jueves, 29 de julio de 2010

Siete vidas - John Grisham

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com

Plaza&Janés, Junio 2010
Género: Relatos
302 páginas


Siete relatos cuyos protagonistas son los habitantes de Clanton, Mississippi, donde John Grisham ambientó su novela Tiempo de matar.



En 1988 John Grisham publicó Tiempo de matar, con una tirada inicial de 5.000 ejemplares, muchos de los cuales, como reconoce en una nota al inicio de este libro, él mismo se ocupó de repartir de puerta en puerta. Hoy es uno de los autores más leídos del mundo.

La historia, ambientada en un pueblo de Mississippi, fue llevada a la gran pantalla por Joel Schumacher en 1996, con Samuel L. Jackson, Sandra Bullock, Matthew McConaughey, Kevin Spacey, Ashley Judd, Oliver Platt y Donald Sutherland como protagonistas.

En Siete vidas el autor regresa a Clanton para hablarnos de otros habitantes de la ciudad, casi todos ellos relacionados de algún modo con la justicia. Demandas, testamentos, leyes sobre el juego, presos en el corredor de la muerte, juicios por negligencia… muchos de los aspectos relacionados con su carrera como abogado durante años. Pero es además un retrato del Sur profundo, en algunos momentos todavía marcado por el racismo, con esa atmósfera que rodea a los pueblos pequeños donde todo y todos se conocen, y donde muchos de sus personajes no han cruzado jamás los límites de su condado.

El libro empieza con un relato cargado de humor y cierto cinismo, en el que tres jóvenes se marchan a la ciudad para donar sangre a un compañero que ha tenido un accidente, y se cierra con otro de tono muy distinto, estremecedor, donde un joven blanco, enfermo de sida, es llevado a la zona de los negros para que una de ellos se ocupe de él hasta su muerte. Entre uno y otro desfilan las vidas de otros personajes y en ellos tienen cabida el humor y la desesperación, los golpes de suerte, las sorpresas, el suspense, los errores judiciales y el dinero.

Fluido, ameno, con diálogos estupendos e historias bien narradas - algunas ambientadas hace veinte años – John Grisham demuestra, con este primer libro de relatos, que domina el arte del entretenimiento como nadie. Magnífica selección, sin duda alguna.
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viernes, 23 de julio de 2010

Niños en guerra

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Hace un tiempo os hablaba de una fantástica película, Feliz Navidad (2005). Hoy traigo un fragmento de dicha cinta, el que da inicio a la historia. Los protagonistas son tres niños en sus respectivos colegios recitando frente a la pizarra. Cada uno de ellos representa a una parte de los países que se enfrentaron durante la Primera Guerra Mundial.


UN NIÑO FRANCÉS.

Niño,
mira en el mapa el punto negro que hay que borrar.
Remárcalo con tus deditos
y píntalo de rojo
si se trata de pintar.

Después,
ignora lo que te depare el destino
y prométeme que irás
a buscar a los niños de Alsacia,
que nos tienden los bracitos.
Ojalá que en nuestra amada Francia
los verdes brotes de la esperanza
florezcan gracias a ti,
mi niño querido.

Crece, crece, que Francia aguarda.



UNA NIÑA BRITÁNICA.

Para borrar en el mapa
todo rastro de Alemania y el Huno
debemos exterminar esa raza,
no debe quedar ni uno.

Ignora los gritos de sus bebés,
mátalos a todos,
a las mujeres también,
o algún día se alzarán,
cosa que si están muertos no harán.



UN NIÑO ALEMÁN.

Un único enemigo tenemos en la tierra
que cava la tumba de Alemania.
Le embargan el odio, la amargura, la envidia y la saña.
Un único enemigo tenemos en la tierra.
El villano alza su mano asesina, que aterra.
Ya conoces su nombre: es Inglaterra.
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lunes, 19 de julio de 2010

Ángeles custodios - Almudena de Arteaga

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com

Ediciones B, Marzo 2010
Género: Novela
319 páginas


Principios del siglo XIX. Isabel Cendal dirige un hospicio en La Coruña. Hasta ella llega el doctor Francisco Xavier Balmis en busca de niños para una expedición hacia América. El objetivo es inocularles la vacuna de la viruela a lo largo de la travesía y, una vez en el Nuevo Mundo, vacunar a todos sus habitantes, además de enseñar el modo de hacerlo a otros médicos y practicantes.

Isabel, que adora a los niños que cuida, termina uniéndose a la expedición para cuidarlos durante el largo viaje, lleno de aventuras, pero también de decepciones.
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El 30 de noviembre de 1803 partía de La Coruña la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, o Expedición Balmis. Sufragada por Carlos IV tenía como objetivo transportar la vacuna contra la viruela a todas las tierras del Imperio español. En ella viajaron 22 niños a los que se les fue inoculando la vacuna de dos en dos, hasta que desarrollaban las pústulas de la enfermedad con la idea de llegar a tierras americanas para continuar la cadena humana. Está considerada la primera expedición sanitaria de la historia.

Almudena de Arteaga narra esa expedición desde sus inicios y desde el punto de vista de Isabel Cendal, viuda y directora de un hospicio en La Coruña. A petición del doctor Balmis, formará parte de esa expedición, ocupándose de cuidar a los niños, de ir consiguiendo nuevos portadores por el camino, de ocuparse de la contabilidad y de otros muchos quehaceres en una empresa de esa magnitud.

La novela es interesante y cautivadora. Es inevitable sentir admiración por la labor de Isabel, la única mujer a bordo de un barco lleno de hombres, capaz no sólo de realizar su trabajo con gran profesionalidad, sino también de sortear los numerosos obstáculos que surgen en un viaje no exento de dificultades.

Pero los que sin duda ganan el corazón del lector son los niños, especialmente Benito Vélez. Muchos de los que iniciaron aquel viaje eran huérfanos o habían sido abandonados en el hospicio, pero otros fueron cedidos por sus familias por no poder mantenerlos, sabiendo que jamás iban a volver a verlos. La tristeza de esas madres despidiéndose de sus pequeños, que se iban al Nuevo Mundo, es estremecedora.

La labor de investigación de la autora se manifiesta en la cantidad de detalles médicos, políticos, geográficos y cotidianos que salpican toda la trama, una fascinante novela que habla, con rigor y amenidad, de pequeños héroes y de grandes hazañas.

Inolvidable.
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martes, 13 de julio de 2010

La gran aventura de los griegos - Javier Negrete

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com


La Esfera de los Libros, Marzo 2009
Género: Divulgación
624 páginas


Javier Negrete nos propone un viaje por la Antigua Grecia para todos los públicos, con personajes fascinantes y grandes momentos de la Historia.



Todo el mundo sabe que un ensayo, o una obra de divulgación, no se lee con la misma soltura que una novela. La profusión de datos puede aburrir al lector más pertinaz. Por eso resulta difícil no sólo encontrar un tema lo bastante atractivo, sino escribirlo con la fluidez necesaria para que no se atasque en el gaznate. Javier Negrete ha conseguido ambas cosas, y con nota.

La gran aventura de los griegos se inicia en la Creta minoica y culmina con la entrada de Roma en escena, varios siglos plagados de historias apasionantes: Troya, las Guerras Médicas, Salamina, las Termópilas y, por supuesto, Alejandro Magno, todo narrado de forma amena y rigurosa, con mapas, notas y bibliografía.

Gracias a películas como Alejandro, de Oliver Stone, Troya, de Wolfgang Petersen, o 300, de Zack Snyder, muchos han oído al menos hablar de la antigua Grecia, un período no exento de grandes lagunas. Javier Negrete profundiza en esos temas y en muchos más, con una prosa ágil, una sólida base documental y mucho sentido del humor.

La rivalidad entre Atenas y Esparta, Pericles, Leónidas y sus 300 espartanos, Homero, Jenofonte y los Diez Mil, Herodoto, Sócrates... costumbres, cultura, arte... todo tiene cabida en este volumen, una verdadera delicia para los amantes de la Historia.
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sábado, 10 de julio de 2010

Latitudes piratas - Michael Crichton

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com

Plaza&Janés, Junio 2010
Género: Novela
350 páginas


Año 1665. Port Royal, Jamaica.

A Port Royal, ciudad peligrosa y plagada de corsarios, llega la noticia de que un galeón español, El Trinidad, perdido durante una tormenta, se encuentra atracado en el puerto de Matanceros, una inexpugnable fortaleza española.

El capitán Charles Hunter, con el beneplácito del gobernador de Jamaica, organizará una expedición para capturar el navío cargado de tesoros.
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Durante años Port Royal (Jamaica) fue, junto a la isla Tortuga, refugio de piratas y corsarios. Hoy es una pequeña comunidad de poco más de 2.000 habitantes, sin ninguna importancia estratégica, comercial o política. Los terremotos, los huracanes y los incendios acabaron con ella. O, según algunos, fue la cólera de Dios la que decidió hundirla para castigarla por sus pecados.

Tabernas y burdeles se alineaban a ambos lados de calles embarradas, por donde trasegaban el vicio, la sangre y el oro. Y es en aquella mítica ciudad donde se inicia esta historia. Una historia que, todo hay que decirlo, se descubrió en el ordenador de Crichton tras su muerte, junto a otros trabajos inacabados que buscan una pluma que los culmine.

La novela cuenta con todos los ingredientes del género: grandes tesoros, persecuciones por el mar, batallas a cañonazos, el rescate de una dama, traiciones, indígenas caníbales, venganzas… e incluso un kraken, criatura mitológica similar a un calamar gigante. Para mi gusto demasiados ingredientes en una sola receta, pero la aventura es la aventura.

Y de eso hay mucho. La acción es trepidante, los diálogos vivos, los personajes fascinantes, la tensión palpable… en resumen, una novela que te atrapa y te sumerge en un mundo que te resulta familiar pero que nunca te cansas de visitar.

La ambientación real, algunos personajes históricos que aparecen de refilón y un epílogo que nos cuenta qué fue de los personajes tras aquella aventura, consiguen que la historia resulte auténtica, verosímil.

Latitudes piratas es una mezcla entre Verne y Stevenson que se lee con deleite, casi con obsesión. Para los aficionados a las novelas de aventuras o de piratas, una excelente elección.
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lunes, 5 de julio de 2010

... Y en polvo te convertirás - Nieves Concostrina

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en http://www.ciberanika.com/

La Esfera de los Libros, Mayo 2010
Género: Reportaje - Libro ilustrado
208 páginas


Tras el éxito de su libro Polvo eres, Nieves Concostrina no podía dejar coja la sentencia bíblica y por ello decidió completarla con… Y en polvo te convertirás, una recopilación de las mejores imágenes aportadas al concurso radiofónico de epitafios del programa No es un día cualquiera, dirigido por Pepa Fernández en Radio Nacional.

Esta vez, con la autora han colaborado 153 “almas” que, cámara en mano, han fotografiado las tumbas más increíbles, los epitafios más excéntricos y los cementerios más insólitos.

(Sinopsis parcial de la editorial)
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Decir, en primer lugar, que la mayoría de las fotos contenidas en este libro corresponden a tumbas y cementerios españoles, y que prácticamente todas pertenecen a personas comunes. No encontraremos en este libro el supuesto epitafio de Groucho Marx ni veremos una foto de la tumba de Elvis Presley. Los cementerios de nuestras ciudades y pueblos son los verdaderos protagonistas de este libro, y en ellos hay auténticas joyas.

Nieves Concostrina reconoce en el prólogo ser la primera sorprendida ante la acogida que tuvo el experimento en nuestro país. Aquí, donde parece que nos tomamos la muerte tan en serio y que cualquier alusión a ella se convierte en algo de mal gusto, hubo gente que se lo tomó con el sentido del humor que merece.

No es que haya que tomarse la muerte a risa, nada de eso, ni el libro es una falta de respeto hacia nadie. Es una selección de lápidas curiosas o excéntricas, con epitafios que fueron elegidos en muchos casos por sus propios moradores, y que consiguen que, siquiera por un rato, seamos capaces de pensar en la muerte con un poco de humor, que es el objetivo de este trabajo.

Algunos ejemplos:
Cuando nací, todos reían y yo lloraba. Viví de tal manera que cuando morí, todos lloraban y yo reí. La marihuana es lo que tiene”.
Te dije que estaba enfermo
Mi última diligencia: que os zurzan

Y algunos otros de muy distinto tenor, tiernos o emotivos, que captaron la atención de los reporteros aficionados.

Poco texto y muchas, muchas fotos, forman la estructura de este libro, que se lee y se hojea una y otra vez, hacia delante y hacia atrás, que se comenta y se comparte, que arranca la sonrisa o la lágrima y que nos recuerda que, queramos o no, también nosotros pasaremos por allí.
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viernes, 2 de julio de 2010

Garoé - Alberto Vázquez-Figueroa

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com

Martínez Roca, 2010
Género: Novela
301 Páginas


PREMIO DE NOVELA HISTÓRICA ALFONSO X EL SABIO 2010


El general Gonzalo Baeza vive retirado en las islas Canarias. Hasta él llega monseñor Alejandro Cazorla, viejo amigo, con un documento lacrado. En él se nombra a Baeza gobernador de la isla de El Hierro para que luche contra la trata de esclavos y proteja a los nativos. Baeza asegura que luchará por los derechos de sus habitantes, pero que jamás regresará a esa isla en la que ocurrieron hechos terribles.

Ante la insistencia de monseñor Cazorla por conocer los sucesos que le impiden aceptar el nombramiento, el general comienza a relatar su historia.
Una historia de amor, conquista, muerte y tragedia ocurrida muchos años atrás, cuando era un joven teniente y segundo al mando de un destacamento cuyo objetivo era instalar un enclave que garantizara la soberanía española en aquellas tierras. Allí será donde Gonzalo Baeza encontrará al amor de su vida, una nativa de nombre Garza.

La operación, al mando del capitán Diego Castaños, pronto desvelará propósitos ocultos y poco loables, propósitos que van a causar estragos en la isla.
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Hablar a estas alturas de Alberto Vázquez-Figueroa parece innecesario. Corresponsal de guerra, profesor de submarinismo, activo ecologista, inventor, guionista de cine, incansable viajero, empresario, aventurero y, sobre todo, escritor. A lo largo de su dilatada carrera nos ha regalado novelas de la talla de Tuareg, Ébano, o la serie sobre piratas de León Bocanegra. Muchas de sus obras están ambientadas en las Islas Canarias, archipiélago que ha dado a conocer gracias a su pluma.

Con esta última novela vuelve a mostrarnos un pedazo de la historia de aquellas tierras, de la isla de El Hierro concretamente, el último lugar del mundo conocido por aquel entonces, poco antes de que Colón atravesara el Atlántico y tropezara con América.

Con un estilo llano y sencillo, con expresiones muy parecidas a nuestro castellano de hoy, Vázquez-Figueroa nos narra una historia cargada de sentencias y con evidente carga ecológica: cómo el hombre puede destrozar un paraíso con el simple objeto de enriquecerse.

Entre la rabia y la emoción, Gonzalo Baeza habla de los habitantes de El Hierro, de sus costumbres, de su paisaje volcánico y violento, y mientras le transmite sus recuerdos a Alejandro Cazorla el lector siente como si estuviera allí sentado, mudo, asistiendo a escondidas a una conversación de la que no puede sustraerse, igual que le pasa a Fayna, la mujer que cuida de su casa y que finalmente toma asiento para no perder detalle de la historia.

Porque la realidad es que la narración resulta cautivadora. La relación que establece Gonzalo Baeza con Garza, una nativa, es entrañable, igual que la que se crea con algunos de los hombres a su cargo. Y frente a ellos el enemigo: el capitán Diego Castaños, al que odiamos ya casi desde el primer instante, un sentimiento que no hace sino aumentar a medida que vamos conociendo sus verdaderos propósitos.

Los habitantes de El Hierro viven en armonía con cuanto les rodea, con sus necesidades cubiertas, y no es hasta la llegada del hombre blanco cargado de chucherías cuando su sociedad comienza a tambalearse. Una historia que se repetiría poco después en la conquista de América.

Para no cargar las tintas con la denuncia y la rabia, el autor salpica la narración con algunos toques de humor que relajan la tensión y que consiguen hacernos sentir aún más próximos a sus personajes, hasta el punto de emocionarnos en varias escenas cruciales.

La novela fluye ligera, como un riachuelo, sin mucho fondo pero con el agua cristalina. Fresca, dulce y con cierto sabor metálico que habla de sangre y de tristezas.
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