Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com
Plaza&Janés, Junio 2011
Género: Novela
558 páginas
Siendo niña, Julia Forrester pasaba los veranos en Wharton Park, haciendo compañía a su abuelo en los invernaderos de la finca, donde éste cultivaba orquídeas provenientes de países lejanos.
Años después, tras sufrir una pérdida devastadora, Julia regresa a los escenarios que marcaron su infancia, a la mansión de Wharton Park que su actual dueño, Kit Crawford, se ve en la obligación de vender.
El hallazgo de un diario en las dependencias de los criados suscita un montón de preguntas, que sólo la abuela de Julia, antigua doncella de la mansión, es capaz de contestar.
Y para ello deberá remontarse a los años treinta y a la Segunda Guerra Mundial, una época en la que las vidas de amos y criados, separadas por las diferencias de clase, se entrelazan en una historia de intimidades y secretos.
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Años después, tras sufrir una pérdida devastadora, Julia regresa a los escenarios que marcaron su infancia, a la mansión de Wharton Park que su actual dueño, Kit Crawford, se ve en la obligación de vender.
El hallazgo de un diario en las dependencias de los criados suscita un montón de preguntas, que sólo la abuela de Julia, antigua doncella de la mansión, es capaz de contestar.
Y para ello deberá remontarse a los años treinta y a la Segunda Guerra Mundial, una época en la que las vidas de amos y criados, separadas por las diferencias de clase, se entrelazan en una historia de intimidades y secretos.
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El secreto de la orquídea es una de esas sagas familiares que te atrapan sin remedio, y que comienza con una leyenda ambientada en Siam que tendrá cierta relevancia para la historia.
Ésta se inicia en la actualidad, en Inglaterra. Julia, una famosa concertista de piano afincada en Francia ha perdido a su marido y a su hijo en un terrible accidente de tráfico y lucha por sobreponerse. Para ello se desplaza hasta Norfolk, Inglaterra, el lugar en el que creció. Allí recuerda sus veranos junto a su abuelo en Wharton Park, una mansión aristocrática en la que él trabajaba como jardinero. La propiedad está ahora a la venta, ya que su último dueño, Kit Crawford, no puede mantenerla.
Julia visitará a su abuela y ésta le relatará la historia de la casa en la que sirvió como doncella en los años treinta. A partir de ese momento, la historia avanzará en dos direcciones. Por un lado tenemos la propia historia de Julia y por el otro la que está ligada a los señores de la casa, los Crawford. Las trayectorias de criados y señores se van a entrelazando para formar una trama absorbente y llena de misterios que se irán desvelando a su debido tiempo.
Sin duda la parte más interesante es la que se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial y los años posteriores. Por un lado desde el punto de vista de la propia mansión y de sus habitantes, que tuvieron que adaptarse a los tiempos de guerra y en el que las mujeres cobran una especial relevancia. Por otro lado, la guerra en el Pacífico, donde el protagonista es liberado de un campo de prisioneros en Tailandia y permanece allí durante un tiempo mientras se recupera, una estancia que será crucial para todos.
Todos los personajes están ligados de una u otra forma a la propiedad de Wharton Park, un lugar que se convierte así en un personaje más, influyendo en quienes la habitan y moldeando los destinos de todos.
La trama no carece de atractivo y el ritmo es lo bastante ágil como para que la lectura resulte fluida. Pero la autora, tratando de sorprender al lector, introduce en el último tercio del libro un par de giros inesperados y un golpe de efecto para mi gusto totalmente innecesario. La historia ya resultaba lo bastante interesante como para cautivarnos sin necesidad de rizar el rizo y de complicar una trama que ya disponía de suficientes ingredientes.
La novela cuenta con otros aspectos interesantes, como el movimiento feminista de los años treinta y cuarenta, el papel cada vez más relevante de la mujer, el sentido del deber de las clases privilegiadas, la acusada estratificación social y un conjunto de temas menores que ilustran muy bien la época en cuestión y que van explorándose a medida que avanzan las trayectorias de sus protagonistas.
Una historia evocadora, emotiva y apasionante.
Ésta se inicia en la actualidad, en Inglaterra. Julia, una famosa concertista de piano afincada en Francia ha perdido a su marido y a su hijo en un terrible accidente de tráfico y lucha por sobreponerse. Para ello se desplaza hasta Norfolk, Inglaterra, el lugar en el que creció. Allí recuerda sus veranos junto a su abuelo en Wharton Park, una mansión aristocrática en la que él trabajaba como jardinero. La propiedad está ahora a la venta, ya que su último dueño, Kit Crawford, no puede mantenerla.
Julia visitará a su abuela y ésta le relatará la historia de la casa en la que sirvió como doncella en los años treinta. A partir de ese momento, la historia avanzará en dos direcciones. Por un lado tenemos la propia historia de Julia y por el otro la que está ligada a los señores de la casa, los Crawford. Las trayectorias de criados y señores se van a entrelazando para formar una trama absorbente y llena de misterios que se irán desvelando a su debido tiempo.
Sin duda la parte más interesante es la que se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial y los años posteriores. Por un lado desde el punto de vista de la propia mansión y de sus habitantes, que tuvieron que adaptarse a los tiempos de guerra y en el que las mujeres cobran una especial relevancia. Por otro lado, la guerra en el Pacífico, donde el protagonista es liberado de un campo de prisioneros en Tailandia y permanece allí durante un tiempo mientras se recupera, una estancia que será crucial para todos.
Todos los personajes están ligados de una u otra forma a la propiedad de Wharton Park, un lugar que se convierte así en un personaje más, influyendo en quienes la habitan y moldeando los destinos de todos.
La trama no carece de atractivo y el ritmo es lo bastante ágil como para que la lectura resulte fluida. Pero la autora, tratando de sorprender al lector, introduce en el último tercio del libro un par de giros inesperados y un golpe de efecto para mi gusto totalmente innecesario. La historia ya resultaba lo bastante interesante como para cautivarnos sin necesidad de rizar el rizo y de complicar una trama que ya disponía de suficientes ingredientes.
La novela cuenta con otros aspectos interesantes, como el movimiento feminista de los años treinta y cuarenta, el papel cada vez más relevante de la mujer, el sentido del deber de las clases privilegiadas, la acusada estratificación social y un conjunto de temas menores que ilustran muy bien la época en cuestión y que van explorándose a medida que avanzan las trayectorias de sus protagonistas.
Una historia evocadora, emotiva y apasionante.
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1 comentario:
Me encantan las sagas familiares, son de mi género favorito y esta creo que no la conocía pero me la apunto, seguro que me gusta
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