Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com
Plaza&Janés, Junio 2010
Género: Novela
350 páginas
Año 1665. Port Royal, Jamaica.
A Port Royal, ciudad peligrosa y plagada de corsarios, llega la noticia de que un galeón español, El Trinidad, perdido durante una tormenta, se encuentra atracado en el puerto de Matanceros, una inexpugnable fortaleza española.
El capitán Charles Hunter, con el beneplácito del gobernador de Jamaica, organizará una expedición para capturar el navío cargado de tesoros.
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A Port Royal, ciudad peligrosa y plagada de corsarios, llega la noticia de que un galeón español, El Trinidad, perdido durante una tormenta, se encuentra atracado en el puerto de Matanceros, una inexpugnable fortaleza española.
El capitán Charles Hunter, con el beneplácito del gobernador de Jamaica, organizará una expedición para capturar el navío cargado de tesoros.
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.Durante años Port Royal (Jamaica) fue, junto a la isla Tortuga, refugio de piratas y corsarios. Hoy es una pequeña comunidad de poco más de 2.000 habitantes, sin ninguna importancia estratégica, comercial o política. Los terremotos, los huracanes y los incendios acabaron con ella. O, según algunos, fue la cólera de Dios la que decidió hundirla para castigarla por sus pecados.
Tabernas y burdeles se alineaban a ambos lados de calles embarradas, por donde trasegaban el vicio, la sangre y el oro. Y es en aquella mítica ciudad donde se inicia esta historia. Una historia que, todo hay que decirlo, se descubrió en el ordenador de Crichton tras su muerte, junto a otros trabajos inacabados que buscan una pluma que los culmine.
La novela cuenta con todos los ingredientes del género: grandes tesoros, persecuciones por el mar, batallas a cañonazos, el rescate de una dama, traiciones, indígenas caníbales, venganzas… e incluso un kraken, criatura mitológica similar a un calamar gigante. Para mi gusto demasiados ingredientes en una sola receta, pero la aventura es la aventura.
Y de eso hay mucho. La acción es trepidante, los diálogos vivos, los personajes fascinantes, la tensión palpable… en resumen, una novela que te atrapa y te sumerge en un mundo que te resulta familiar pero que nunca te cansas de visitar.
La ambientación real, algunos personajes históricos que aparecen de refilón y un epílogo que nos cuenta qué fue de los personajes tras aquella aventura, consiguen que la historia resulte auténtica, verosímil.
Latitudes piratas es una mezcla entre Verne y Stevenson que se lee con deleite, casi con obsesión. Para los aficionados a las novelas de aventuras o de piratas, una excelente elección.
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Tabernas y burdeles se alineaban a ambos lados de calles embarradas, por donde trasegaban el vicio, la sangre y el oro. Y es en aquella mítica ciudad donde se inicia esta historia. Una historia que, todo hay que decirlo, se descubrió en el ordenador de Crichton tras su muerte, junto a otros trabajos inacabados que buscan una pluma que los culmine.
La novela cuenta con todos los ingredientes del género: grandes tesoros, persecuciones por el mar, batallas a cañonazos, el rescate de una dama, traiciones, indígenas caníbales, venganzas… e incluso un kraken, criatura mitológica similar a un calamar gigante. Para mi gusto demasiados ingredientes en una sola receta, pero la aventura es la aventura.
Y de eso hay mucho. La acción es trepidante, los diálogos vivos, los personajes fascinantes, la tensión palpable… en resumen, una novela que te atrapa y te sumerge en un mundo que te resulta familiar pero que nunca te cansas de visitar.
La ambientación real, algunos personajes históricos que aparecen de refilón y un epílogo que nos cuenta qué fue de los personajes tras aquella aventura, consiguen que la historia resulte auténtica, verosímil.
Latitudes piratas es una mezcla entre Verne y Stevenson que se lee con deleite, casi con obsesión. Para los aficionados a las novelas de aventuras o de piratas, una excelente elección.
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