Apuntes - por Pilar Alonso
Poco podía imaginar H.G. Wells (1866-1946) que una de sus novelas, concretamente La guerra de los mundos, iba a causar estragos cuarenta años después de su publicación. La novela, ambientada en el Londres de principios del XX, narra la invasión de la Tierra por parte de una serie de naves extraterrestres, la evacuación de la ciudad y el enfrentamiento contra los alienígenas.
Pues bien, la noche del 30 de Octubre de 1938 la CBS decidió adaptar la novela a un programa radiofónico. En un momento en que no existían equipos de televisión, la mayoría de la gente se reunía alrededor de los aparatos de radio para escuchar sus programas favoritos. Antes de iniciar la retransmisión, que se hizo como si se tratase de un boletín de noticias, el programa avisó de que se trataba de la dramatización de una novela de ciencia ficción.
Pero, claro, no todo el mundo estuvo ahí desde el inicio y, los que pusieron la radio cuando el programa ya había comenzado, se llevaron el mayor susto de su vida. Orson Welles retransmitía en directo lo que parecía ser la invasión de la Tierra por los marcianos, cuya primera nave había aterrizado en New Jersey, todo escenificado hasta el detalle. Y todos sabemos que su talento como actor era innegable.
Muchos ciudadanos, presas del pánico, cogieron sus más valiosas pertenencias y se echaron a la calle, tratando de abandonar sus ciudades, especialmente en New Jersey y New York, sin saber muy bien hacia dónde dirigirse, convencidos de que los alienígenas los atacaban y que el fin del mundo había llegado. Otros se encerraron en sus sótanos, armados hasta los dientes y hubo incluso quienes trataron de improvisar máscaras de gas para defenderse del ataque de los marcianos. Se bloquearon las emisoras de noticias y los teléfonos de la policía, saturados por las llamadas de los asustados radioyentes que pedían confirmación de lo que parecía estar sucediendo.
Fue un gran escándalo y Orson Welles tuvo que pedir disculpas públicamente. Pero me pregunto qué nuevas pesadillas nacieron aquella noche, entre aquellos que, durante unos minutos o unas horas, creyeron que el fin del mundo estaba al otro lado de su puerta.
Pues bien, la noche del 30 de Octubre de 1938 la CBS decidió adaptar la novela a un programa radiofónico. En un momento en que no existían equipos de televisión, la mayoría de la gente se reunía alrededor de los aparatos de radio para escuchar sus programas favoritos. Antes de iniciar la retransmisión, que se hizo como si se tratase de un boletín de noticias, el programa avisó de que se trataba de la dramatización de una novela de ciencia ficción.
Pero, claro, no todo el mundo estuvo ahí desde el inicio y, los que pusieron la radio cuando el programa ya había comenzado, se llevaron el mayor susto de su vida. Orson Welles retransmitía en directo lo que parecía ser la invasión de la Tierra por los marcianos, cuya primera nave había aterrizado en New Jersey, todo escenificado hasta el detalle. Y todos sabemos que su talento como actor era innegable.
Muchos ciudadanos, presas del pánico, cogieron sus más valiosas pertenencias y se echaron a la calle, tratando de abandonar sus ciudades, especialmente en New Jersey y New York, sin saber muy bien hacia dónde dirigirse, convencidos de que los alienígenas los atacaban y que el fin del mundo había llegado. Otros se encerraron en sus sótanos, armados hasta los dientes y hubo incluso quienes trataron de improvisar máscaras de gas para defenderse del ataque de los marcianos. Se bloquearon las emisoras de noticias y los teléfonos de la policía, saturados por las llamadas de los asustados radioyentes que pedían confirmación de lo que parecía estar sucediendo.
Fue un gran escándalo y Orson Welles tuvo que pedir disculpas públicamente. Pero me pregunto qué nuevas pesadillas nacieron aquella noche, entre aquellos que, durante unos minutos o unas horas, creyeron que el fin del mundo estaba al otro lado de su puerta.
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fabuloso recordatorio Pilar, un momento impactante para las personas que escucharon ese programa, que es un ícono de la ciencia ficción de todos los tiempos, muy buen momento...
ResponderEliminarEpisodios como este son los que nos advierten, a los que trabajamos como periodistas, de la enorme influencia que podemos llegar a tener sobre nuestros oyentes, lectores o telespectadores. Bien es cierto qe era otra época, pero hoy día también tenemos la obligación de NO ALARMAR en cualquiera de los sentidos, y suscribo el argumento que da Michael Moore en "Bowling for Coloumbine" acera de la cultura del terror que se gesta en las redacciones de informativos.
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