viernes, 27 de marzo de 2009

Me he convertido en La Muerte

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Apuntes - por Pilar Alonso


Parece que ésta o una frase similar fue la que pronunció J. Robert Oppenheimer en Los Álamos, cuando se probó por primera vez la bomba nuclear, el 16 de julio de 1945.

Oppenheimer (1904-1967), considerado el padre de la bomba atómica, era un científico neoyorkino de origen judío. Ante la creencia de que los nazis habían descubierto la fisión nuclear, se unió a un grupo de científicos, entre los que se encontraba el exiliado Einstein, para dirigir una carta al presidente Roosevelt alertándole sobre las repercusiones de dicho descubrimiento.
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El presidente norteamericano decidió entonces financiar en secreto la investigación de nuevas armas en el que se llamó Proyecto Manhattan. Y Oppenheimer fue el encargado de coordinar los distintos trabajos. A tal fin decidió que lo mejor era reunir a todos los científicos, entre los que figuraban exiliados de Alemania o Italia, en un solo lugar. Y ese lugar fue Los Álamos, en Nuevo México.

Aunque cuando la bomba estuvo lista los nazis ya se habían rendido, Truman, el nuevo presidente, creyó necesario conocer el alcance de la nueva arma. Y se procedió a probarla en el Desierto Jornada del Muerto, a 90 kms de la base de la fuerza aérea en Alamogordo, Nuevo México.



Desde una distancia de 9 kms y mediante un mando a distancia, se accionó la bomba. Una bola de fuego verde, morada y finalmente blanca se elevó sobre una superficie de 1,5 kms, y formó una especie de hongo a unos 12 kms. del suelo. Produjo un cráter de 300 metros de diámetro y tres de profundidad. La tierra tembló, el efecto se dejó sentir en un radio de unos 160 kms y la torre de acero que había sostenido el artefacto desapareció. Seguramente fue entonces cuando Oppenheimer se dio cuenta de lo que implicaba aquella arma y pronunció esa frase: “Me he convertido en la Muerte, el destructor de mundos”.

En agosto de ese mismo año, Hiroshima y Nagasaki le daban la razón.
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martes, 24 de marzo de 2009

El lazo de púrpura - Alejandro Núñez Alonso

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Reseña - realizada por Pilar Alonso y publicada en www.ciberanika.com

Serie Benasur de Judea, Volumen I
Nabla Ediciones

719 páginas
Género: Novela


Benasur de Judea es un rico comerciante judío que odia a Roma y lo que representa. Su máxima aspiración: armar un ejército capaz de enfrentarse al Imperio.

Para ello recorrerá los confines del mundo conocido, cerrando tratos y sentando las bases del nuevo orden de cosas que quiere imponer. Roma, Gades, Garama, Alejandría y Jerusalén serán los escenarios principales donde se desarrollará la acción.
Alejandro Núñez Alonso (Gijón 1905 – Montreal 1982), considerado por muchos como el mejor escritor español de novela histórica, cosechó gran éxito con sus novelas, y consiguió el Premio Nacional de Literatura en 1957 (con El lazo de púrpura) y el Premio de la Crítica en 1965. Sus novelas se reeditaron en muchas ocasiones y, un buen día, cayeron en el olvido. Ahora Nabla Ediciones ha rescatado del baúl esta magnífica obra, y no es la única.

El lazo de púrpura se sitúa bajo el mandato de Tiberio (14-37 d.C.) y se desarrolla desde el punto de vista de Benasur de Judea y de su escriba Mileto. A través de ambos el autor teje una compleja trama entre la historia y la ficción que dota a su obra de gran realismo, al mismo tiempo que su erudición le permiten confeccionar un fresco de la vida en los distintos puntos del Imperio Romano, e incluso de fuera de él, que es una delicia para los sentidos.

Con una prosa esmerada y rica en matices, el lector realiza un recorrido no sólo por las ciudades que componen el itinerario del protagonista, sino que, además, asiste a multitud de situaciones cotidianas bien documentadas, ya sean transacciones comerciales, costumbres en la comida o el vestido, o estrategias políticas, todo con gran profusión de datos.

Los personajes son complejos y bien desarrollados y los escenarios están trabajados con un detalle que puede llegar a abrumar al lector, pero donde todo contribuye a crear una atmósfera tan vívida que resulta difícil sustraerse a su embrujo.

No obstante, antes de aventurarse en las páginas de esta novela, hay que tener en cuenta la época en la que fue escrita: los años 50 del siglo XX. Sólo así podemos comprender algunos de los episodios que aparecen en la obra, especialmente los sucesos que se desarrollan en Jerusalén, en tiempos de Jesús, la última parte de la novela y, para mi gusto, la que suscita menor interés.

De lo que no hay duda es de que Nabla Ediciones ha hecho un gran favor a los amantes de la novela histórica, porque El lazo de púrpura es probablemente de las mejores que yo haya leído.


Y no han sido pocas.
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domingo, 22 de marzo de 2009

El David, de Donatello

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Arte - por Pilar Alonso

La estatua de bronce de David, realizada por Donatello y representativa del quattrocento italiano, se trata con toda probabilidad de un encargo de Cosme de Médicis en el año 1428 (ó 1440 según otras fuentes), tras vencer a unos potentados rivales de Milán. La escultura, de 159 cms de altura, se encuentra actualmente en el Museo del Bargello (Florencia) y ha sido recientemente restaurada.

Esta obra fue el primer desnudo integral, de bulto redondo (que se puede contemplar desde cualquier punto de vista a su alrededor), que apareció en la escultura renacentista y representa la victoria de David sobre Goliat. Con un sombrero de paja toscano y calzado con unas botas, el joven pisa la cabeza del gigante, en cuyo casco figura grabada la escena de un triunfo al estilo romano. Pero, en lugar de un general victorioso, en el carro viaja Cupido, el dios del amor, más apropiado al aura erótica que desprende la figura.


Poco más de metro y medio de muchacho de bronce ilustran este pasaje de la Biblia: Jahvé, que me libró de las zarpas del oso me librará de este filisteo (Goliat). Contestó Saúl a David: ve y que Jahvé esté contigo. Y revistió Saúl a David de sus vestidos. Puso el casco de bronce sobre su cabeza y le revistió su coraza. Se ciñó David su espada sobre sus vestidos e intentó marchar, pues nunca lo había probado. Y dijo David a Saúl: no puedo andar con esto, que nunca lo probé. Y se lo quitó de encima. Tomó su bastón en la mano, escogió cinco piedras bien lisas del torrente, las puso en el zurrón pastoril que tenía y con la honda en su mano se acercó al filisteo. (Samuel I, 17, 37-40)

El artista

Donato di Niccolò di Betto Bardi, conocido como Donatello, nació en Florencia en 1386. A pesar de sus humildes orígenes, se convirtió en uno de los escultores más famosos del Renacimiento, y sentó las bases de la escultura del período. Trabajó sobre mármol, bronce, metal, madera y piedra. Se formó en Florencia, luego viajó a Roma y terminó regresando a su ciudad, donde se puso al servicio de los Médici, los grandes mecenas de su tiempo. Murió en diciembre de 1466.
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miércoles, 18 de marzo de 2009

Breve Historia del Salvaje Oeste. Pistoleros y Forajidos - Gregorio Doval

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Reseña - realizada por Pilar Alonso y publicada en www.ciberanika.com

Editorial Nowtilus
346 páginas
Género: Divulgación

Cowboys, forajidos, pistoleros, sheriffs... todo un elenco de personajes que retratan uno de los aspectos del salvaje oeste, plagado de salas de juego, prostíbulos y diligencias.


¿Quién no ha visto alguna vez un western? ¿Quién no recuerda las diligencias perseguidas por indios o pistoleros, los asaltos a los trenes, las chicas del saloon o aquellas peligrosísimas partidas de póker? ¿Y qué me dicen de los buscadores de oro, de los sheriffs con su placa de latón, de los cowboys dirigiendo manadas de reses por senderos polvorientos?

La verdad es que es un género que vivió una época dorada, con multitud de películas y mucha literatura (Lafuente Estefanía fue un maestro en ese campo), y que últimamente parece casi olvidado.

Hace pocos días reseñaba una novela de Clive Cussler ambientada en ese entorno. Ahora le toca el turno a Gregorio Doval, con una obra muy distinta.

Aquí prima la labor de investigación y, en cierto modo, la desmitificación de algunas leyendas. Un poco como sacar los trapos sucios de aquellos personajes que poblaron varios de nuestros sueños infantiles.

¿Cómo se crearon esos pistoleros? ¿De dónde provenían? ¿Qué fue de ellos? Gregorio Doval hace un recorrido por las figuras más importantes, a ambos lados de la ley, pues en ocasiones tras ser pistoleros terminaban convertidos en sheriffs y, casi siempre, eran excelentes jugadores de cartas. Wyatt Earp, Billy El Niño, Wild Bill, Jesse James, Doc Holliday, Pat Garrett... seguro que más de uno de esos nombres os suena ¿verdad? Pues el autor, sin profundizar en exceso, realiza un retrato de ellos y de otros muchos, algunos no tan conocidos, sin olvidar a varias mujeres que también dieron la talla, entre ellas Calamity Jane o Belle Starr.

Pero no se detiene ahí. También hay otros aspectos interesantes relacionados con esos personajes, como jueces, equipos de vigilantes formados por ciudadanos o la Agencia de Detectives Pinkerton, encargados todos ellos de perseguir y juzgar (o matar, según los casos) a muchos de esos rudos hombres, que vivían de sus armas y de su ingenio.

Para los que hayáis visto la serie Deadwood, magnífica por cierto, descubriréis multitud de referencias a la ciudad y sus habitantes, además de a Abilene y Tombstone, todas famosas por haber sido grandes centros en su momento, donde se congregaron miles de personas en condiciones precarias, atraídas por el dinero fácil, desde prostitutas a tahúres, pistoleros y todo tipo de delincuentes.

Pero ¿de verdad fue tan salvaje el salvaje oeste? ¿Qué hay de cierto en la imagen que nos legaron espectáculos como el de Buffalo Bill o, más tarde, el cine? ¿Sabíais que algunos pistoleros que sobrevivieron a su época dorada asesoraron en las primeras películas del género?

En fin, de lo que no hay duda es de que, con este libro, Gregorio Doval responde a muchas preguntas, algunas de las cuales jamás me había planteado. Multitud de datos interesantes explicados con sencillez que dibujan una época, un estilo de vida y unos personajes de leyenda.
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lunes, 16 de marzo de 2009

Lunáticos

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Apuntes - por Pilar Alonso


Noche de luna llena. En una calle de Birmingham, Inglaterra, un grupo de hombres abandona un edificio. Son miembros de la Sociedad Lunar, lunáticos, como acabarán llamándose. Sólo celebran sus reuniones las noches en que la luz de la luna puede guiar sus pasos de vuelta a casa. Birmingham aún no dispone de alumbrado público.

Erasmus Darwin (1731-1802), abuelo de Charles Darwin, es médico, inventor, botánico, poeta y filósofo y en 1753 miembro fundador, junto a Matthew Boulton, de la Sociedad Lunar. Se reúnen en su casa o en la de otro y discuten, a puerta cerrada, sin orden del día y sin dejar constancia de sus reuniones, de política y dinero, de arte, medicina, botánica, ciencia y tecnología.

Entre los integrantes de dicho club, que nunca sobrepasará los catorce miembros, figuran los ingenieros Matthew Boulton y James Watt (sí, el de la máquina de vapor), el alfarero Josiah Wedgwood, el químico Joseph Priestly o el médico y botánico William Withering. Pero además reciben a otros invitados o se cartean con hombres de la talla de Benjamin Franklin, el pintor Joseph Wright, Thomas Jefferson y Jean Jacques Rousseau.

Los imagino entre el humo de las pipas y las copas de licor, reunidos en una biblioteca atestada de libros, en la que no falta una chimenea encendida. Allí, sobre el tapete, se debate todo lo debatible y germinan adelantos médicos y botánicos, los embriones de la teoría de la evolución, inventos capaces de cambiar el mundo o ideas revolucionarias susceptibles de mejorarlo. Esos hombres, integrantes de un club extraordinario, cincelan a golpe de palabra un pedazo del futuro.

En 1813 se celebra la última reunión. La mayoría de los lunáticos ha muerto y los que aún sobreviven son demasiado mayores como para que les pueda inquietar el porvenir.


Y así muere también el club, de viejo, en una noche de luna llena en la que un grupo de hombres, en una calle de Birmingham, Inglaterra, abandona un edificio por última vez.
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sábado, 14 de marzo de 2009

Una voz en la niebla - Laurent Botti

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Reseña - reseña y entrevista realizadas por Pilar Alonso y publicadas en www.ciberanika.com

Editorial Grijalbo
585 páginas
Género: Novela


La ciudad de Laville-Saint-Jour es un pequeño paraíso. A ella llega, desde París, el comisario Bertegui con su familia. A un lugar en el que hace años desaparecieron una serie de niños, donde sucedieron cosas terribles y que ahora parece sumergida en la normalidad, en la calma.

La muerte de una anciana, de un supuesto infarto, sorprende por el gesto de horror que muestra su rostro, y abre una serie de extraños hechos que parecen no tener conexión entre sí.

Bastien, un niño de doce años, que acaba de mudarse a Laville con sus padres, comienza a recibir extraños mensajes en su ordenador, firmados por su hermano pequeño, muerto en un trágico accidente.

Nadie llega a Laville-Saint-Jour porque sí, todo tiene un propósito. “Lo que la ciudad quiere, la ciudad lo obtiene. A cualquier precio. Y la ciudad sólo quiere una cosa: sangre. Es de la sangre de donde extrae su fuerza”.

Una densa niebla cubre la villa.

Y en ella aguarda un mal que nunca duerme.


Opinión

En los últimos tiempos es frecuente encontrar en las portadas de los libros frases del tipo “El nuevo Dan Brown”, “La heredera de Anne Rice”, “El futuro Stephen King”, como reclamo para vender a autores completamente desconocidos en nuestro país. Lo triste es que, en la mayoría de los casos, es un reclamo engañoso, cuyo único objetivo es aumentar el número de ventas. Los nombres de autores superventas se usan sin contemplaciones como anzuelo para lectores desprevenidos que, al entrar en una librería, descubren con asombro que no conocen a más de la mitad de los escritores que llenan las mesas de novedades.

Tal vez por eso, escarmentada ya de esa falsa publicidad, cogí el libro de Laurent Botti con cierto recelo. En la portada destacaba una frase de Paris Match “Un autor de intrigas góticas que se alimenta de la tinta más negra de Stephen King”. “Otro más”, pensé para mí. Y es que Stephen King tira mucho.

Pues bien, en este caso no me sentí estafada. Es cierto que la trama de Botti no resulta tan elaborada, ni ahonda en la profundidad psicológica de los personajes con la maestría de King, pero no hay duda de que la novela destila ese sabor que sus lectores sabemos reconocer. Desde la ciudad, que recuerda enormemente a la Derry de It, hasta la atmósfera que crea la niebla en torno a la villa, el punto macabro de algunos personajes o escenas, las referencias cinematográficas en lugar de musicales, o la presencia de una serie de niños implicados en la trama.

Una pequeña ciudad de Borgoña, casi un paraíso, es en realidad un lugar con una historia espeluznante, donde los destinos de sus personajes se entrelazan. El comisario Bertegui, un recién llegado, descubrirá que Laville-Saint-Jour esconde muchos secretos, algunos verdaderamente escalofriantes.

Nicolas Le Garrec, un famoso escritor que abandonó Laville hace mucho tiempo, regresa ahora para enfrentarse a su pasado y a lo que sucedió cuando era un niño.

Bastien, cuyo hermano pequeño falleció en un trágico accidente, se ha mudado a Laville con sus padres. Extraños mensajes en su ordenador, experiencias extrasensoriales y una escuela que guarda sus propios misterios, ayudarán a que Opale, la niña más guapa del colegio, y Audrey, una de sus profesoras, se fijen en él.

Y frente a todos ellos... la niebla, una niebla que sumerge a la ciudad en un mar de blancura, anegando todo lo que toca, y en la que se ocultan formas amenazantes.

Una trama que resulta inquietante, con un ritmo absorbente, una historia terrorífica, una cuidada ambientación y unos personajes complejos... donde todo contribuye a hacer que sea casi imposible abandonar la lectura, con un oído puesto en los ruidos que hacen las casas por la noche, cuando creen que todos sus habitantes duermen.

Algún día sucederán cosas terribles, y ya nada será como antes.
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Entrevista a Laurent Botti por "Una voz en la niebla"

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por Pilar Alonso
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Laurent Botti, Licenciado en Derecho y Periodismo, publicó su primera novela en Francia en 1998 y desde entonces es uno de los autores más leídos en su país. El autor, que vive en Barcelona desde hace dos años, ha visto por fin una de sus obras publicadas aquí (para regocijo de quienes le hemos leído), una magnífica novela gótica titulada Una voz en la niebla. Accedió amablemente a contestar a esta entrevista, que destila simpatía y sensibilidad.

Un autor a tener en cuenta en el panorama literario de nuestro país.


- ¿Cómo nació la idea de escribir Una voz en la niebla?

Mi primera novela, “Pleine brume”, ya estaba ambientada en Laville Saint Jour. Cuando la terminé (y publiqué), hace ya algunos años, no tenía pensado regresar a Laville Saint Jour, pero, poco a poco, la ciudad me “llamaba”, por decirlo de algún modo. Fue así como nació Una voz en la niebla, la segunda entrega de las aventuras de Laville Saint Jour, aunque las dos novelas sean por completo independientes.


- La ciudad donde se desarrolla la trama, Laville-Saint-Jour, ¿es una ciudad real o está basada en alguna ciudad que el autor conoce?

No, Laville Saint Jour nunca ha existido aunque está fuertemente inspirada en mis conocimientos sobre Borgoña, donde pasé gran parte de mi infancia. De ahí que muchos lectores borgoñeses hayan señalado el realismo del entorno. Aunque mis descripciones sobre el fenómeno de la niebla sean exagerados, la atmósfera es muy próxima a ciudades como Beaune, Nuit Saint Georges, etc... pequeñas villas muy burguesas de Borgoña que han hecho su fortuna entre otras cosas con el vino. Las referencias históricas contenidas en la novela están igualmente muy documentadas.


- Una voz en la niebla me recordaba en muchas ocasiones a It, de Stephen King, mi favorita. ¿Hay algo de esa novela en su libro?

Existe sin duda cierta influencia de Stephen King en este libro, pero no más de It que de otras de sus novelas que ponen en escena a niños o adolescentes. El Resplandor, Carrie... De todos modos, no pensaba especialmente en It al escribirla, aunque tal vez haya referencias inconscientes.


- En la novela hay multitud de referencias cinematográficas: Titanic, La semilla del diablo, El silencio de los corderos, El exorcista... por citar algunas. ¿Se considera Laurent Botti un cinéfilo?

Mi cultura cinematográfica es mayor que mi cultura literaria. Atención: adoro leer, no puedo pasar ni un día sin hacerlo, me es imposible. Pero soy de naturaleza muy “visual” – de ahí que mis novelas sean bastante visuales, gráficas de algún modo – y, de hecho, cuando escribo son las imágenes lo que me viene en primer lugar... imágenes que yo transformo enseguida en palabras! El cine tiene, pues, gran influencia en mi trabajo...


- En un momento de la novela, Audrey dice que respeta a los escritores por todo el trabajo, el dolor y la soledad que hay detrás de cada obra. ¿Es así también en el caso de Laurent Botti?

Sí, escribir es una actividad difícil. Crear, inventar, imaginar son momentos de puro gozo, pero la labor diaria del escritor es bastante pesada e implica entre otras cosas una gran soledad, que puede ser tratada al final de la jornada! ;) Se puede soñar un libro en una noche, en una semana... pero no se escriben 600 páginas en unos días! Eso son meses y meses de trabajo en solitario para desarrollarlo. Y te aísla un poco del mundo.


- En el libro hay una referencia que me gustaría que aclarase a los lectores, una pequeña curiosidad. El párrafo dice que Antonie Rochefort, el director del colegio, clausuraba el curso con un baile que recordaba más la tradición estadounidense de la prom que la kermés a la francesa. ¿Podría explicarnos en qué se diferencian?

La Kermesse francesa es una pequeña fiesta que se hace frecuentemente en las clases más pequeñas y se pierde en la adolescencia – sería comparable a los disfraces de Carnaval o Halloween, por ejemplo. No existe propiamente dicho un baile al estilo de los de USA, con trajes largos, orquesta, el rey y la reina del baile, la pareja de la velada, ese tipo de cosas tan americanas. En todo caso no en la mayoría de escuelas.


- Uno de sus personajes, Suzy Belair, es astróloga. ¿Cree Laurent Botti que los planetas condicionan nuestra personalidad, igual que hace su personaje?

Sí, a riesgo de que me linchen, puedo decir que creo en ello. Practico la astrología desde hace años – como aficionado pero de forma bastante profunda. No creo del todo en los horóscopos, al menos en los que se pueden leer en los periódicos. Se trata de algo mucho más sutil y desde luego más complejo.
Si admitimos que un astro tan pequeño como la Luna posee cierta influencia- ya que condiciona las mareas, por ejemplo, o que las noches de luna llena las urgencias de los hospitales están llenas de enfermos, o que existe un aumento de la violencia y los crímenes en esas noches- si admitimos también que el Sol determina las estaciones, y por tanto los ciclos hormonales de los seres vivos así como su humor, si reconocemos todo eso estadísticamente, ¿por qué negar de entrada la influencia de Júpiter o Saturno, que son miles de veces más grandes que, por ejemplo, la Luna?
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- Una de las cosas más curiosas han sido los diálogos en el messenger, el modo en que los adolescentes recortan las palabras para escribir menos. Al principio resultaba un poco complicado seguir el hilo. ¿Le ha sido difícil adaptarse a ese modo de expresión?

Me comunico muy bien por MSN o SMS. Me he dado cuenta de que en España la gente utiliza menos las abreviaturas que en Francia. Desde luego, se puede escribir “ke” en lugar de “que”... pero en Francia todo el mundo abrevia las palabras y se comunica en estilo telegráfico, por lo que no me ha resultado nada difícil escribir como los adolescentes conversando a través de la pantalla.


- En un momento dado, el comisario Bertegui está en el interior de una casa y siente una sensación extraña, como si allí hubiesen sucedido cosas terribles, como si la casa guardase secretos que pudieran percibirse de algún modo. ¿Ha sentido esa sensación alguna vez?

Yo soy bastante receptivo: hay lugares en los que me siento bien, y otros en los que, de entrada, me siento fuera de lugar. Nunca lo atribuyo a los fantasmas, a las cosas del pasado... es sólo una sensación. En una novela, evidentemente, es distinto: los personajes tienen de vez en cuando reacciones un poco “expresionistas” ;)


- No pude evitar saltarme un pasaje de su novela: cuando César Mendel va al cobertizo a torturar a un pobre gato. Me sentí incapaz de leerlo. ¿Hay alguna parte del libro que le haya resultado especialmente dura de escribir?

Curiosamente, no fue especialmente duro escribir esa escena. Y digo curiosamente porque me encantan los animales. De verdad. He tenido durante toda mi vida y he desarrollado relaciones muy fuertes con ellos, les hablo, duermo con ellos... Y esto os va a sorprender, pero incluso evito matar a las arañas si puedo, me contento con sacarlas fuera!

Pero cuando se escribe, se desarrolla cierto mecanismo de empatía: cuando escribía esa escena, lo hacía desde el punto de vista de César Mendel, no desde el mío. La idea era la siguiente: se ha escrito y filmado mucho sobre los asesinos en serie, pero nunca sobre lo que es realmente un niño homicida, un asesino en ciernes. Por tanto César representa un poco a “Hannibal Lecter” a los diez años... Cuando escribía, me metía en la piel de César y hacía mías sus emociones. Cuando explico la excitación que él experimentaba, no era Laurent Botti quien hablaba, ya que la idea es repulsiva, horrible... pero es César quien la vive. Esta inmersión en la psicología de los personajes me permite dotar de realismo las situaciones, las escenas, que no lo son forzosamente.

Y lo que es aplicable a esta escena lo es también para las otras... en general sólo las escenas escritas desde el punto de vista de la víctima (como los patinadores en el parque) son duras de escribir, y creo recordar que incluso sentí miedo en una o dos ocasiones al escribir este libro ;)


- Nicolas Le Garrec es mi personaje favorito. Un escritor atormentado que es, en definitiva, un héroe. Y Bastien, que me recordaba a aquel otro Bastian de La historia interminable. ¿Siente predilección por alguno de sus personajes?

Esos son los dos personajes con los que más me identifico: Bastien por el niño que fui... Nicolas Le Garrec por el adulto que soy. No es por casualidad que esos dos personajes terminasen por encontrarse y por comprender cuáles eran los lazos que los unían (y no digo más para no descubrir la novela!)


- Se declara hijo espiritual de Stephen King y George Simenon. ¿Qué obras de esos autores le gustan especialmente? ¿Hay algún otro escritor que le haya influenciado de forma particular?

Nunca me he declarado “hijo de...”. No me veo así en absoluto, y de todas formas sería demasiado orgulloso si me definiera así!

Sin embargo, mi editor francés, hace ya mucho tiempo, me presentó a la prensa como “el encuentro de Stephen King y Simenon”, y enseguida los periodistas la adaptaron! ;)
Pero no discuto la influencia de Stephen King sobre algunas de mis obras (sólo algunas, que no todas son de intrigas góticas), que es sin duda el autor que me impulsó a escribir cuando leí Carrie por primera vez, a los 13 años. De King puedo citar obras mayores, fantásticas o no, aunque en los últimos años la calidad de su producción ha disminuido: Carrie, El Resplandor, Salem, La Zona Muerta, Misery, Dolores Claiborne, la colección de novelas “Las cuatro estaciones” etc.

En lo que respecta a Simenon, la verdad es que no soy aficionado: la comparación se hizo porque Pleine Brume y Una voz en la niebla describían la alta burguesía de provincias, que era típica en ese autor, más que de King, que se aproxima más a las clases populares o clase media... pero Simenon tiene una prosa demasiado fría para mi gusto. En general, mis autores favoritos con casi todos americanos: Steinbeck, Scott Fitzgerald, Brett Easton Ellis, Tom Wolfe...


- El género fantástico y de terror no parece tener muchos adeptos en nuestro país, desgraciadamente. ¿Qué acogida está teniendo Una voz en la niebla en España?

Creo que el thriller no funciona igual de bien en España que en Francia... y es curioso porque, a la inversa, el cine fantástico y de terror español es muy famoso y particularmente vivo: El Orfanato, Rec, las películas de Amenábar... No me explico esa diferencia.

En lo que a mí respecta, lo importante es ser traducido. Este libro lo ha sido a numerosas lenguas (alemán, italiano, ruso, coreano, holandés, checo y algunas otras) pero la versión española es la más importante en mi corazón: por un lado vivo en Barcelona y es por tanto un gran placer “existir” en el plano literario en este país que amo... Por otro lado, mi abuela era andaluza – falleció el pasado verano, por lo que no ha podido ver esta primera traducción al español- , aunque poco importa: en el plano afectivo, más allá de las expectativas “comerciales”, este libro en español significa mucho para mí.


- ¿Resulta duro competir con escritores anglosajones, hasta ahora los maestros del género?

Sí, es duro porque, realmente, ocupan todo el espacio. Y en ocasiones es indignante: son maestros del género, pero producen gran cantidad de obras mediocres que, sin embargo, se venden bien, aunque no hayan realizado ningún esfuerzo: el mercado de traducciones en USA, incluyendo todas las lenguas y géneros, no representa más que un... ¡3% de las ventas!
Es escandaloso ver con qué complacencia todos los editores y periodistas del mundo entero persisten en tender la mano a los americanos, mientras que ellos, en contrapartida, continúan cerrándonos la puerta en las narices. Yo respeto mucho a los autores americanos, no es casualidad que haya citado a varios, no todos autores de thrillers, por cierto. Pero me rebelo contra el sistema, contra el que nadie hace nada: para una buena novela americana, hay cinco, diez, totalmente mediocres y que alcanzan a pesar de ello a conquistar el mercado internacional.


- ¿Para cuándo su próximo trabajo? ¿Puede adelantarnos algo?

Acabo de terminar mi próxima novela, que se publicará en Francia en unos meses, aunque no tengo ninguna fecha prevista en España!! En cuanto a desvelar el argumento... habrá sin duda otra pequeña influencia de King! Como tema central, una mujer maltratada que intenta escapar, con su hijo, de su marido torturador...


- Si quiere añadir algo más...

Sólo un gran “Gracias” por vuestra acogida ;)


- Muchas gracias y mucha suerte con esta novela.

© Fotografías, Aymeric Giraudel
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miércoles, 11 de marzo de 2009

El convoy Donner

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Artículo - por Pilar Alonso


Siempre he dicho que hay viajes que merecen ser contados y éste es uno de ellos. No existe bibliografía en castellano y la web no es que esté precisamente llena de información. Con tan escasos recursos a mi alcance no ha sido tarea fácil reconstruir parte de lo que supuso la odisea de este grupo de personas, que serían conocidos como El Grupo Donner.

El descubrimiento de oro en California motivó una gran avalancha de personas hacia el Oeste, en busca de sueños o esperanzas, y entre ellos un conjunto de colonos cuyo núcleo lo formaban las familias de George Donner, su hermano Jacob y James F. Reed, de Springfield, Illinois, además de sus jornaleros. Algo más de treinta personas, distribuidas en nueve carromatos, salieron hacia California a mediados de Abril de 1846.


En Julio, tras encontrarse con otros grupos, decidieron tomar una nueva ruta hacia su destino y George Donner fue elegido para capitanear el convoy. 87 personas, en 23 carromatos, partieron el día 19 desde la actual Wyoming. El “atajo”, no obstante, les llevó tres semanas más de viaje que si hubiesen continuado por la ruta habitual y pasaron grandes penurias mientras atravesaban las Montañas Wasatch y el Gran Desierto de Salk Lake, en Utah.

Ese retraso hizo que, cuando alcanzaron Sierra Nevada, por fin en California, estuvieran ya a finales de Octubre. Una tormenta de nieve les bloqueó el camino (hoy conocido como El Paso Donner) y, sin poder avanzar ni retroceder, se escindieron en dos grupos y se aprestaron a pasar lo que sin duda sería un largo invierno. Tres cuartas partes de los emigrantes acamparon junto al lago (hoy llamado Lago Donner), mientras que los propios Donner y algunos otros lo hicieron a unos diez kilómetros, en el valle Alder Creek.


A pesar de sacrificar los bueyes que les quedaban, era evidente que las provisiones no les iban a durar mucho. Así, decidieron que un contingente de unas quince personas debía partir en busca de ayuda. Se confeccionaron unas toscas raquetas para la nieve y diez hombres y cinco mujeres dejaron el campamento a mediados de Diciembre, en dirección a Sutter’s Ford, a unos ciento sesenta kilómetros. Sin apenas comida, bajo un frío glacial, con ventiscas y tormentas, escasamente abrigados y equipados, y sin saber si volverían a ver a los familiares y amigos que dejaban atrás, aquel grupo se adentró en la nieve.

La marcha debió ser brutal. Cuando uno se quedaba atrás, vencido por el hambre o el agotamiento, el resto de la partida continuaba avanzando, pero no tardaron en agotar sus reservas y en perderse entre toda aquella nieve. Una fuerte ventisca los atrapó durante el camino, y allí murieron cuatro miembros de la partida. A los supervivientes no les quedó otro remedio que recurrir al canibalismo para poder continuar el viaje, en el transcurso del cual murieron otros tres, que siguieron la misma suerte.

Las cinco mujeres y dos hombres, más muertos que vivos, alcanzaron finalmente la cara oeste de las montañas el 18 de Enero de 1847.


Los californianos no tardaron en organizarse para acudir en auxilio del Grupo Donner, y se formaron cuatro equipos de rescate. Cuando llegó el primero de ellos, 14 colonos habían muerto ya y el resto se encontraba muy débil. Habían sobrevivido a base de comerse las pieles de los animales, previamente hervidas. Tras dejarles algunas provisiones, el primer grupo de socorro se marchó el 22 de Febrero con 21 refugiados.

Cuando llegó la segunda partida de rescate, una semana más tarde, descubrieron que no se habían producido más bajas, aunque algunos habían comenzado a comerse a sus muertos. Este segundo grupo inició el camino de vuelta con otros 17 supervivientes.

Al llegar la tercera partida, en Marzo, sólo quedaban nueve con vida. Rescataron a cuatro niños, pero se vieron obligados a dejar atrás a cinco personas, George Donner y su esposa entre ellos.

Cuando llegó el cuarto equipo de rescate, el 17 de Abril, sólo les esperaba Louis Keseberg, el último superviviente, que llegó a Sutter’s Ford el 29 de Abril.

En total, de los 87 pioneros, sólo 48 lograron alcanzar su destino. Los demás son tumbas que jalonan el largo camino hacia la conquista del Oeste.



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lunes, 9 de marzo de 2009

La venganza del bandolero - Martí Gironell

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Reseña - realizada por Pilar Alonso y publicada en www.ciberanika.com

Editorial Planeta
344 páginas
Género: Novela

Boquica fue un bandolero, para algunos un chaquetero, un afrancesado. Para otros, un traidor. Sin embargo, Boquica luchaba por unos ideales de libertad que iban más allá del patriotismo.

Primero en el bando patriota y luego en el francés, su único deseo era vivir sin pertenecer a nadie.

Y en torno a él se creó la leyenda.


Opinión

No sé si Boquica fue malo o fue bueno. Fue cruel, es innegable. Pero hay que entender las circunstancias para entender al hombre, y eso es justamente lo que Martí Gironell pretende con esta novela, plantear los hechos que rodearon la vida de José Pujol y que lo llevaron a convertirse en bandolero.

Cuando se inicia la Guerra de la Independencia contra los franceses, en 1808, Boquica lucha en el bando patriota para echar al invasor. Pero las promesas que le hacen quedan en nada y pronto el hambre y la miseria serán su única recompensa. Hastiado de charlatanes, se une a los franceses y forma una partida de migueletes, encargados de recaudar los impuestos y luchar contra los bandidos, para acabar finalmente luchando por sí mismo contra todos.

Es fácil juzgar con el peso de la historia a nuestra espalda, pero me pregunto qué habrían hecho muchos padres de familia en una situación así, con hijos a los que alimentar y ni un mal mendrugo que echarse a la boca. Afrancesados, sí. Esperanzados, los hubiese llamado yo, en un tiempo en que nuestra monarquía era un mal chiste y Napoleón parecía el salvador de un pueblo que se agostaba. Creo que yo me habría puesto mil chaquetas con tal de no oír llorar de hambre a mis hijos, porque, a fin de cuentas, la vida de palacio siempre queda lejos ¿o no?. Mi pedazo de tierra, mi casa, mis vecinos... hubiesen seguido siendo los mismos y yo hubiese continuado pagando mis impuestos, sin importar en definitiva a qué bolsillos fuesen a parar.

Desde ese prisma, en mi opinión, hay que enfrentarse al protagonista de esta novela. No pretendo justificar sus acciones, excesivamente crueles en muchos casos, aunque no muy distintas a otros hombres de su tiempo. “Yo soy yo y mis circunstancias”, como diría Ortega y Gasset un siglo más tarde, una frase que, en este caso, se adapta como un guante.

Amores, traiciones y mucha acción son las notas dominantes en esta novela que, además, es un fresco de lo que era la zona de La Garrotxa, con sus costumbres, su paisaje, sus fiestas, sus creencias e incluso sus supersticiones, que también aparecen, con un exceso de fantasía, en la trama. Y un punto de brutalidad que remueve las tripas y que nos hace recordar que, pese al tiempo transcurrido, no hemos cambiado tanto. Por desgracia.
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sábado, 7 de marzo de 2009

Bill Haley, el otro Rey

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Música - Pilar Alonso

¿Quién no ha oído alguna vez “Rock around the Clock”? ¿Y quién, habiéndolo oído, ha podido permanecer completamente indiferente? Es inevitable que los pies, e incluso los hombros o las manos, se muevan al compás.

El autor es Bill Haley, nacido William John Clifton Haley en Michigan, en marzo de 1927. Sus padres eran músicos y a los 15 años se fugó de casa para crear su propio grupo, aunque no tuvo éxito. De emisora en emisora, deambuló por el panorama discográfico sin que nadie se fijara en él. En 1952 grabaría “Crazy man, crazy”, que el famoso disc-jockey Alan Fred escuchó y decidió lanzar, etiquetándolo con un nombre nuevo que él había inventado: “rock’n’roll”.

Tras el éxito de ese tema, Bill Haley firmó un contrato con la poderosa discográfica Decca. El 12 de abril de 1954 se grabó “Rock around the Clock”, que se mantendría durante ocho semanas como el número 1 en las listas de éxitos. Se vendieron quince millones de copias, una cifra que aún en la actualidad no está al alcance de cualquiera.

Con ese tema Bill Haley se convertía en un símbolo del cambio generacional. Tanto él como su banda, The Comets, fueron imitados por todos los jóvenes de 1955. La aparición del Rey, Elvis Presley, aún más rebelde que Haley, los desbancó y, poco a poco, desaparecieron del panorama musical.

Haley moriría el 9 de febrero de 1981, olvidado y solo en su casa, en Texas. Su cadáver no se encontraría hasta cinco días después de su fallecimiento. Nadie había echado de menos al primer hombre que pisó la luna del rock’n’roll.
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jueves, 5 de marzo de 2009

David Livingstone, el buscador de ríos

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Apuntes - por Pilar Alonso

“Si alguna vez vais a África, que Dios os conceda un compañero tan leal y tan noble como David Livingstone”.
Henry Stanley
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Hay tierras que le ganan a uno el alma sin remedio, y algo así fue lo que tuvo que sucederle a David Livingstone con África.

Explorador, médico y misionero, este escocés nacido en 1813 fue uno de los hombres más queridos y admirados de su tiempo. Desde que en 1840 desembarcara en El Cabo, Sudáfrica, exploró gran parte del desconocido continente y realizó descubrimientos de la importancia de las cataratas Victoria, además de ser el primer europeo en recorrer el África central de costa a costa.

Se casó con la hija de otro misionero, Mary Moffat, con quien tuvo varios hijos y que compartió con él muchas de sus penalidades, que, en aquellas tierras tan a menudo hostiles, no debieron ser pocas. Cada vez que regresaba a Inglaterra era recibido con honores y sus libros y conferencias eran todo un éxito.

La última vez que regresó a África lo hizo solo, Mary Livingstone lo seguiría más de tres años después. Su sueño, su reto: descubrir el nacimiento del Nilo. Poco después de reunirse con su esposa, en enero de 1862, ésta fallecía de unas fiebres junto al río Zambeze.

Malaria, disentería, hormigas soldado, serpientes, leones... Livingstone padeció todo tipo de fiebres y enfermedades, que fueron minando su salud, sin contar con el inmenso desgaste que supuso batallar con los nativos para erradicar la esclavitud o, llegado el caso, tratar de cristianizarlos.

El periodista del The New York Herald, Henry Stanley, partió en su busca cuando se le dio por desaparecido, y pronunciaría, al encontrarse con él junto al lago Tanganika, aquella famosa frase “El doctor Livingstone, supongo”, que dio lugar a la leyenda. Poco después de marcharse, sin haber convencido al explorador de regresar con él a Inglaterra, pese a su delicado estado de salud, Livingstone, cada vez más enfermo, fallecía de unas fiebres en la aldea de Chitambo, en la actual Zambia. Era el 1 de mayo de 1873.

Souzi, Chouma y Wainwringt, sus fieles servidores, lo encontraron muerto, arrodillado junto a su cama en actitud de orar. “El buscador de ríos”, como era conocido en muchas partes de África, se había ganado el respeto de aquellas gentes, y ellos consideraron que era su deber transportar el cadáver hasta la costa y entregárselo a los hombres blancos.

Decidieron embalsamarlo y le extrajeron las vísceras. El corazón fue depositado en una caja y enterrado bajo un árbol, a gran profundidad, para evitar que las alimañas pudieran desenterrarlo. El resto del cuerpo fue momificado, envuelto en una tela y transportado durante diez meses por sus hombres, hasta que fue entregado en Zanzíbar en febrero de 1874.

Fue enterrado en la abadía de Westminster en abril de ese mismo año, con la asistencia de las personalidades más relevantes de la sociedad. Jacobo Wainwringt, en representación de sus compañeros africanos, fue uno de los portadores del féretro.

Sus restos descansan junto a reyes y personalidades de la talla de Lord Byron, Charles Darwin, Isaac Newton o Charles Dickens.

Pero su corazón se quedó en África, en la tierra que amaba y en la que pasó la mayor parte de su vida. Creo que es lo que él hubiese querido.
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martes, 3 de marzo de 2009

El pintor de sombras - Esteban Martín

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Reseña - realizada por Pilar Alonso y publicada en www.ciberanika.com

Editorial Plaza&
Janés382 páginas
Género: Novela


Barcelona, finales del siglo XIX. Pablo Ruiz Picasso, recién llegado a la ciudad, no desea más que pintar, encontrar un estilo propio que rompa con todos los estilos conocidos hasta entonces.

Alejado de su familia y sin dinero, hallará cobijo en un burdel en la calle de Aviñón, donde encontrará al amor de su vida, que creía perdido para siempre.

Cuando una de las prostitutas aparece brutalmente asesinada, todas las pistas parecen apuntar en su dirección. Pero él ha visto al auténtico asesino, e incluso lo ha dibujado. Ahora sólo tiene que demostrar su inocencia.

Y no va a ser tarea fácil.


Opinión

Algunos libros resultan ser una agradable e inesperada sorpresa. Eso es lo que ha sido para mí El pintor de sombras.

No conozco la obra de Esteban Martín, que fue coautor de La clave Gaudí, pero es innegable que posee un pulso narrativo difícil de obviar, al menos en esta novela, donde combina realidad y ficción con un tempo y un ritmo magníficos.

El libro tiene dos partes bien diferenciadas. En la primera, asistimos a los primeros años de Pablo Picasso en Barcelona, sus estudios, sus amigos, sus correrías y sus primeras obras, su afán por hacer algo distinto, alejado de la pintura convencional, la relación con su familia y sus amores iniciales. Un recorrido por la Barcelona de finales del siglo XIX de lo más sugerente, en especial por la parte más humilde de la ciudad, de la mano de uno de los pintores más famosos de la historia. Reconozco que no es mi artista favorito, ni es mi estilo, pero Esteban Martín ha conseguido que me interesara por su obra, buscando en internet los cuadros que mencionaba y valorando lo que supuso su figura para la Historia del Arte. He mirado y remirado el cuadro de Las Señoritas de Aviñón desde todos los ángulos, tratando de ver a sus protagonistas, de reconocer a los personajes de la novela. Y ha sido una experiencia de lo más cautivadora.

Para empezar, con esa primera parte ya me había ganado el pulso. Las aventuras del joven me tenían completamente atrapada, entonces comenzaron a complicarse y... llegaba otra maravillosa sorpresa. La segunda parte del libro da un giro brutal y de repente nos encontramos en Londres, en una habitación que, nada más llegar, me sonaba mucho, muchísimo. A las pocas líneas ya sabía por qué. Steven Arrow es el protagonista de esta segunda parte, y Steven Arrow no es otro que el alter ego de Sherlock Holmes, con su inseparable Watson encarnado por el doctor Sherrinford, y Conan Doyle usando sus casos verídicos para su personaje ficticio.

Cualquiera que me conozca sabe que me encantan las aventuras de Sherlock Holmes y encontrarme a un personaje con la mayoría de sus características, pero mucho más humano y cercano, ha sido todo un descubrimiento. Esta sección de la novela se inicia poniendo al lector en antecedentes sobre la vida de Arrow. Para quien conozca la obra de Conan Doyle, es un poco como releer Estudio en Escarlata, donde narra cómo trabaron conocimiento el detective y el doctor, con algunas variantes. Y toda esta parte es una especie de homenaje al detective más famoso de todos los tiempos, con guiños a personajes, aventuras y situaciones, y además escrito en primera persona, como hace Watson con todos los casos de Holmes.

Steven Arrow llega a Barcelona para ayudar en la investigación de una serie de prostitutas brutalmente descuartizadas y allí conoce a Picasso. No voy a dar más datos para no revelar los misterios que encierra la trama, que son muchos y variados.

Hay muchas cosas interesantes en esta novela, que demuestran el cuidado que ha puesto el autor a la hora de documentarse, tejiendo una trama en la que resulta difícil separar realidad y ficción. Empezando con Picasso y Sherlock Holmes y siguiendo con las teorías sobre los delincuentes, la guerra de Cuba, los primeros pasos de La Vanguardia, asesinos en serie del siglo XIX casi desconocidos, y un sinfín de detalles y anécdotas de lo más sugerentes, y todo con una prosa cuidada, buenos diálogos, capítulos cortos, protagonistas fascinantes y una historia que te deja pegado al asiento con sólo leer las primeras líneas.

Siempre es un placer abrir un libro nuevo, ansioso por descubrir qué sorpresas se esconden entre sus páginas. Me alegra decir que El pintor de sombras ha superado con creces mis expectativas.
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domingo, 1 de marzo de 2009

Novedades destacadas

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Estas son las últimas novedades editoriales que más me han llamado la atención, por si os pueden interesar:
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Vidas de los césares, Anthony A. Barrett, ed., de Editorial Crítica, un recorrido por las vidas de los emperadores romanos de la mano de doce especialistas en Historia de Roma, un ensayo que no deberían perderse los amantes del género.


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Grijalbo publica una nueva novela de Fréderic Lenoir, El oráculo de la luna, ambientada en la cuenca mediterránea del siglo XVI, un thriller histórico marcado por la intriga, la astrología y la religión.

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Tutankhamon, la nueva novela de Christian Jacq, de Planeta, está ya en las librerías. Un regreso a Egipto de la mano de uno de los escritores que más han escrito sobre el tema.


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Nowtilus, en su colección de Breve Historia apuesta por el Salvaje Oeste con cuatro títulos firmados por Gregorio Doval, que aborda cuestiones como los pistoleros y forajidos, los indios, los cowboys o la propia conquista del Oeste.






Veneno en la corte, de Dorothy Dunnett es una de las apuestas de la editorial Pàmies para estos días, una novela ambientada en la corte francesa, donde María de Guisa, la madre de María Estuardo, tratará de descubrir las intrigas que pretenden acabar con la vida de la futura reina de Escocia.
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