domingo, 15 de abril de 2012

TITANIC. El final de unas vidas doradas - Hugh Brewster

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com


Lumen, Febrero 2012
Género: Ensayo - Reportaje
418 páginas



El 15 de abril de 1912 los telégrafos de todo el mundo se hacían eco del fatal hundimiento del Titanic.

Hugh Brewster, un experto dedicado a la investigación del caso, describe en este libro la vida de los hombres y mujeres que viajaban a bordo del transatlántico.

Brewster lleva al lector al interior de aquel majestuoso hotel flotante de la mano de sus protagonistas: el artista y escritor Frank Miller, los millonarios John Jacob Astor y Benjamin Guggenheim, lady Lucy Duff Gordon, una de las damas que marcaban la moda del momento…
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Hoy se cumple el primer centenario del hundimiento del Titanic, un hecho que conmocionó al mundo y que aún hoy sigue haciendo correr ríos de tinta y de celuloide.

La tragedia que acabó con la vida de más de 1.500 personas marcó también el ocaso de una sociedad que caminaba sin saberlo hacia la Primera Guerra Mundial, como si fuese un presagio de todos los males que aún estaban por llegar.

Hugh Brewster lleva años investigando el hundimiento del Titanic. En 1986 formó parte del equipo de Robert Ballard, el primero que logró acceder con un submarino a los restos del trasatlántico y filmar las primeras imágenes. Desde entonces su interés no ha menguado, y buena muestra de ello es este trabajo.

Es cierto que existen multitud de ensayos y novelas sobre el tema, pero la originalidad de éste radica en su contenido. Hugh Brewster ha optado por un enfoque novedoso: contar al lector quiénes eran los pasajeros del barco y qué circunstancias los habían llevado hasta allí, especialmente a los de primera clase.


Millonarios, magnates, damas de postín, artistas y vividores, formaron parte de los 329 pasajeros de primera que viajaban en el Titanic. Aquí nos encontramos con personajes con nombres y apellidos, cuyas historias el autor desgrana para nosotros.

Con gran lujo de detalles, nos habla de los decorados, la comida, la vestimenta o las costumbres de una sociedad que asistía al declive de la llamada Edad Dorada. Aquí no se trata de personajes anónimos o ficticios que sufren una tragedia, aquí hablan las voces de los supervivientes y de muchos que perecieron bajo las aguas pero que lograron dejar por escrito algunas de sus experiencias a bordo del barco (en forma de cartas o telegramas que más tarde serían de gran valor histórico).

Hugh Brewster inicia su andadura con el Titanic y a través de sus protagonistas va narrando cómo se desarrollaron las jornadas hasta la fatídica noche del quince de abril, cuando un iceberg se interpuso en el camino del barco más famoso de la Historia.

De ahí, siguiendo a esos mismos personajes, explica las labores para abandonar el barco, y cómo cada uno de ellos fue afrontando la situación. La reconstrucción de los hechos se basa en los testimonios de los más afortunados, algunos de cuyos comentarios aparecen entre comillas.

Aunque es cierto que hay multitud de personajes y de historias similares, poco a poco el lector va reconociendo y asimilando a muchos de ellos, cuyas trayectorias se van entrecruzando a lo largo de todo el relato. El libro, además, se acompaña de fotografías, a las que es inevitable acudir para ponerle cara a unas personas que vivieron una auténtica pesadilla.

Este libro es un impresionante trabajo de documentación, donde el autor incluye una serie de apéndices, como cartas, o una bibliografía completísima. Además de ello, incluye al final una pequeña biografía de los supervivientes, para que el lector sepa qué fue de ellos tras aquella fatídica noche.

Nombres, apellidos y sueños tiene en este libro un rostro que les acompaña. Algunos lograron sobrevivir, otros descansan bajo las frías aguas del Atlántico. Todos ellos reciben en este libro su homenaje. Incluso aquellos que no se nombran.
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sábado, 7 de abril de 2012

Casualidades, coincidencias y serendipias de la Historia - Gregorio Doval

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com



Nowtilus, Octubre 2011
Género: Ensayo - Divulgación
336 páginas



Sorpréndase con las casualidades que abundan en la historia, los descubrimientos realizados por azar, todas las chiripas, las carambolas en las que ha intervenido la suerte, las coincidencias más inverosímiles que han provocado consecuencias inesperadas…

Conozca el descubrimiento azaroso de la sacarina y las predicciones relacionadas con el hundimiento del Titanic. Sorpréndase con las obras literarias que anticiparon desastres, naufragios y hasta casos de canibalismo.

El autor nos adentra en las casualidades, coincidencias y serendipias que han conformado nuestra historia.

Anécdotas curiosas, teorías chocantes, sucesos inexplicables y detalles increíbles tienen cabida en esta nueva colección de Nowtilus que dejará al lector con la boca abierta. La trastienda de la historia oficial contada con un toque de humor.

(Sinopsis de la editorial)
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Gregorio Doval reúne en esta obra multitud de anécdotas y curiosidades, sucesos increíbles, leyendas que podrían ser ciertas, sucesos sorprendentes, increíbles casualidades y extrañas coincidencias.

La obra se divide en diez capítulos y en cada uno de ellos se abordan distintos temas: Casualidades poco comunes; Chiripas y carambolas; Crónicas de sucesos lamentables; Hechos de consecuencias inesperadas; Paradojas e ironías de la vida; Coincidencias inverosímiles; Serendipias y descubrimientos afortunados; La rueda de la buena fortuna; Infortunios, maldiciones y gafes; y Premoniciones, sueños proféticos y malos augurios, con una bibliografía muy completa al final.

Maldiciones, rachas de buena suerte, hallazgos casuales, descubrimientos sorprendentes… muchos de ellos tienen que ver con el azar, con las coincidencias y con la casualidad. Cómo explicar que a un guardabosques de Virginia le alcanzaran siete rayos a lo largo de su vida, o que cinco hermanos se embarcaran en el mismo barco durante la Segunda Guerra Mundial y murieran todos el mismo día cuando el buque fue hundido por los alemanes. Fortunas ganadas y perdidas, atentados que no acabaron con las vidas de sus objetivos, descubrimientos médicos debidos al azar, hallazgos extraordinarios en lugares insospechados y un sinfín de anécdotas relacionadas con la Historia, la Medicina, el Arte, la Literatura o la Música, sin olvidar sucesos más o menos recientes que ocuparían las páginas de sucesos, o golpes de suerte o desgracia que nos sacuden de vez en cuando.

Cada relato está impreso en un tipo distinto de letra, para diferenciarlos bien unos de otros, y algunos se acompañan incluso de una fotografía ilustrativa sobre el personaje, el fenómeno o el hecho en cuestión. Se trata de uno de esos libros que no es aconsejable leer de un tirón, el exceso conseguiría insensibilizarnos ante las sorpresas que nos aguardan. Se presta más a pequeñas incursiones, para deleitarnos con algunos de esos hechos insólitos, para comentarlos y saborearlos, y quedarnos con ganas de más.

Un libro ameno y curioso, que demuestra que el azar rige algunos aspectos de nuestra vida sin que seamos conscientes de ello.

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martes, 3 de abril de 2012

Ladrones de tinta - Alfonso Mateo-Sagasta

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com


Editorial Zeta, Marzo 2006
Género: Novela
576 páginas


Diez años después de que Francisco Robles editara El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, un escritor de nombre Alonso Fernández de Avellaneda publica la segunda parte.

Robles, furioso porque alguien interceda en su negocio, encarga a uno de sus empleados, Isidoro de Montemayor, que averigüe quién es Avellaneda y le ajuste las cuentas.

Pero la tarea no resulta fácil. Nadie sabe quién se esconde tras el seudónimo de un hombre que parece querer destruir a Cervantes.
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Alfonso Mateo-Sagasta, que el año pasado fue galardonado con el III Premio CajaGranada de Novela Histórica por su novela Caminarás con el sol, tiene dos novelas protagonizadas por Isidoro de Montemayor y ambientadas en el Siglo de Oro. Esta es la primera de ellas.


En 1614 Alonso Fernández de Avellaneda publicaba La Segunda parte del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, casi diez años después de que Miguel de Cervantes diera vida a su personaje. No se sabe qué escritor se escondía tras el seudónimo de Avellaneda, aunque la crítica baraja la posibilidad de que fuera alguno de los allegados de Lope de Vega, que no se llevaba muy bien con Cervantes. La obra de Avellaneda contenía varias alusiones desfavorables hacia la obra original y hacia el autor, especialmente en el prólogo, igual que El ingenioso hidalgo contenía el mismo tipo de comentarios perniciosos sobre Lope y otros personajes de la época.

Alfonso Mateo-Sagasta ubica su obra en Madrid, en el año 1614, y el argumento gira alrededor de ese Quijote apócrifo. El protagonista, Isidoro de Montemayor, corrector de pruebas de imprenta, gacetillero y empleado en un garito, recibe el encargo de descubrir quién se esconde tras el nombre de Avellaneda.

Sus pesquisas le llevan a realizar una relectura de la obra de Cervantes a través de amigos y conocidos, que le hacen ver las referencias y alusiones a otros autores y personajes de la época en los que no se había fijado. Y la información resulta tan suculenta, que el lector no tiene más remedio que acudir a la misma fuente y comprobar con sus ojos que dichas afirmaciones son completamente ciertas.

El protagonista visitará al propio Cervantes, pero también a Lope de Vega, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo o Tirso de Molina, recreando con gran maestría un Siglo de Oro cargado de rencillas, envidias y lenguas afiladas.

La recreación no se queda en los grandes maestros de nuestra literatura. El autor trabaja el contexto histórico con la misma soltura, y lo mismo hace con la vida cotidiana. El conde de Osuna o el duque de Lerma se codean con frailes, prostitutas, tenderos o vividores para presentarnos el Madrid de la época con gran realismo, repleto de curiosidades y de anécdotas. Entre las más suculentas: el uso de orina para blanquear los dientes por parte de los barberos (dentistas), la creencia de que las inmundicias en las calles favorecían la salud debido al aire demasiado puro de la capital, o la costumbre de no hacer acopio de alimentos en la casas, ni siquiera en las principales.

Pero Mateo-Sagasta no se limita a sumergirnos en el Siglo de Oro a través de su historia o sus personajes, muy bien documentados, lo hace también a través de su prosa, amoldada al estilo de la época, sabrosa y enriquecedora, con un fino sentido del humor y de la ironía. El estilo es perfecto, tanto que dan ganas de quitarse el sombrero y hacer una reverencia, barriendo el suelo con sus plumas.

Los personajes están tan bien trabajados que saltan del papel para sentarse a nuestro lado. No nos cuesta nada imaginar a Venancia, la casera del protagonista, una mujer odiosa y calculadora, o a Ximenet, el primo dentista, o a tantos otros que desfilan por sus páginas, algunos con nombre propio y otros simples ciudadanos de a pie. El cuidado que el autor dedica a todos ellos y el gusto por el detalle los convierten en seres de carne y hueso, capaces de encandilarnos con sus historias o sus miserias.

En cuanto a la trama, he de decir que está bien construida y ensamblada, que es inteligente y original, jugosa y equilibrada. Es todo un privilegio sumergirse en las páginas de esta novela y dejarse arrastrar hasta el siglo XVII para compartir unos vinos con Lope de Vega, unas confidencias con Cervantes o unos versos con Quevedo.

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