domingo, 31 de mayo de 2009

A saber dónde está el cielo - Blanca Busquets

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Reseña - por Pilar Alonso. Reseña y entrevista publicadas originalmente en www.ciberanika.com

Editorial Plaza&Janés, 2009
204 páginas
Género: Novela


Sergi es un exitoso presentador de radio. Un día acude al tanatorio donde supuestamente descansan los restos de un compañero de trabajo. Pero se equivoca de lugar y va a parar a una sala donde hay otro muerto con el mismo nombre. Sólo su viuda le acompaña.

Aunque Sergi se ha equivocado de muerto, decide quedarse un poco más y acompañar a esa solitaria viuda, sin saber que va a ser asaltado por un pasado que ha tratado de ocultar durante años.


Hay libros que te atrapan nada más comenzarlos. Y éste es uno de ellos. Lo cogí con la intención de leer unas cuantas páginas antes de cenar y ya no me pude levantar de la silla hasta que lo acabé. Cené a las tantas, cierto, pero con una enorme satisfacción en todo el cuerpo.

Blanca Busquets es periodista en Catalunya Ràdio, y esa experiencia le ha permitido dibujar personaje y entorno con grandísimo acierto. Sabe de lo que habla, y eso siempre es un placer para el lector.

La autora juega con las casualidades y con las coincidencias a lo largo de toda la novela. Es verdad que es muy, muy difícil que todo un cúmulo de circunstancias se alíen a la vez, pero no es imposible ¿verdad? Pues de esa premisa parte el argumento de este libro, que se desarrolla siguiendo las pautas de una serie de casualidades entrelazadas, y que funciona perfectamente, sin dejar cabos sueltos.

La trama es tan sumamente adictiva, con el suspense justo y el misterio entregado en pequeñas dosis, que es imposible dejarlo, aunque uno tenga un agujero en el estómago del tamaño de Groenlandia.

Los personajes están muy cuidados, la prosa es cercana y la traducción excelente. Aspectos de la vida cotidiana elevados a la máxima potencia para narrar una historia llena de alicientes.

Y mientras lees reflexionas sobre el amor y la muerte, sobre el pasado y aquellos pecados de los que ya ni logramos acordarnos, sobre el trabajo, y la vida, y el modo en que vamos dejando atrás cosas que en otro momento fueron importantes, tal vez trascendentales.

Sigan mi consejo: no comiencen a leer este libro antes de cenar. Podrían incluso olvidar que tienen hambre.
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Entrevista a Blanca Busquets por "A saber dónde está el cielo"

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Por Pilar Alonso

Blanca Busquets, escritora y periodista, trabaja en Catalunya Ràdio desde 1986. Escribió su primer cuento a los doce años y ganó su primer premio a los diecisiete. Ha publicado en catalán Presó de neu (2003), El jersei (2006) y Tren a Puigcerdà (2007).

Simpática, de sonrisa presta y encantadora, accedió a reunirse conmigo y nos tomamos un café mientras hablábamos de A saber dónde está el cielo, su primera obra publicada en catalán y castellano simultáneamente.


- Blanca Busquets trabaja desde hace años en las emisoras de Catalunya Rádio. Gran parte de tu novela está muy relacionada con ese ámbito. ¿Es realmente un ambiente tan caótico y tan absorbente como aparece en el libro? ¿Tiene de verdad ese punto adictivo que parece sufrir el protagonista?

Absorbente sí, caótico no. Prisas sí, muchas, el directo es el directo y siempre se trabaja bajo mucha presión, y todo está muy estructurado. No tienes tiempo de pensar y todo ha de estar muy preparado.

En cuanto al punto adictivo, sí, es cierto. Es como una droga, sobre todo al comienzo. No es extraño para los que trabajamos en radio pasar el fin de semana pensando en el programa, en los contenidos, y además, la mayoría de programas trabajan con la actualidad, que no descansa ni sábados ni domingos. Pero lo haces porque te gusta, porque te encanta.

- Sergi, tu protagonista, es una especie de “divo”, un déspota con su equipo, sobre todo con las mujeres. ¿Hay muchos personajes como él en la vida real de la radio o de la televisión?

La televisión es diferente. En la radio el ambiente es muy distinto. Puede haber esos “divos”, pero no acostumbra tanto como en televisión. Yo no he querido describir a un “divo” de radio, sino a un tipo de persona que ha salido de la nada, que ha subido muy alto y que se dedica a pisar a los demás.


- Lo cierto es que el planteamiento de tu novela es original y el principio sumamente impactante. ¿Cómo surgió el argumento de A saber dónde está el cielo?

Llegó, sería la respuesta (risas). No busco argumentos, tengo una serie de ideas que me interesa tratar, que no son definidas, sino más bien intuitivas, y a partir de la idea inicial voy tirando y a ver qué sale. Y tenía claro cómo quería comenzar la novela. Yo soy mucho de humor negro y en cuanto a los tanatorios siempre he pensado que en aquellas salas tienen que pasar cosas, ha de haber líos, equivocaciones... Claro que el que trabaja en un tanatorio, por respeto a los familiares, debe callar y en muchas ocasiones esconder la sonrisa ante algunas de las cosas que deben suceder.


- Tu protagonista dice en un momento dado “No entiendo cómo puedo haberme olvidado de una cosa que, en cambio, ha sido trascendental para la vida de otra persona”. ¿Es ése el mensaje de tu novela, caso de haberlo? ¿Cómo, sin darnos cuenta, influimos en las vidas de otros?

Éste es uno de los motivos claves, sí. He establecido expresamente esa frontera, cómo ante un hecho determinado algunas personas dirían que eso es una exageración y a otras les parecería muy relevante. Quería un poco mostrar eso, la relatividad de un hecho en concreto. Un poco como que todo es relativo, depende de cómo te lo tomas y de si eres capaz de ponerte en la piel del otro.


- La experiencia que sufre Sergi le sirve, en gran medida, como lección de humildad. ¿Crees que algo así puede cambiar realmente a una persona? ¿Cómo es el nuevo Sergi, ese que no aparece ya en la novela? ¿O cómo te gustaría que fuera?

Vaya, me pides que continúe creando (risas). De entrada tiene un cambio de actitud con respecto a su programa y a su equipo, y por primera vez en su vida pone en duda que se haya portado correctamente y ése es un punto de partida para seguir adelante de una forma diferente. Creo que le falta mucho y que irá aprendiendo, pero es un comienzo. Cuando vuelva a la radio, aún estará aturdido, pero empezará a fijarse en cosas, tal vez incluso coja a su ex y hable con ella, y terminará convertido en una persona “normal”.


- Las coincidencias y las casualidades están muy presentes en tu novela. ¿Crees que la vida está llena de ellas, aunque a veces no seamos conscientes de ello?

Sí, por supuesto. Estaba definido de otra manera en mi anterior novela, Tren a Puigcerdà, en la que once personas que viajan dentro del mismo vagón descubren que todos están relacionados entre sí, aunque no lo sepan. Y estoy convencida de que en la vida real, si investigáramos un poco, descubriríamos muchas casualidades. En esta novela está llevado al máximo, por supuesto, aunque puede pasar.

- En la solapa del libro dice que escribiste tu primer cuento a los doce años. ¿Escribir ha sido siempre tu gran pasión?

Mi gran pasión no, mi vida, diría yo. Mi gran pasión es la radio. Había ganado algún concurso en mi juventud, pero siempre piensas que lo que escribes no es publicable. Y sobre todo cuando conoces a escritores mediáticos ( por mi trabajo he conocido a varios), y te das cuenta de que lo que escribes no tiene nada que ver con lo que hacen ellos.

- ¿Es difícil escribir? ¿Cómo afrontas la página en blanco?

No, para mí no. Para mí lo difícil es contenerme para no hacerlo, cuando no puedes porque tienes trabajo o cualquier otra obligación. Creo que no podría parar de escribir.


- La novela, a pesar de los temas trágicos que toca, no está exenta de sentido del humor ¿cómo te lo has pasado escribiéndola?

Me lo he pasado muy bien. Hay escritores que dicen que lo pasan mal escribiendo y a veces me cuesta entenderlo. Sólo en algún momento muy concreto, en mi primera novela, lo pasé mal escribiendo un capítulo, pero ha sido el único instante. El resto, me lo he pasado pipa.


- ¿Te ha resultado difícil conjugar todas las casualidades para hacer que la historia “cuadre”?

No especialmente, algún detalle tal vez sí, pero conforme iba escribiendo las soluciones se iban presentando solas.


- Hay una idea subyacente en toda la novela: todos tenemos un pasado pero, ¿todos escondemos algo?

Sí, todos, incluso los que alardean de su sinceridad.


- En relación con la pregunta anterior, Sergi se muestra realmente angustiado por el hecho de que lleguen a descubrirse sus orígenes, de los que ha procurado distanciarse. ¿Por qué le avergüenzan tanto?

Bueno, hay gente que se avergüenza de sus orígenes, tal vez porque los padres no tienen nada que ver con el ambiente en el que se mueven ahora y no saben cómo llevarlo. Yo he conocido a gente así.


- La parte más interesante del libro, en cuanto a técnica, es una carta en cuya lectura intervienen hasta cuatro personajes distintos. ¿Te resultó muy complicado escribir esa parte y conseguir que el lector no se pierda?

Bien, esa parte es quizás la más complicada técnicamente, pero no me costó tanto trabajo. Eso sí, se la di a leer a un par de personas para que me dieran su opinión y apenas tuve que corregir nada.

- A saber dónde está el cielo, es tu primera novela publicada en castellano y catalán simultáneamente. ¿Qué acogida está teniendo?

De momento bastante bien, aunque no es ningún bestseller.

- ¿Estás preparando tu próximo trabajo? ¿Puedes adelantarnos algo?

Ahora estoy trabajando en una novela en la que tienen que ver una abuela y una nieta y que se desarrolla en dos momentos históricos distintos, es todo lo que puedo decir.

- Muchas gracias por tu tiempo y mucha suerte con esta novela.

Gracias a ti.
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martes, 26 de mayo de 2009

El último Plantagenet - Sandra Worth

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Reseña - por Pilar Alonso, publicada originalmente en http://www.ciberanika.com/

Editorial Pàmies, 2009
301 páginas
Género: Novela

Trilogía de las Dos Rosas. Volumen III.
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1483. Después de años de enfrentamientos, Ricardo de Gloucester es coronado rey en la abadía de Westminster junto a su esposa, Ana Neville. Los Lancaster parecen haber desaparecido y los hijos ilegítimos de su hermano Eduardo están encerrados en la Torre de Londres.

Las buenas intenciones de Ricardo chocan contra los intereses de los poderosos y Enrique Tudor, desde el exilio, trata de hallar partidarios que lo ayuden a conquistar el trono inglés.

Ricardo III se enfrentará a su oponente en la decisiva batalla de Bosworth.
La imagen de monarca cruel y malvado que nos legó Shakespeare sufre una profunda revisión en esta novela de Sandra Worth. En ella, Ricardo se nos presenta como una especie de reencarnación del rey Arturo, movido por sus mismos ideales de lealtad y justicia, y favoreciendo a los pobres contra los poderosos.

Esta novela finaliza la trilogía dedicada a la Guerra de las Dos Rosas y en ella Ricardo deberá enfrentarse a la traición de algunos de sus amigos, además de a las frecuentes escaramuzas por parte de Enrique Tudor y sus partidarios para arrebatarle la corona.

Lo cierto es que la imagen que nos ofrece Sandra Worth es la de un idealista, un monarca un tanto ingenuo que no vaciló en premiar a aquellos que lo habían traicionado en lugar de castigarlos, creyendo que de ese modo los predisponía a su favor, un error que le costó muy caro.

Su ideal es el rey Arturo y son frecuentes la referencias a La muerte de Arturo de Malory a lo largo de toda la novela. A través de esas alusiones, Ricardo lamenta la falta de lealtad de muchos nobles pese a sus buenas intenciones, una idea que planea sobre toda la trama.

La verdad es que al lector le cuesta comprender algunos de sus actos, especialmente cuando no castiga con la muerte o el exilio a aquellos que le han traicionado, como bien le hacen notar algunos de sus allegados. Su fantasía de crear un nuevo Camelot le aleja en no pocas ocasiones de una realidad mucho más cruenta y menos loable. Cuando finalmente es consciente de su tremendo error, cuando logra aceptar que los ideales que mantiene ya no existen más que entre unos pocos, se convierte en un rey no sólo irascible sino también profundamente decepcionado, derrotado antes de presentar batalla.

De las tres novelas que forman la trilogía, ésta es sin duda la que más huella me ha dejado. Las pérdidas que sufre Ricardo se convierten un poco en pérdidas para el propio lector, que logra identificarse con el dolor del protagonista, y que tomaría una espada y cabalgaría junto a él bajo su lema: Vivid con pureza, decid la verdad, reparad las injusticias, seguid al rey...

La novela despierta un sinfín de emociones y, aunque alguien podría tachar algunos pasajes de excesivamente sentimentales, no es menos cierto que precisamente por ese motivo el personaje logra capturar el corazón del lector que, a pesar de saber cómo acaba o al menos intuirlo por el título, sigue leyendo con la vana esperanza de que, por una vez, la historia se haya equivocado.

- Decidme por qué os quedáis, amigo mío - repitió Ricardo (antes de la batalla al duque de Norfolk, que se había negado a unirse a Tudor, su enemigo).
- Negro es el día en el que a un hombre le preguntan por qué elige el honor antes que el deshonor... Me quedo porque vos sois mi rey, porque os habéis portado bien conmigo, porque es lo correcto.
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domingo, 24 de mayo de 2009

Primer disco pirata

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Música - por Pilar Alonso
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El primer disco pirata fue el álbum doble de Bob Dylan “Great White Wonder”, en 1969, que vendió más de 400.000 ejemplares. Al parecer, el proceso no era complicado. Se grababa un concierto en directo en una cinta magnetofónica, luego se transcribía a una matriz y más tarde al vinilo. De ese modo se podían sacar miles de copias en cualquier fábrica de prensaje, sin pagar derechos de autor o edición.

La venta de los álbumes piratas se desarrolló especialmente en Europa, donde era mucho más difícil ver en directo a los ídolos americanos. De ese modo, se podía asistir “virtualmente” al concierto en cuestión gracias a un LP pirata. Más tarde se comercializaron los cassettes y luego las cintas de video.

A partir de 1970, no obstante, entraron en vigor varias leyes para reprimir la piratería, que preveían cuantiosas multas para los infractores.
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viernes, 22 de mayo de 2009

Duma Key - Stephen King



Reseña - por Pilar Alonso y publicada originalmente en www.ciberanika.com
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Plaza & Janés, 2009
729 páginas
Género: Novela
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Edgar Freemantle, un contratista de éxito, sufre un accidente, en el que pierde un brazo y padece graves heridas en una pierna y en la cabeza. Durante el proceso de recuperación, lento y doloroso, está cargado de una rabia que es prácticamente incapaz de controlar.

Su psicólogo, el doctor Kamen, le recomienda una “cura geográfica” y, siguiendo sus consejos, se traslada a la costa de Florida, a un lugar paradisíaco y prácticamente deshabitado.

Allí conocerá a Elizabeth Eastlake, una anciana con profundas raíces en la región, y a Wireman, el hombre que cuida de ella.

Edgar, como parte de su proceso de curación, comienza a pintar y descubre que posee un talento especial y extraordinariamente peligroso.


Es innegable que Stephen King no necesita ningún tipo de presentación. Sus obras, sean buenas o mediocres, se van a vender igual. El lector valora su trabajo y, aunque en ocasiones pueda sentirse decepcionado con alguno de sus últimos libros, siempre comprará el siguiente, tal vez con la esperanza de descubrir por qué se enamoró de sus prosa y de sus historias la primera vez. Duma Key puede ser para muchos “ese” libro.

Mientras lo leía volvía a reencontrarme con algunos elementos de sus primeras obras, las referencias continuas al rock, los personajes marginados que cobran protagonismo, el miedo visceral que aguarda entre sus páginas, niños, ancianos... No sé cómo consigue que sus personajes logren cautivarnos de ese modo, cómo nos rodea de detalles, cómo nos va sumergiendo poquito a poco en una historia que acaba por atraparnos entre sus tentáculos.

He sentido la brisa del Golfo y entre mis dedos esos pinceles con los que el protagonista pintaba su realidad, me he embriagado con los colores que dibujaban sus palabras, me he emocionado, he convertido a sus personajes en mis amigos de papel y he vuelto a sentir un efluvio de aquel temor que me provocó una vez, hace ya muchos años, la primera lectura de IT.

No creo que sus admiradores se vayan a sentir decepcionados con esta novela, todo lo contrario. Tal vez a Stephen King ya no le queden muchas buenas historias por contar que no hayan brotado ya de sus dedos, pero ésta es sin duda una de ellas.
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martes, 19 de mayo de 2009

La vendedora de huevos - Linda C. Cirino

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Reseña - por Pilar Alonso

Nabla Ediciones
205 páginas
Género: Novela
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Eva es una campesina que vive en la Alemania nazi, prácticamente aislada en el campo y, ahora que su marido está en el frente y que sus hijos militan en las Juventudes, pasa casi todo el día sola.

Su vida cambia radicalmente el día en que decide acoger a un estudiante judío en la granja, escondiéndolo en el gallinero, lugar al que sólo ella se acerca.
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Escrito en primera persona, este librito es como un cuento, un cuento sencillo escrito con sencillez, pero con un trasfondo trágico evidente. Tal vez su simpleza sea excesiva, pero hay que tener en cuenta el punto de vista del narrador: una campesina que desconoce el alcance de lo que está ocurriendo en la Alemania nazi en la que vive.

Tal vez por eso algunos episodios resultan más aterradores, como cuando sus hijos, ambos afiliados a las Juventudes nazis, le explican sus teorías, un lavado de cerebro de lo más efectivo que a la pobre mujer, aislada en medio del campo, le cuesta asimilar.

Ese aislamiento, ese mundo que se reduce a su granja y a la figura distante de ese marido ahora ausente, explican el modo en que se vuelca en la única novedad de su vida: el hombre que vive oculto en el gallinero. Ella no entiende de política, nada sabe de la limpieza de sangre, ignora la existencia de muchas leyes y, aunque logra discernir que su comportamiento es peligroso, que podría costarle muy caro, acepta el reto con entereza, consciente de que es lo correcto.

Su trayectoria está bien trabajada, asistimos a la ampliación de su reducido cosmos a algo mucho más complejo y personal. Su vida ya no se reduce sólo a la granja, sin albergar ningún sentimiento propio, como un autómata que se limita a completar una tarea. Paulatinamente pasa a ser consciente de su cuerpo, de sus pensamientos, de sus decisiones, sin que nadie la obligue a ello. Frente a una sociedad que cada vez piensa como una sola mente, ahogando las individualidades, ella emerge como una Venus para descubrirse a sí misma.

No diría que el proceso es cautivador, a la escritora le faltan tablas, como se suele decir. Pero tal vez porque fue descendiente de emigrantes judíos polacos, y mamó desde la niñez la tristeza y la infamia, puso el corazón en esta historia. Y aunque es sencillo, y está escrito con sencillez, es un bonito cuento.
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domingo, 17 de mayo de 2009

Casanova (2005)

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Película - por Pilar Alonso
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Lasse Hallström, director de películas como Las normas de la casa de la sidra o Chocolat, se atrevió hace unos años a filmar esta cinta, basada en las aventuras de Giacomo Casanova, un personaje real que legó a la posteridad su autobiografía. En ella daba cuenta, entre otras cosas, de sus múltiples conquistas amorosas, que fueron las que le valieron su fama y en las que se basa este film.

Casanova (Heath Ledger) encuentra por fin a una mujer que se resiste a sus encantos: la bella Francesca (Sienna Miller). Valiéndose de una serie de estratagemas y suplantaciones, consigue interesar a la joven, aunque sus aventuras pueden costarle muy caras. La Inquisición anda al acecho.
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Ésta no es una película histórica, por mucho que se encuadre en la Venecia del siglo XVIII o se base en las aventuras de un personaje real. Si eso es lo que busca el espectador, sufrirá una gran decepción. Casanova es una película de aventuras, una comedia romántica al más puro estilo de Hollywood, una cinta amable y frívola para pasar una tarde entretenida, con muchas persecuciones, multitud de equívocos y un gran sentido del humor.

Es cierto que, al comenzar a visionarla, pensé que hubiera sido preferible un enfoque más serio. No obstante, no tardé en olvidar mis reservas y me limité simplemente a disfrutar de las bellas localizaciones de Venecia, el magnífico vestuario y la no menos magnífica banda sonora. La aparición de Lena Olin, Oliver Platt y Jeremy Irons le dieron un par de puntos extras y así, sin darme cuenta, terminé disfrutando de una película que, aunque no se sostenga históricamente, me hizo pasar un rato divertido.

A pesar de las duras críticas que ha cosechado este film, estoy convencida de que si uno acepta que Casanova es sólo una comedia romántica y de aventuras, sin más pretensiones, es posible que disfrute de esta cinta. Los diálogos son ingeniosos, la fotografía espectacular, la puesta en escena muy cuidada y hay un final con sorpresa. Todos los ingredientes para pasar algo más de hora y media con una sonrisa en los labios.
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jueves, 14 de mayo de 2009

Cautiva en Arabia - Cristina Morató

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com

Editorial Plaza & Janés
415 páginas
Género: Biografía


Marga d’Andurain, nacida en mayo de 1893 en Bayona, en el seno de una familia burguesa, pronto demostró su carácter rebelde y poco convencional. Sus padres la internaron en varios colegios tratando sin éxito de domar su carácter, y a los diecisiete años se casó con su primo, Pierre d’Andurain.

Con él viajó primero a Argentina y, tras la Primera Guerra Mundial, a El Cairo. De allí pasó a Siria y compró un hotel en Palmira que regentó durante años. Divorciada de su marido, con quien continuó compartiendo vida, se casó con un beduino y se convirtió al islam para poder viajar a La Meca. Pero en Arabia fue detenida y retenida hasta aclarar algunos hechos un tanto extraños.

A su regreso a París publicó sus memorias en un periódico y durante la Segunda Guerra Mundial traficó con opio para los nazis. Tras la contienda, se marchó a Tánger, donde acabó sus días de forma trágica.

La prensa de la época la tachó de espía, asesina y aventurera y la llamaron “La Mata-Hari del desierto” o “La condesa de los veinte crímenes” entre otras cosas.
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La primera vez que vi el título, Cautiva en Arabia, pensé que se trataba de una de esas novelas en las que una mujer occidental se casa con un musulmán, se va a su país y luego ya no puede regresar, una de tantas variantes que en los últimos años han vendido miles de ejemplares. Y he de decir que, conociendo la obra anterior de la autora, me sorprendió mucho. Pero no, no tiene nada que ver con eso. Cautiva en Arabia narra la vida de una mujer vasco-francesa, acusada de asesinato y de espionaje, dueña de un hotel en Siria y que un buen día decide que quiere ser la primera mujer europea en viajar a La Meca. De camino, la retendrán en Arabia hasta aclarar algunas incógnitas acerca de su viaje, y de ahí precisamente el título.

Cristina Morató ha escrito mucho sobre mujeres, exploradoras, aventureras, misioneras (o, en la mayoría de los casos, mujeres de exploradores, aventureros o misioneros), rescatando del olvido a figuras fascinantes. En esta novela, a diferencia de sus libros anteriores, se basa en un único y exclusivo personaje. Y es que la vida de Marga d’Andurain da para mucho.

Además, en este caso, la autora ha podido acceder a una fuente esencial: el hijo, aún vivo, de Marga, además de a un buen puñado de fotografías (muchas de las cuales aparecen en el libro), cartas, diarios... Con tanto material “de primera mano”, Cristina Morató realiza un recorrido por parte de la vida de esta singular mujer, de la que aún quedan muchas lagunas por llenar.

Y es un recorrido que merece la pena realizar. No sólo porque la vida de Marga d’Andurain lo merece, sino porque a través de sus peripecias la autora nos regala detalles de algunos de los lugares por los que pasa la “condesa”, ya sean clubs, hoteles, restaurantes, calles o ciudades, personajes con los que se relaciona de una u otra forma, como Agatha Christie o Alfonso XIII, o algunos que la antecedieron y en los que se inspiró, Gertrude Bell o lady Stanhope entre ellos.

Pero además, el libro recrea las costumbres de la época, ya sea entre los beduinos del desierto, los harenes de Arabia Saudí o las fiestas de los occidentales en el Próximo Oriente, y no resulta difícil sentirse rodeado en todo momento de cierta atmósfera exótica.

Envueltas en todos esos jugosos detalles, se desarrollan las aventuras de Marga d’Andurain, una mujer audaz y enigmática. Provocadora, aventurera, irresponsable, impulsiva, emprendedora... y en ocasiones también detestable. Y es que es imposible permanecer indiferente ante sus actos. Sus coetáneos ya tenían diversas opiniones acerca de ella, desde que era una “loca” encantadora y divertida, hasta una mujer egoísta, asesina y manipuladora. Y al lector le sucede lo mismo. Se mueve entre la admiración y el rechazo, entre la simpatía y la desaprobación. En pocas ocasiones he descubierto un personaje que provoque tantos y tan variados sentimientos como Marga d’Andurain.

Si alguien me preguntara si merece la pena leerse el libro, le respondería con un rotundo sí. ¿Por qué? Porque está bien escrito, podría contestar, porque las aventuras de Marga son increíbles, porque el entramado a su alrededor está cuidado, porque resulta interesante y fascinante desde la primera hasta la última página. Y todo sería cierto.

Pero tal vez haya otra razón, no menos poderosa: porque Cautiva en Arabia te sacude, de un modo que hace que sea imposible olvidar a Marga d’Andurain.

Al menos, yo no lo haré.
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Entrevista a Cristina Morató por "Cautiva en Arabia"

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por Pilar Alonso

Cristina Morató es tan aventurera como muchas de las protagonistas de sus libros. Periodista y fotógrafa, ha realizado numerosos reportajes en varios países de América Latina, África y Asia.
Su interés por recuperar del olvido a grandes viajeras y exploradoras, le llevó a escribir Viajeras intrépidas y aventureras (2001), Las reinas de África (2003) y Las Damas de Oriente (2005).
Cautiva en Arabia es su primera biografía.


- ¿De dónde proviene el amor que profesas a África y Oriente Próximo, principales escenarios de tus obras?

Proviene sobre todo de mi pasión por los viajes y en cuanto a África concretamente porque he vivido largas temporadas en el pasado en el antiguo Zaire, la actual República Democrática de El Congo, donde trabajé como cooperante para la Cooperación Sanitaria Española, en Guinea Ecuatorial y recientemente en Kenia, Uganda y Tanzania.

Es verdad que es un escenario muy literario, aunque a mí no me interesaba tanto el escenario de África al estilo romántico de la película Memorias de África, como el de las mujeres que vivieron allí y sobre todo las esposas de los grandes exploradores que recorrieron África en siglos pasados, olvidadas además por la Historia. De ahí que le dedicara un libro al continente y concretamente a estas mujeres, entre ellas la esposa de David Livingstone, Mary Moffat, la esposa de Richad Burton y también mujeres como la escritora Karen Blixen.

En cuanto a Oriente Próximo, no soy una gran conocedora, pero siento gran fascinación por el mundo musulmán y su cultura, que me ha llevado a recorrer Jordania y Siria, y fue en Siria precisamente donde conocí la historia de mi nuevo libro: Cautiva en Arabia.


- Una de tus principales fuentes de documentación, según comentas, ha sido Jacques d’Andurain, el hijo de la protagonista. ¿Ha leído ya el libro? ¿Qué le ha parecido la recreación de la vida de su madre que has llevado a cabo?

Ya tiene el libro y creo que le ha gustado. Considero que es respetuoso con la figura de su madre y él tenía ganas de que al fin se contara la verdad sobre este personaje, de la que se han dicho auténticas barbaridades.


- Para la documentación de este trabajo, has contado con abundantes fotografías, el diario de la protagonista y, lo más importante, los recuerdos de su propio hijo. ¿Qué se siente trabajando con material “de primera mano”? ¿Ha sido una experiencia muy distinta a tus anteriores investigaciones?

Faltaba un libro serio sobre este personaje y yo me he beneficiado de toda la documentación que me ha aportado Jacques, que han sido desde diarios suyos personales, donde recuerda conversaciones con su madre, hasta 70 fotografías inéditas. Este libro sin la ayuda de Jacques no habría sido posible.

Para mí ha sido una experiencia única. Primero, la suerte de localizarlo en una residencia de ancianos a las afueras de París, y luego la suerte también de que a pesar de sus 92 años tenga una memoria privilegiada, ya que fue testigo de gran parte de la vida de su madre, además de su confidente.


- En la biografía aparecen como referentes de la protagonista varias extraordinarias mujeres: Ella Maillart, Gertrude Bell, lady Stanhope o Jane Digby entre otras, y todas merecedoras de su propio libro. ¿Te ha permitido el proceso de documentación para esta obra descubrir a nuevas protagonistas para obras futuras?

Yo creo que ha sido más bien un proceso a la inversa, creo que si no hubiera escrito Las Damas de Oriente, no habría escrito Cautiva en Arabia. Primero porque mi interés por las mujeres que recorrieron Oriente Próximo se inició precisamente hace cuatro años con ese libro.

Cuando lo acabé, viajé a Siria con una cineasta para filmar los escenarios donde transcurrían las vidas de algunas de ellas, y recalé en Palmira. Mi guía me llevó al hotel Zenobia y allí me hablaron de esta Marga d’Andurain. En un principio, cuando el director del hotel me explicó que ella había sido la propietaria durante diez años, hasta 1937, y que había protagonizado una vida de escándalo, incluso enfrentándose a las autoridades francesas coloniales, que tuvo un comportamiento inmoral, que fue espía y amante de Lawrence de Arabia, la verdad es que yo no creí que fuera real. Me olvidé de ella, porque me daba rabia haber terminado Las Damas de Oriente y, en caso de que la historia de Marga fuera auténtica, no haberla incluido. Y más siendo vasca. Así es que no quise darle mucha importancia.

Pero a mi regreso comencé a investigar, y descubrí que tuvo dos hijos. Uno había muerto en el frente de Alsacia, y el otro, calculando la edad, aún podía estar vivo. Lo que no imaginaba era que lograría localizarlo, que acabaríamos viéndonos y colaborando, cosa que le agradezco especialmente, porque no era la primera vez que un periodista contactaba con él para escribir la vida de su madre.


- No hay duda de que Marga d’Andurain es un personaje controvertido, encantadora y detestable al mismo tiempo y según el momento. ¿Qué sentimientos te ha despertado a ti?

Yo he intentado no tomar partido y no juzgarla moralmente. Lo que creo que he conseguido es que el lector vaya conociendo su trayectoria vital desde su nacimiento en el País Vasco francés, en un entorno marcado por la religiosidad y por los condicionalismos sociales que ella detestaba, con una madre muy estricta, y en una ciudad provinciana como Bayona, hasta que consigue salir de allí y vivir una vida de aventura en lugares tan lejanos y remotos como Arabia Saudí, Siria o Líbano.

He intentado hacer ese recorrido vital sin juzgarla, porque es cierto que su vida estuvo salpicada de escándalos y graves acusaciones. A mí me ha interesado más su faceta de mujer intrépida y aventurera. El lector al final, en el último capítulo, descubre realmente quién era ella, pero creo que el proceso es el correcto, porque así el lector no la juzga previamente. Al menos una parte de lo que era, porque hay muchas lagunas en su vida y yo he contado sólo una parte de ella, muy centrada sobre todo en esa etapa en la que quiso llegar a La Meca, con su detención, su reclusión en un harén en Arabia Saudí y su posterior cautiverio en prisión. Por eso precisamente lo he titulado Cautiva en Arabia.


- ¿Qué rasgo crees que la caracterizaba más?

Yo creo que era una mujer rebelde sobre todo, transgresora pero también muy provocativa, que se buscó serios problemas porque ella quiso, que siempre trató de imponer su propia ley. Como ella misma se definía, yo creo que era una aventurera de altos vuelos, una mujer que amaba la aventura porque odiaba el aburrimiento, pero que se metió en lances que finalmente no acabó por controlar. Perdió las riendas de su vida y se perdió.


- Has visitado muchos de los lugares en los que transcurrió la vida de esta enigmática mujer. ¿Alguna anécdota que destacar? ¿Algún problema a la hora de visitar algún enclave?

No he tenido problemas pero sí es cierto que cuando fui a Bayona y estuve en la calle Victor Hugo, donde ella nació, y cuando visité la casa solariega de Hastingues, totalmente cerrada y rodeada de un alto muro de piedra, una casa un poco prisión, entendí un poco la vida que había tenido esta mujer. Comprendí que había tenido una infancia y una juventud muy solitarias y en un ambiente muy opresivo, y entendí que se casara con su primo a los diecisiete años, porque era una fuga en toda regla. Ella huye de esa vida anodina y en la aventura encuentra su razón de existir.


- En el libro comentas que en la prensa francesa de la época se publicó que Marga había sido amante de T.E. Lawrence, al que, al parecer, ni siquiera llegó a conocer. Supongo que a la hora de documentarte no habrá sido tarea fácil desligar lo que era verdad de lo que era sólo puro sensacionalismo.

Sí, ha sido difícil. No sólo hay una novela sobre ella llena de datos incorrectos y de situaciones que jamás ocurrieron, sino que además si consultas los periódicos de la época descubres que se escribieron auténticas barbaridades sobre ella. Por fortuna pude acceder a las memorias que publicó por entregas entre mayo y junio de 1934 de Le Courier de Bayone, que están en la hemeroteca de Bayona. Y para mí ése es un documento importante, que ella narra en primera persona y, a pesar de las evidentes exageraciones, porque trataba de escribir un relato de viajes ameno, contrastando con los documentos que he tenido en mi poder gracias a Jacques, creo que he podido encontrar un punto que se acerca bastante a la realidad.

Hay muchas cosas que no se saben de ella, ni qué motivos había tras algunos de sus viajes, pero he escrito lo que he podido perfilar gracias a lo que me ha contado su hijo, que fue testigo directo.


- Marga fue una mujer con una sed de aventuras extraordinaria, exagerada en ocasiones y llevada hasta sus últimas, y a veces trágicas, consecuencias. ¿A qué crees que era debida? ¿Qué la impulsaba, que la motivaba? ¿Sólo su afán por convertirse algún día en alguien famoso, importante?

Marga tenía un punto de insensatez. En mis anteriores libros yo hablaba de mujeres que habían recorrido Oriente Próximo en los siglos pasados, pero hay una diferencia. Todas ellas eran cultas, preparadas, habían leído mucho, eran de clase alta y llegaron hablando a la perfección árabe, persa y turco, y con un gran conocimiento geográfico, a pesar de ser una época en la que parte de los mapas aún estaban en blanco.

Marga no habla árabe, sólo lo chapurrea, no está interesada en la cultura musulmana, no es exploradora ni le interesa la geografía y llevada por su afán de aventura y de notoriedad se casa con un beduino analfabeto, un camellero, para poder llegar a La Meca y hacerse famosa. Si lo hubiera conseguido no sólo hubiera sido célebre en Francia, hoy en día su nombre estaría junto a los de los grandes exploradores que, tras años de preparación, habían conseguido llegar disfrazados a La Meca.


- La vida de Jacques, el hijo de Marga, parece tan interesante como fue la de su madre. ¿Te has planteado escribirla?

No me lo he planteado, aunque él insiste en que tendríamos que hacer un libro sobre su vida. Es cierto que tras morir su madre, él llevó una vida muy interesante, porque viajó a Brasil y a El Congo. Yo creo que él, en muchos aspectos, fue también una víctima del comportamiento de su madre, igual que lo fue su esposo Pierre, que murió asesinado justamente por los líos en los que se había metido Marga. Y el gran dolor de Jacques fue que en 1946 le retiraran el carnet del Partido Comunista y borraran todas las acciones que llevó a cabo como miembro de la Resistencia francesa. Eso sucedió cuando su madre volvió a ocupar otra vez las portadas de todos los periódicos, acusada en esta ocasión del asesinato de su sobrino. Ahí fue cuando los miembros del Partido le apartaron y él dice que fue el momento más triste de su vida, porque era un comunista convencido.

- ¿A qué crees que es debido que hasta la fecha no se haya publicado en el país vecino ninguna biografía de un personaje tan carismático como éste?

En Francia es un personaje casi desconocido y sí que hubo algunos intentos, incluso algunos directores de cine quisieron llevar su vida a la pantalla, pero siempre se encontraron con el obstáculo de Jacques, que no estaba de acuerdo con la imagen que querían darle.


- Cautiva en Arabia es la primera obra en la que la protagonista es una sola mujer, a diferencia de tus obras anteriores, que son un compendio de las vidas de varias de ellas. ¿Qué te ha parecido la experiencia? ¿Piensas repetir?

Si encontrara un personaje tan fascinante como ella, y tuviera la suerte y el privilegio de contar con el testimonio de un hijo o un pariente, obviamente lo volvería a hacer. No creo que me vuelva a ocurrir, pero siempre hay historias fascinantes y maravillosas por descubrir.

- Muchas gracias, Cristina.

Gracias a ti.

Imágenes cedidas por la editorial.
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lunes, 11 de mayo de 2009

Una fuga de lo más desconcertante

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Apunte - por Borgoña
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A veces es difícil ponerse en la piel de la gente que vivió en épocas remotas. Incluso aquellos que siempre que podemos nos sumergimos en un libro o cualquier otra cosa que nos transporte a tiempos pasados, no podemos obviar el poso cultural y ético que hemos heredado de nuestras más inmediatas generaciones y difícilmente -por no decir jamás- podremos sentir o entender exactamente lo que los contemporáneos de otros siglos sintieron o creyeron.

Por eso tal vez será difícil que el siguiente episodio os ponga la carne de gallina si antes no hacéis un ejercicio de regresión genética. En ese caso, a lo mejor os pasa como a mí y entraréis a catalogar el hecho dentro de la categoría de los atracos o evasiones sublimes.

Me topé con la anécdota en la novela de Chufo Llorens, Catalina, la fugitiva de San Benito, así que a quien tenga pensado leérsela le recomiendo que no siga adelante, pues paso a desvelar una escena crucial. El autor especifica en una nota que está basado en un hecho histórico y mi firme intención era dar con él, pero mis dotes de investigador, he comprobado, son pésimas y no he hallado nada de nada al respecto. Pero la cosa iba, más o menos, de la siguiente forma:

España, siglo XVII. Imaginaos que sois un reo condenado por el Rey que va a ser ahorcado en pública ejecución. Ya estáis sobre el cadalso y no habrá Robin Hood que os salve. Bajo la tarima hay una nutrida guardia de alguaciles, corchetes y soldados, y toda la plaza está copada por una masa compacta de ciudadanos ansiosos por verte bailar sobre la cuerda, así que, en caso de huída, no te van a engullir y ocultar en plan “Evasión o victoria”. No sabes karate ni eres un antepasado del mago Copperfield para que puedas desaparecer a tu antojo. No puedes esperar clemencia del Rey ni aguardas a que llegue un jinete con unos valiosos documentos que han de salvarte in extremis.

El verdugo ya te ha puesto la soga al cuello y sólo tienes derecho a pedir un último deseo. Uno aceptable en tus circunstancias. Bien, pues… ¿Qué pedirías para salvarte?
En una situación parecida se encontraba Catalina, la protagonista de la novela de Chufo Llorens y, como ella, un presunto personaje real.

Pues bien, tú, que eres muy perspicaz, eliges recibir el cuerpo de Cristo por última vez en tu vida, aseverando que has sido recientemente confesado por un fraile en la húmeda mazmorra donde has pasado la noche. Y quedas ante todos como muy piadoso y la petición como muy venida al caso.

Así pues, suben un cura y un monaguillo y se ponen a consagrar la hostia sobre el cadalso. Con la fórmula habitual el clérigo te ofrece la oblea y tú la recibes beatíficamente en la boca.
Pero ten mucho cuidado de que no se te deshaga, porque… ¡Tachán! Segundos después te la sacas de la boca y la alzas sobre tu cabeza, mostrándosela a la concurrencia –has tenido la leche de que no te aten las manos atrás- y gritas:

- ¡Soy Iglesia! Que nadie ose tocarme.
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Y nadie osa tocarte. Nadie te pondrá un dedo encima, es más, cuando tranquilamente bajes del cadalso y abandones la plaza, siempre con la Sagrada Forma en alto, la gente, que te gritaba de todo menos guapo segundos antes, se irá abriendo para dejarte vía libre, reverenciando tu sagrada presencia. Y caminarás tranquilamente entre ellos y luego por la ciudad hasta que desees acogerte a sagrado en la iglesia que más te plazca, lugar donde por el tiempo, como seguramente sabréis, se acababa la jurisdicción real.

Habrá quien enseguida haya entendido el asunto, eso de "Soy Iglesia" y el por qué de que el reo se vuelva intocable. Por mi parte tuve que mirar la nota que explicaba el episodio. Pues bien, resulta que en el momento en que una hostia ha sido consagrada se convierte en el cuerpo de Cristo y por lo tanto, su portador, en la Sagrada Custodia, que vendría a ser un relicario donde se coloca la hostia una vez consagrada. Así pues, protegido por semejante estado divino, el reo se convierte en un ser intocable, al menos en una sociedad tan mística como la de entonces.

Como no he localizado el hecho histórico y no sé cómo acabó éste, ni si fue único, amén de que no soy una eminencia en lo que a religión y derecho se refiere, no puedo dar con las posibles incoherencias del asunto ni subrayar la efectividad real de la treta, pero así presentado, como he pretendido hacerlo o como me lo imaginé leyendo la citada novela, no cabe duda de que es una fuga desconcertante y de lo más ingeniosa.

Espero que después de haber captado vuestra atención, la anécdota no os haya decepcionado. A mí el asunto me llenó de estupor y lo guardo en una bodega de mi memoria junto a, entre otros episodios, el “Plan brillante” de Michael Caine o la evasión de “Cadena perpetua”.
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sábado, 9 de mayo de 2009

El escándalo de la temporada - Sophie Gee

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Reseña - realizada por Pilar Alonso y publicada originalmente en www.ciberanika.com

Editorial Martínez Roca
446 páginas
Género: Novela

Londres, año 1711. Católicos y protestantes han alcanzado una paz precaria, aunque no dejen de tejerse conspiraciones para derrocar a la protestante reina Ana y colocar en su lugar al candidato católico.

Mientras tanto, Londres bulle de actividad. Bailes de máscaras, tertulias en los cafés, representaciones de ópera... y a ella llega proveniente del campo Alexander Pope, un joven con graves taras físicas dispuesto a convertirse en un poeta de éxito.

Allí, además de codearse con artistas como el escritor Jonathan Swift o el pintor Charles Jervas, será testigo de excepción de la seducción de que fue objeto la bella Arabella Fermor por parte de Lord Petre, y que le serviría para escribir una de sus obras más famosas.

Muchas veces me he preguntado qué realidades se esconden tras las obras de determinados artistas, qué los inspiró, en qué se basaron, de qué fuentes bebieron para pintar sus cuadros, esculpir sus estatuas o componer sus versos. El escándalo de la temporada responde a una de esas cuestiones: la historia en la que Alexander Pope se basó para escribir El rizo robado, una obra que le haría famoso y que le permitiría vivir de su pluma.

El episodio entre Arabella Fermor y Lord Petre es un hecho real y al parecer es cierto que sirvió de base para que Pope escribiera su obra. Ambos son los auténticos protagonistas de la novela, aunque la figura del poeta esté presente a lo largo de toda la trama e incluso intervenga en muchos episodios de la misma. Todos son personajes reales, incluidas las hermanas Blount, a las que Alexander estaba especialmente unido. Este hecho dota a la obra de gran realismo, hasta el punto de que nos encontramos no sólo ante una novela histórica con una extraordinaria ambientación, sino incluso me atrevería a decir que ante una especie de “ensayo” novelado, si tal género existe.

La autora, que posee un doctorado en Harvard sobre contaminación, suciedad y sátira en el Londres del siglo XVIII (aunque no sé qué tienen que ver las dos primeras especialidades con la sátira en concreto) realiza un retrato del Londres de aquellos años plagado de detalles, desde cafés o tabernas hasta las barcazas que surcaban el Támesis, los mercados, los teatros, incidiendo especialmente en las costumbres de la alta sociedad, que es en la que se ubican los protagonistas de la trama.

El resultado es una novela que se lee sola. La prosa es tan fluida, la historia tan interesante y los personajes tan bien retratados, que el lector no necesita realizar más esfuerzo que pasar las páginas para empaparse de un momento histórico marcado por las conspiraciones políticas y los bailes de sociedad.
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martes, 5 de mayo de 2009

La Colina de las Botas

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Apunte - por Pilar Alonso

La Colina de las Botas (Boots Hill) era el nombre genérico que se daba en el lejano Oeste a los cementerios en los que se enterraba a aquellos que morían de forma violenta (con las botas puestas), especialmente pistoleros, aunque también a los extranjeros que no podían permitirse un entierro decente.

Cada ciudad disponía del suyo propio: Deadwood, Dodge City, El Paso... aunque tal vez el más famoso sea el de Tombstone, Arizona. Allí, Wyatt Earp junto a dos de sus hermanos y a Doc Holliday protagonizaron el tiroteo de O.K. Corral, donde fallecieron Frank y Tom McLaury y Bill Clanton, que fueron enterrados en la Colina de las Botas.

El cementerio de Tombstone, que hoy visitan los turistas, estuvo abierto sólo durante seis años, desde 1878 hasta 1884, y en él se encuentran 300 tumbas, 205 de ellas con nombre. Claro que en muchos casos se trata sólo del apodo, a saber cómo se llamaban en realidad algunos de ellos, sin ningún documento que los identificase.

Las cruces eran de madera y las inscripciones estaban pintadas a mano. Las fuerzas de la naturaleza y los ladrones de recuerdos hicieron estragos en él, y en la década de 1940 la ciudad decidió hacer algo para restaurarlo y devolverlo a su estado original.

El cementerio disponía también de una sección para chinos y otra para judíos, la mayoría de cuyas tumbas no tienen nombre.
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domingo, 3 de mayo de 2009

Napoleón, batallas y campañas - Richard Holmes

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Reseña - por Pilar Alonso
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Hay libros que, con independencia del texto que figure en sus páginas, son una obra de arte. Y ése el caso que nos ocupa, una publicación del 2007 de Librería Universitaria S.L., un volumen de 80 páginas cuyo precio se aproxima mucho a los 40 euros.

El libro, dentro de una funda, está encuadernado en imitación de piel, las páginas son gruesas e ilustradas con más de 250 cuadros y grabados de la época. Pero lo que lo hace especial es el contenido extra: documentos originales en facsímil.
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La historia sigue un orden cronológico desde la Revolución Francesa hasta la muerte de Napoleón en Santa Elena, con especial énfasis en las batallas, pero también con otros aspectos de interés: armas, medicina militar, uniformes, personajes...

Richard Holmes, especialista en Historia Militar, nos brida así la historia resumida de una figura tan emblemática como fue la del Emperador francés, en un formato de gran belleza.

Entre los más de 40 documentos figuran mapas de batallas y campañas, cartas, proclamas, informes, códigos, hojas de servicio, fragmentos de diarios, boletines, certificados de defunción, órdenes, e incluso el codicilo de Napoleón, donde pedía que sus cenizas reposasen junto al Sena. El volumen dispone además de un cuadernillo donde aparecen traducidos todos los documentos y de otro que contiene 10 mapas de las principales batallas.
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De este modo accedemos no sólo a la biografía de Napoleón, sino que podemos leer algunas cartas escritas por su propia pluma, un informe del almirante Nelson o un fragmento del diario del duque de Wellington.

Sin necesidad de acudir ni a museos ni a archivos oficiales, el lector puede disfrutar en la comodidad de su hogar de todo un privilegio. Y es una experiencia cautivadora.
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viernes, 1 de mayo de 2009

La carretera de Volokolamsk - Alexandr Bek

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Reseña - por Pilar Alonso

Inédita Editores
358 páginas
Género: Novela

Segunda Guerra Mundial. Los alemanes se dirigen hacia Moscú y un batallón soviético debe defender la carretera de Volokolamsk, la ruta más directa hacia su objetivo.

Baurdzhán Momish-Ulí, un kazako, será el jefe de ese batallón, al que primero deberá adiestrar y luego mandar durante la contienda, una tarea para la que en un principio no se siente preparado debido a su falta de experiencia. El tiempo le demostrará cuán equivocado estaba.

Alexandr Bek está considerado como uno de los autores soviéticos más importantes de la posguerra y esta novela en concreto se convirtió durante la década de 1960 en una obra de culto entre los movimientos milicianos de inspiración soviética, especialmente en Cuba.

El libro tiene dos partes: en la primera se narra el adiestramiento del batallón, en la segunda la lucha. Y ambas están llenas de reflexiones sobre la guerra, sobre el mando, la estrategia, el honor, el coraje, el miedo... salpicando la trama sin entorpecerla y dotando de mayor humanidad, si cabe, a sus personajes.

La historia se inicia cuando Baurdzhán Momish-Ulí se encuentra con el que va a escribir sus vivencias, al que en un principio rechaza, y al que sólo accede a contar su experiencia si promete no faltar a la verdad. El escriba/narrador acepta el trato, es evidente, y durante todo el proceso el protagonista habla con ese escriba/narrador, incluso planteándole cuestiones, de tal modo que el lector siente que se la está explicando a él mismo, que las preguntas van dirigidas a esos ojos que devoran ávidos sus páginas.

Así, sin pretenderlo, nos sumergimos también en sus cuitas, en sus miedos y en sus reflexiones, mientras él dicta su historia a ese escriba que somos nosotros mismos.

Momish-Ulí recibe el mando de un batallón para intentar frenar el avance de los alemanes. Pero, antes de eso, deberá entrenar a sus hombres, que terminan siendo unos soldados encomiables. Panfílov, el general de división, le aconsejará en todo momento y guiará sus pasos, dejándole no obstante mucha iniciativa.

Los soldados soviéticos, temerosos en un principio de los poderosos nazis, pronto aprenderán que los alemanes no son tan distintos a ellos mismos, que también caen, y sangran y mueren igual que ellos. Y con esa lección aprendida, se disponen a defender una larga extensión del frente, una única línea que trata de impedir el avance del enemigo y sobre todo, de evitar que utilice la carretera que pasa por Volokolamsk y que lleva directamente a Moscú, distante sólo 120 verstas (unos 128 kms).

Las órdenes de los alemanes son claras y concisas: “Desayuno Volokolamsk; cena, Moscú”. Pero no cuentan con la resistencia de los soviéticos, que una y otra vez tratarán de frustrar sus planes con mayor o menor acierto.

El modo en que el autor ha planteado la narración consigue que el lector se sitúe en el frente, afrontando los mismos problemas, haciéndose las mismas preguntas y reflexionando acerca de las decisiones que tomaría. Y tiembla con sus victorias y sufre con sus percances, sigue ciegamente a su líder porque es cuanto tiene, y carga su fusil una y otra vez para responder a las ráfagas de balas trazadoras nazis. Y así me sentía yo, en la trinchera con el techo de gruesos troncos o en el bosque, agazapada, con el fusil entre las manos ateridas de frío, aguardando el próximo envite, la siguiente andanada, esperando que mi artillería diera en el blanco y que aquellos malditos alemanes renunciaran a utilizar esa carretera que, ahora, también era un poco mía.

Y al llegar al final, no albergo ninguna duda acerca de unas frases que aparecen en la contraportada: “Una de las mejores novelas rusas sobre la salvaje lucha librada por soviéticos y alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.” Ninguna en absoluto.
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