martes, 6 de marzo de 2012

La casa de la seda. La nueva novela de Sherlock Holmes - Anthony Horowitz

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en http://www.ciberanika.com/

Suma de Letras, Noviembre 2011
Género: novela
390 páginas


Un año después de la muerte de Sherlock Holmes, el doctor Watson escribe el que fuera uno de sus casos más enrevesados, que en su momento fue imposible relatar a causa del escándalo que habrían provocado. Watson guarda el manuscrito en una cámara acorazada con la intención de que sea abierta cien años más tarde.

En 1890, Holmes y Watson reciben la visita de un caballero que asegura que alguien le está siguiendo. Mientras investigan el misterio que rodea el caso, tropiezan con una contraseña secreta: “La casa de la Seda”, que pondrá en grave peligro al famoso detective.
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Que Sherlock Holmes es el mejor detective de ficción de la literatura no es ningún secreto. Su creador, Sir Arthur Conan Doyle, nos dejó cerca de sesenta aventuras que así lo demuestran. Por desgracia, los hombres somos mortales y tras el fallecimiento de Conan Doyle su famoso detective dejó también de existir. Al menos hasta ahora.

Anthony Horowitz, guionista y escritor de novela juvenil, ha decidido tomar el relevo, y el resultado es de lo más convincente.

La novela se inicia del mismo modo en el que Conan Doyle comenzaba sus historias: con Watson como narrador, solo que este Watson es ya casi un anciano y Holmes ya está muerto. La estrategia del autor consiste en hacer que el doctor saque un antiguo caso que no se publicó en su momento por las repercusiones que pudiera haber tenido, y porque era demasiado escandaloso. De ese modo se justifica de forma creíble el regreso de la famosa pareja al 221B de Baker Street.

Anthony Horowitz demuestra ser un gran conocedor de la obra de Conan Doyle, pues su novela no solo imita el estilo, el planteamiento, el tempo y el ritmo, sino que introduce detalles de casos anteriores, personajes y situaciones que los fans de Holmes reconocerán de inmediato. Los más evidentes son el profesor Moriarty, el hermano de Sherlock (Mycroft), el inspector Lestrade o los Irregulares, esa panda de golfillos londinenses que ejercían de ayudantes de Holmes. Esas referencias actúan como nexo de unión entre esta novela y las antiguas aventuras de Doyle, dotándola de cierta sensación de continuidad que resulta de lo más apropiada. El tiempo, en realidad, no parece haber discurrido entre una y otras, y a poco que uno se deje llevar creerá estar ante una obra inédita del famoso escritor de misterio. Para mí es el mayor logro de este libro.

Al inicio de esta novela, el doctor Watson recuerda cómo se conocieron él y Holmes, y cómo comenzaron a compartir vivienda, unos hechos que se narran con detalle en Estudio en escarlata, la primera de las aventuras escritas por Conan Doyle. De ese modo, aquellos que no conocen la obra original pueden saber a grandes rasgos cómo se inició la amistad entre los dos hombres.

A continuación llega la habitual visita al domicilio del detective, la que abre casi todos sus casos: alguien se presenta con un misterio y Holmes se presta a investigarlo. Desde ahí hasta el final, el argumento se desarrolla según los parámetros de Conan Doyle, con la salvedad de que este Watson nos proporciona una cantidad mayor de información, relacionada en su mayor parte con el Londres de la época.

La gran capacidad deductiva de Holmes no ha perdido ni un ápice de su genialidad, y en esta novela vuelve a brillar con todo su esplendor.

Reconozco que tomar el relevo de Conan Doyle y resucitar a sus personajes no es una tarea fácil. Es más, posiblemente a los puristas la novela no les haya convencido por algún motivo. Pero para los fans de a pie, para los que disfrutamos una y otra vez con las aventuras de Sherlock Holmes, es un reencuentro gozoso y largo tiempo esperado.
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