jueves, 30 de septiembre de 2010

El reino de los muertos - Nick Drake

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com

Grijalbo, Julio 2010
Género: Novela
414 páginas



Egipto, 1324 a.C. Un joven inválido ha sido brutalmente maltratado y asesinado, y su cuerpo preparado para el ritual de la muerte. Poco después, una prostituta correrá la misma suerte. Rahotep, investigador del reino, será quien se ocupe de esclarecer ambos asesinatos, que apuntan hacia un sospechoso de origen acomodado y con conocimientos sobre los opiáceos.

La vida de Rahotep se complicará aún más cuando sea llamado a palacio por la princesa Anjesenamón, esposa de Tutankhamón, que le encarga la investigación de una serie de objetos amenazantes que alguien está dejando en sus aposentos.

Ambos casos están relacionados y la vida del faraón corre serio peligro.
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Desde que Howard Carter descubriera en 1922 la tumba intacta de Tutankhamon, este joven faraón es uno de los personajes más conocidos del Antiguo Egipto, a pesar de que no es mucho lo que se sabe sobre él.

Akenatón, su antecesor, había instaurado el culto único al dios Atón en detrimento de Amón, y para ello había creado una ciudad completamente nueva en el desierto: Ajetatón (actual Amarna). Tras su muerte, el poder y la influencia les fueron devueltos a los sacerdotes de Amón, y la capital abandonada, y en ese período se enmarca el reinado del joven Tutankhamon. Debido a su juventud, será Ay, el padre de Nefertiti, quien se haga cargo de la regencia, un puesto que parece reacio a abandonar.

Nick Drake ha ambientado su novela en esa época oscura y represora instaurada por Ay. Nos muestra además las dificultades que heredó el joven faraón, que tuvo que distanciarse quizás más de lo que deseaba del reinado de su padre, y las intrigas que le rodeaban, no sólo por parte de Ay, sino también de Horemheb, el jefe de los ejércitos. Ambos eran los verdaderos artífices de la política egipcia y así es como lo plasma el autor en la novela.

Pese a la ambientación, El reino de los muertos es sobre todo una novela policíaca, y Rahotep el verdadero protagonista, inmerso sin darse cuenta en las intrigas palaciegas. La investigación de los crímenes y de los objetos que aparecen en los aposentos reales es la trama principal. De ella se sirve para introducir toda la información relevante del período, convirtiendo a Rahotep en testigo de excepción de muchos de los sucesos de aquellos días.

Gracias a las grandes lagunas que existen en la vida de Tutankhamon, el autor ha podido recrear gran parte de ella echando mano de su imaginación, y el resultado es convincente, totalmente plausible. La frontera entre ficción y realidad resulta así extremadamente fina y le permite manejarse con soltura en todas las situaciones.

Llaman la atención los problemas a los que, como miembro de la “policía” de Tebas, debía enfrentarse: sobornos, corrupción, tráfico de drogas, delincuencia… prácticamente iguales a los que padecemos en la actualidad y que evidencian una vez más que el hombre, pese a todos los avances, no ha cambiado tanto.

Una buena ambientación puesta al servicio de una trama policíaca, con ritmo, giros inesperados y el suspense adecuado. Muy entretenida.
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martes, 21 de septiembre de 2010

Resiste Tucson - Alber Vázquez

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com

Inédita Editores, Julio 2010
Género: Novela
392 páginas


Año 1782. Los apaches han atacado la población de Tucson. El capitán Allande, al mando de la guarnición, comprende que la actuación de los indios en esta ocasión es distinta a las anteriores.

Los apaches tienen un nuevo jefe y ya no se limitan a robar o a secuestrar a alguna joven, ahora quieren expulsar a los españoles del territorio. Y es algo que éstos no están dispuestos a consentir.
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¿Qué había antes del western? Porque los territorios de Arizona, Nuevo México o Texas no brotaron de la nada el día en que el primer yanqui sacó un revólver y se lió a tiros con los pieles rojas. Los españoles ya estaban allí, protagonizando los primeros episodios del Salvaje Oeste. Y Alber Vázquez ha recreado uno de ellos en esta novela.

Lo primero que llama la atención al adentrarnos en su lectura, es el estilo con el que está escrita. Vázquez ha optado por presentarnos la historia desde el punto de vista de los españoles, de los militares y colonos asentados en Tucson, en la frontera del virreinato de Nueva España. Una zona hostil e inhóspita y una vida más que dura para un puñado de personas que tratan de sobrevivir a toda costa.

Lo más asombroso es el tono que utiliza, como si el autor fuese contemporáneo de sus personajes y expusiera sus opiniones acerca de los indios: seres sin alma, salvajes que no son capaces ni de comunicarse, gente vaga y ruin que no sirve para trabajar y que sólo sabe robar, personificaciones de Satán… y todo un sinfín de expresiones peyorativas acerca de los apaches muy en consonancia con la época y con el modo de pensar de aquellos tiempos. A veces incluso utiliza la segunda persona, increpando al propio lector, que se siente irremediablemente unido a la narración y que la sigue con deleite.

Los indios no tienen voz, apenas si tienen rostro, y son los españoles, especialmente los militares, los que llevan el peso de la trama. Una trama bien construida, bien estructurada, con un ritmo magnífico, equilibrado, cierta dosis de humor ácido y mucha aventura. Si a todo ello le añadimos una prosa incisiva, cínica en ocasiones, dura y contundente, tenemos como resultado un libro que te engancha desde la primera línea, que te sacude y que te hace vibrar.

La ambientación es magnífica, cuidada en los detalles, los personajes tienen mucha fuerza y la atmósfera es capaz de transmitir ese miedo que sentían los habitantes de Tucson ante los posibles ataques de los apaches.

Una estupenda recreación histórica en la que es un placer zambullirse.
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viernes, 10 de septiembre de 2010

Entrevista a Almudena de Arteaga por "Ángeles custodios"

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por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com



Almudena de Arteaga es licenciada en Derecho y diplomada en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria. Ha publicado ya varios libros entre novelas, biografías y ensayos, entre ellos La princesa de Éboli; María de Molina. Tres coronas medievales (premio Alfonso X el Sabio) o Beatriz Galindo, La latina (Premio Algaba).

Escritora, articulista, conferenciante… esta apasionante y ocupada mujer nos hizo un hueco para contestar a esta entrevista sobre su último libro: Ángeles custodios, la historia de una expedición a comienzos del siglo XIX para llevar la vacuna contra la viruela a todas las tierras que componían el Imperio Español.



- ¿Cómo surgió la idea de escribir Ángeles custodios?

Hace años cuando Ana pastor era ministra de Sanidad supe de las celebraciones del segundo centenario de esta expedición y me pareció apasionante. La primera vacuna que existió, un médico amante de la filantropía y 22 huérfanos como vía para propagarla por toda sur America y Filipinas en sus propios cuerpos. No faltaba nada para que resultase una buena novela y cuando terminé con los proyectos en los que estaba en ese momento, me decidí por esta historia.



- ¿Cómo descubriste la historia de Isabel Cendal, la protagonista?

Investigando y leyendo todos los ensayos que sobre la expedición filantrópica de Balmis existían. A ella en México incluso le han puesto el nombre de una escuela de enfermería y es que algunos la catalogan como la primera pediatra que existió.



- La historia es impresionante. ¿Qué es lo que más te llamó la atención a ti o qué destacarías de ella?

El que pasase tan desapercibida. Si Balmis y los protagonistas hubiesen sido aventureros franceses o ingleses se hubiese conocido en todo el mundo. Quizá se olvido porque al final de la expedición Carlos IV estaba a punto de ser expulsado de España por los franceses y aquello que tendría que haber sido titular en las gacetas pasó a segundo plano.
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- La novela cuenta con una base documental importante. Ahora mismo se me ocurre, por ejemplo, los nombres y apellidos de muchos de los niños que participaron en aquella expedición. ¿Fue una labor muy dura recabar la información?

Siempre es difícil recabar información pero en este caso varios profesores y profesoras de diferentes universidades lo descubrieron y publicaron en diversos ensayos. Al final del libro se encuentra toda la bibliografía de la que me serví.



- La novela tiene momentos muy intensos. ¿Ha habido algún pasaje que te haya costado especialmente escribir?

El encuentro del hijo adoptivo por Isabel para llevarlo al hospicio creo que es bastante impactante. De todas maneras disfruté pergeñando aquel drama con final feliz.



- La atracción que parecía sentir el doctor Balmis, al frente de la expedición, por Isabel Cendal, ¿es producto de la ficción?

Dos cosas son ficción. El trío amoroso que aparece y la figura de Juanillo el grumete del barco. Son las cosas que como escritora invento para rellenar las lagunas que deja la historia y que la hacen más entretenida. Sin ellas no podría existir la novela como tal pero en nada cambia la veracidad de la hazaña narrada.



- En la novela hablas de un remedio que lady Montagu trajo de Asia, también contra la viruela si no me equivoco. ¿En qué consistía ese remedio, que parece causó muchas muertes?

En inocular la misma viruela mortal en poca cantidad. Es algo que por ejemplo en Jadreque, Guadalajara, las curanderas también practicaban. Si el paciente estaba fuerte superaba la enfermedad, si por el contrario no lo lograba muchas veces moría.
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- En tu historia hay personajes entrañables. ¿Le cogiste especial cariño a alguno de ellos?

Cuando pasas meses con ellos, hablando y sintiendo por ellos; es inevitable



- Has publicado novelas, ensayos y biografías. ¿En qué género te encuentras más cómoda a la hora de escribir?

Siempre en la novela. Te brinda la oportunidad de soñar sin tener que encorsetarte.



- ¿Estás preparando ya algún nuevo trabajo? ¿Puedes adelantarnos algo?

Una historia de manoleteras, duquesas y músicos en la España de finales del siglo XVIII. Es una novela histórica de pasiones e intriga. Más no puedo revelar.
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lunes, 6 de septiembre de 2010

Mi casco por almohada - Robert Leckie

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com

Editorial Marlow - Edhada, Junio 2010
Género: Memorias
384 páginas


En este libro se basa parte del guión de The Pacific, una miniserie de la HBO, producida por Steven Spielberg, Tom Hanks y Gary Goetzman, que ya produjeron Hermanos de sangre.

Robert Leckie explica su alistamiento en los Marines, el período de instrucción y su inmersión en la Segunda Guerra Mundial. Primero en la batalla de Guadalcanal y luego, tras unos meses de descanso en Melbourne, en otras campañas cruciales de la Guerra del Pacífico.


El autor

Robert Leckie nació en Filadelfia en 1920. Desde muy joven se interesó por el periodismo y era redactor de una sección de deportes. Se alistó en los Marines en 1941, el día después de Pearl Harbor, y participó en la Guerra del Pacífico.

Tras la guerra continuó con su labor periodística e inició su carrera como escritor, con más de 40 títulos sobre diferentes momentos de la historia de los Estados Unidos.

Su libro de memorias, Mi casco por almohada, fue un best-seller y recibió el Premio de Corresponsales de Guerra del Cuerpo de Marines en 1958. Murió en el 2001.
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Tras la lectura de este libro uno recuerda la idea de que la Segunda Guerra Mundial fueron dos guerras distintas. Una, sin duda la más conocida, la que se libró en tierras europeas. La otra la que tuvo lugar en el Pacífico contra los japoneses. Distintos escenarios, diferente modo de hacer la guerra, distintas fechas y enemigos…

La importancia de Pearl Harbor en la participación de Estados Unidos en la guerra es incuestionable. Su gran capacidad de respuesta y sus recursos les permitieron movilizar equipos y tropas en ambos frentes, con el resultado que ya conocemos. Robert Leckie, el autor de este libro, fue uno de los miles de norteamericanos que a raíz de aquel ataque se presentaron voluntarios para formar parte del ejército.

Desde el período de instrucción hasta la campaña de Peleliu, tras la cual regresó a casa, Leckie narra su experiencia como marine en la guerra del Pacífico. Miles de jóvenes escasamente preparados tuvieron que defender palmo a palmo territorios muy dispersos, a veces casi sin armamento, con mandos que en su mayor parte no sabían qué debían hacer ni cómo actuar ante un tipo de campaña que más parecía una de guerra de guerrillas.

La idea que nos transmite Leckie de primera mano es que el principal enemigo era la propia jungla, especialmente el clima, alternando un calor bochornoso con lluvias torrenciales que duraban días. Los insectos, las enfermedades tropicales, el aislamiento forzoso, la falta de medidas de higiene y sobre todo la soledad eran los otros adversarios a los que había que hacer frente, y todo ello sin contar las escaramuzas contra los propios japoneses. Todo el libro transmite esa sensación de tristeza y sufrimiento que padecieron la mayoría de los soldados destinados a aquel frente, la desorganización, la eterna espera, el miedo y la desesperación.

Leckie no llama a nadie por su nombre, todo son apodos: Risitas, Caralisa, Yardas, Clorofila, Cicatriz-en-la-Barbilla… y sólo de sus más allegados sabemos algo más e incluso, gracias a algunas fotografías aportadas por su familia, conocemos sus rostros y nombres auténticos. Es curioso ese anonimato tanto de compañeros como de mandos, y comprensible si tenemos en cuenta que la novela se publicó unos años después de finalizada la contienda.

A través de su pluma vamos a vivir su angustia y la de sus compañeros, la humedad y el calor sofocante en Guadalcanal, las fiestas sin freno en Melbourne, las manías de algunos soldados, la nostalgia del hogar, los calabozos, el terror más absoluto en Peleliu. Vamos a emocionarnos, a sufrir, a comprender, y sobre todo a admirar a todos los que formaron parte de aquella campaña, a los que volvieron y a los que se quedaron allí, en cementerios anónimos y olvidados perdidos en la selva, en cuyas tumbas sus compañeros grabaron todo tipo de epitafios. Yo me quedo con este:


Y cuando llegue al cielo
a San Pedro le dirá:
“Se presenta un marine, señor,
ya he cumplido mi pena en el infierno
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