Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en http://www.ciberanika.com/
Grijalbo, Marzo 2011
Género: Novela
286 páginas
NOVELA GANADORA DEL III PREMIO CajaGRANADA DE NOVELA HISTÓRICA
Grijalbo, Marzo 2011
Género: Novela
286 páginas
NOVELA GANADORA DEL III PREMIO CajaGRANADA DE NOVELA HISTÓRICA
Gonzalo Guerrero es un soldado al servicio de España. Tras participar en las guerras de Nápoles decide embarcarse con destino al Nuevo Mundo para hacer fortuna. Una vez allí, trabaja a las órdenes de Francisco Hernández de Córdoba cazando indios para convertirlos en esclavos.
Un día, el barco en el que viaja naufraga frente a las costas de Yucatán y ocho supervivientes, incluido Gonzalo, arriban a la orilla, donde serán capturados por un grupo de guerreros mayas.
Los más fuertes serán sacrificados en el altar de los dioses y el resto trabajará como esclavos. Gonzalo Guerrero llegará a integrarse en la tribu y a convertirse en un guerrero que luchará contra los propios españoles por preservar su nuevo estilo de vida.
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Un día, el barco en el que viaja naufraga frente a las costas de Yucatán y ocho supervivientes, incluido Gonzalo, arriban a la orilla, donde serán capturados por un grupo de guerreros mayas.
Los más fuertes serán sacrificados en el altar de los dioses y el resto trabajará como esclavos. Gonzalo Guerrero llegará a integrarse en la tribu y a convertirse en un guerrero que luchará contra los propios españoles por preservar su nuevo estilo de vida.
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¿Héroe o traidor? Esa es la pregunta que suscita la lectura de este libro, una novela de aventuras centrada en el personaje histórico de Gonzalo Guerrero, que Alfonso Mateo-Sagasta ha desempolvado para el lector.
La historia del protagonista, aunque aderezada con una buena dosis de ficción, resulta fascinante. Un hombre acostumbrado a la crueldad de sus semejantes, primero en Nápoles y luego en el Nuevo Mundo, que acepta, no sin reparos, un nuevo orden de cosas entre los mayas, habituados a los sacrificios humanos y al canibalismo. La evolución del personaje, del rechazo a la aceptación y de ahí a la integración, está perfectamente trabajada, hasta el punto que resulta comprensible que cuando Jerónimo Aguilar, el otro superviviente del naufragio, acuda a él para decirle que los españoles vienen a rescatarlo, se niegue a marcharse.
El retrato que Mateo-Sagasta pinta sobre la cultura maya es estremecedor y apasionante. Su código de honor, sus costumbres, su forma de vida, sus creencias… todo está cuidado al detalle y conforma un fresco de lo más vívido.
La novela cuenta con algunas escenas espectaculares, como cuando narra el enfrentamiento contra los mexicas que, aunque ficticio, sirve al autor para plasmar la belleza plástica de aquellos fabulosos guerreros guarnecidos de penachos de plumas y armaduras doradas, del sonido de sus tambores o de los gritos de guerra, y de los rituales que preceden a la batalla, absolutamente escalofriantes.
Con una prosa directa, unos personajes magníficos, una excelente ambientación, y en pocas páginas, Mateo-Sagasta es capaz de introducirnos en un fabuloso viaje sin retorno, en una increíble aventura sobre el respeto y la dignidad.
Gonzalo Guerrero, ¿héroe o traidor? Juzguen ustedes mismos. Les prometo que el proceso resulta cautivador.
La historia del protagonista, aunque aderezada con una buena dosis de ficción, resulta fascinante. Un hombre acostumbrado a la crueldad de sus semejantes, primero en Nápoles y luego en el Nuevo Mundo, que acepta, no sin reparos, un nuevo orden de cosas entre los mayas, habituados a los sacrificios humanos y al canibalismo. La evolución del personaje, del rechazo a la aceptación y de ahí a la integración, está perfectamente trabajada, hasta el punto que resulta comprensible que cuando Jerónimo Aguilar, el otro superviviente del naufragio, acuda a él para decirle que los españoles vienen a rescatarlo, se niegue a marcharse.
El retrato que Mateo-Sagasta pinta sobre la cultura maya es estremecedor y apasionante. Su código de honor, sus costumbres, su forma de vida, sus creencias… todo está cuidado al detalle y conforma un fresco de lo más vívido.
La novela cuenta con algunas escenas espectaculares, como cuando narra el enfrentamiento contra los mexicas que, aunque ficticio, sirve al autor para plasmar la belleza plástica de aquellos fabulosos guerreros guarnecidos de penachos de plumas y armaduras doradas, del sonido de sus tambores o de los gritos de guerra, y de los rituales que preceden a la batalla, absolutamente escalofriantes.
Con una prosa directa, unos personajes magníficos, una excelente ambientación, y en pocas páginas, Mateo-Sagasta es capaz de introducirnos en un fabuloso viaje sin retorno, en una increíble aventura sobre el respeto y la dignidad.
Gonzalo Guerrero, ¿héroe o traidor? Juzguen ustedes mismos. Les prometo que el proceso resulta cautivador.
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1 comentario:
Pues nada, me lo apunto. Me llamó la atención su portada, original, y alejada de la norma, y si encima la historia merece la pena, un libro diferente es.
Un saludo
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