lunes, 15 de marzo de 2010

El asedio - Arturo Pérez-Reverte

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en http://www.ciberanika.com/

Editorial Alfaguara, Marzo 2010
Género: Novela
733 páginas

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Cádiz, 1811. España lucha por su independencia mientras América lo hace por la suya. En las calles de la ciudad más liberal de Europa se libran batallas de otra índole. Mujeres jóvenes aparecen desolladas a latigazos. En cada lugar, antes del hallazgo del cadáver, ha caído una bomba francesa. Eso traza sobre la ciudad un mapa superpuesto y siniestro: un complejo tablero de ajedrez donde la mano de un jugador oculto – un asesino despiadado, el azar, las curvas de artillería, la dirección de los vientos, el cálculo de probabilidades – mueve piezas que deciden y entrelazan el destino de los protagonistas: un policía corrupto y brutal, la heredera de una importante casa comercial gaditana, un capitán corsario de pocos escrúpulos, un taxidermista misántropo y espía, un curtido guerrillero de las salinas y un excéntrico artillero francés a quien las guerras importan menos que resolver el problema técnico del corto alcance de sus obuses.

(Sinopsis de la editorial)
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Después de Cabo Trafalgar y Un día de cólera, Arturo Pérez-Reverte parece emular los pasos que ya diera Benito Pérez-Galdós con sus Episodios Nacionales. Cádiz es en este caso el escenario donde va a desarrollarse la acción, y la época la misma que ya eligiera el escritor canario para ubicar las aventuras de Gabriel Araceli.

Estamos en 1811. Cádiz sufre el asedio de las tropas napoleónicas y en ese escenario se entrecruzan tres historias diferentes de la mano de media docena de protagonistas. Tenemos por un lado una serie de asesinatos de muchachas que mantienen en vilo a un comisario de policía con pocos escrúpulos. Por otro a una mujer joven al frente de una casa comercial en un momento delicado. Y por último el frente francés, donde un científico convertido en capitán trabaja con números y probabilidades para que las bombas que lanza sobre Cádiz causen el mayor daño posible. De fondo, las guerrillas contra los franceses, la Constitución de 1812, la revuelta en las colonias americanas, los corsarios de uno y otro bando y la vida cotidiana en una ciudad asediada que mantiene abiertos sus puertos al mar.

La trama, compleja en apariencia, se desenvuelve con soltura, y cada uno de los hilos argumentales conecta con los demás en distintas ocasiones, hasta formar un todo que dibuja con precisión un momento y un lugar. Con una prosa rica y fluida, Pérez-Reverte nos muestra un cuadro lleno de detalles, de sucesos extraordinarios y de personajes memorables, con esa pátina de amargura que impregna gran parte de sus novelas y que contagia al lector hasta el final.

No faltan por supuesto los héroes, los hombres de mar que tanto gustan al autor, y que se juegan la vida sobre balandras o bergantines, cazando o huyendo bajo el fuego enemigo, y donde demuestra sus grandes conocimientos marineros a la hora de emplear términos náuticos tanto en aparejos como en maniobras.

Esta novela, pese a su extensión, se lee con interés creciente y combina a la perfección el género histórico, el policíaco y el de aventuras. Amena e interesante, nos sumerge en un mundo del que resulta difícil alejarse llegado el final, reacios a despedir a gentes y lugares que nos han cautivado durante horas. Uno incluso lamenta no saber un poco más de lo que pasó con Ricardo Maraña o con Lorenzo Virués – dos personajes secundarios con mucho juego - tras la retirada de los franceses, qué nuevos retos tuvo que afrontar Lolita Palma o cómo vería desde entonces la ciudad el comisario Tizón. Preguntas que, no me cabe duda, se plantearán muchos lectores al cerrar la última página, como quien cierra una puerta que sabe que va a tardar mucho, mucho tiempo en volver a abrir.
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