente trabajada en la parte documental. Es loable la labor de investigación de José Guadalajara para esta obra, donde no sólo figuran hechos más o menos conocidos o de fácil acceso, sino donde también tienen cabida anécdotas o hechos menores que denotan un cuidado por el detalle que se agradece.
Pese a las evidentes virtudes que adornan este trabajo, a mí particularmente el ritmo se me ha hecho un poco lento y algo repetitivo. Situaciones muy similares se suceden unas a otras tratando de crear una tensión que, lejos de intensificarse, se va diluyendo entre tantas vueltas sobre la misma cuestión. Habría agradecido algo más de agilidad, porque lo cierto es que el tema es de lo más atractivo.
Y no sólo eso. El autor ha sabido lograr una ambientación exquisita, donde no se han descuidado ni los diálogos ni los detalles, pero no es una historia fluida, a veces se atasca y retrocede para seguir avanzando y a veces pormenoriza tanto sobre alguna cuestión que el ritmo se resiente, así es que la lectura resulta bastante desigual entre unos pasajes y otros.
Recomendable para quien quiera conocer un poco más la figura de Alfonso X.
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Uno de ellos tiene que ver con su faceta como político: alianzas y batallas, la traición de su hijo Sancho, rebeliones, cuestiones de Estado. La otra, en cambio, explora su otra vida, la que le valió sus dos sobrenombres. Porque una de las cosas por las que más es conocido el personaje de Alfonso X es por su labor literaria y científica. No sólo escribió multitud de textos, entre ellos libros jurídicos, de Historia, de Astronomía o de juegos (el ajedrez o las damas entre ellos), sino que además hizo traducir a la lengua romance obras del hebreo, el árabe o el latín, en la que se fue conocida como la Escuela de Traductores de Toledo.
Así, tenemos dos hilos: en uno el protagonista es el propio Alfonso y sus cuitas como monarca. En el otro, el protagonista es el scriptorium donde se dan cita los copistas, traductores, miniaturistas y dibujantes, y de donde han desaparecido dos importantes obras. Aunque en ningún momento se pierden de vista, ambos hilos se desarrollan de forma más o menos independiente, con personajes y ritmos desiguales.
La novela está magníficamente trabajada en la parte documental. Es loable la labor de investigación de José Guadalajara para esta obra, donde no sólo figuran hechos más o menos conocidos o de fácil acceso, sino donde también tienen cabida anécdotas o hechos menores que denotan un cuidado por el detalle que se agradece.
Pese a las evidentes virtudes que adornan este trabajo, a mí particularmente el ritmo se me ha hecho un poco lento y algo repetitivo. Situaciones muy similares se suceden unas a otras tratando de crear una tensión que, lejos de intensificarse, se va diluyendo entre tantas vueltas sobre la misma cuestión. Habría agradecido algo más de agilidad, porque lo cierto es que el tema es de lo más atractivo.
Y no sólo eso. El autor ha sabido lograr una ambientación exquisita, donde no se han descuidado ni los diálogos ni los detalles, pero no es una historia fluida, a veces se atasca y retrocede para seguir avanzando y a veces pormenoriza tanto sobre alguna cuestión que el ritmo se resiente, así es que la lectura resulta bastante desigual entre unos pasajes y otros.
Recomendable para quien quiera conocer un poco más la figura de Alfonso X.
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