jueves, 8 de septiembre de 2011

Los herejes de Oxford - S. J. Parris

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en http://www.ciberanika.com/

Grijalbo, Junio 2011
Género: Novela
458 páginas


Siglo XVI. Giordano Bruno, astrónomo y filósofo, llega a la Universidad de Oxford para asistir a un debate sobre sus nuevas teorías cosmológicas. La ciudad universitaria es un hervidero de secretos e intrigas relacionadas con las luchas entre protestantes y católicos.

Poco después de su llegada tiene lugar un crimen atroz y Giordano Bruno se verá inmerso en una peligrosa investigación para esclarecer los hechos.
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Isabel I de Inglaterra ascendió al trono en el año 1558, tras la muerte de su hermanastra María I. Ambas eran hijas de Enrique VIII, famoso por decapitar a sus esposas. María I, como nieta que era de los Reyes Católicos, abolió las reformas religiosas de su padre e instauró el catolicismo como religión oficial. Las persecuciones que se llevaron a cabo contra los protestantes bajo su reinado le valieron el sobrenombre de María la Sanguinaria.

A su fallecimiento el proceso fue el inverso. Isabel I instauró el protestantismo como religión oficial, deseosa de alejarse de la influencia de Roma, y la persecución fue en este caso contra los católicos, sólo que ella fue conocida como La Reina Virgen o La Buena Reina Bess, cosas de la Historia y de quienes la escriben.

Los ingleses, o al menos aquellos que contaran con algún tipo de poder o influencia, se vieron obligados a firmar el Acta de la Supremacía, por la que se reconocía la supremacía de la corona sobre la iglesia anglicana. Aquellos que se negaron debieron partir para el exilio y los que continuaron practicando el catolicismo en la clandestinidad fueron duramente perseguidos y castigados. De aquellos tiempos son muchos de los escondites disimulados en el interior de las mansiones inglesas para esconder a los perseguidos.

Esta novela se desarrolla en los años ochenta del siglo XVI en la Universidad de Oxford, y la trama tiene mucho que ver con los hechos que acabo de mencionar. Los profesores, que a fin de cuentas eran quienes iban a forjar a los gobernantes del mañana, estaban continuamente sometidos a vigilancia para detectar cualquier desviación de componente religioso que pudiera poner en peligro la estabilidad del reino.

Y ahí es donde va a aterrizar Giordano Bruno, ex religioso, filósofo y astrónomo italiano, peleado por igual con católicos y protestantes. Con los católicos por leer libros prohibidos (la Inquisición le seguía la pista), con los protestantes de Calvino por atreverse a poner en entredicho algunas de sus teorías, y con todos en general por sus atrevidas afirmaciones acerca del funcionamiento del cosmos, de la infinitud del Universo y del heliocentrismo defendido por Copérnico, que establecía que los astros giraban alrededor del sol y no al revés. Sus teorías y su arrogancia lo llevarían a la hoguera en el 1600, pero mientras tanto fue un personaje controvertido donde los haya, que llegó a Inglaterra como embajador del rey francés en 1583 y poco después a Oxford para impartir algunas clases sobre sus teorías cosmológicas.

La atmósfera que compartió con sus contemporáneos durante su estancia en Oxford no debió ser muy distinta a como nos la describe S.J. Parris en esta novela. Los protestantes desconfiaban de él porque, en definitiva, era un católico, por mucho que se hubiese alejado de los hábitos y se hubiese puesto precio a su cabeza. Y los católicos, que aún quedaban algunos, por la traición a sus principios y por su proximidad política con los protestantes. Y él, a quien le daba igual cómo quisieran llamar a Dios, sólo vivía para su ciencia y para su trabajo y su única ambición era demostrar sin ningún género de duda que sus postulados eran ciertos.

La autora narra esta historia en primera persona y es la voz del propio Giordano Bruno quien nos la cuenta. Sus inicios en el seno de la comunidad religiosa de los dominicos y de cómo huyó de allí al ser descubierto leyendo libros prohibidos en el escusado, para pasar directamente a Londres en el año 1583, a punto de dirigirse hacia Oxford. Por si la historia de su estancia en la prestigiosa universidad no fuese ya lo bastante atractiva, la autora introduce una serie de crímenes como reclamo, que la prestigiosa y analítica mente del italiano se encargará de resolver.
El ejercicio no carece de interés. Por un lado tenemos una atmósfera real con los problemas religiosos de la época y unas teorías científicas que, aunque no del todo desarrolladas, ilustran muy bien por dónde iban los tiros en cuanto a la vertiente científica del personaje. Por el otro tenemos una trama de suspense al más puro estilo policíaco, con asesinatos macabros, conspiraciones y algún lío de faldas. El cóctel, créanme, no carece de atractivo.

El inicio resulta un tanto confuso, ya que en una sola escena se nos presentan casi todos los personajes que van a desfilar por el libro. Hasta que uno averigua quién es quién, y el puesto que ocupa en la universidad, cuesta un poco ubicarse. Pero, como las intrigas no cesan de sucederse unas a otras, nos vemos arrastrados por la trama cuyo suspense va in crescendo a medida que se suceden las páginas.

La resolución del misterio puede resultar un tanto simple, según el gusto de cada lector, pero no hay duda de que el entramado está muy trabajado y que la ambientación es exquisita. Los personajes son coherentes y los diálogos ágiles. Todos esos ingredientes perfilan una novela dinámica y entretenida, una recreación histórica cuidada al detalle que nos transportará al ambiente opresivo de una universidad en la que lo más peligroso es lo que piensas.
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