martes, 21 de septiembre de 2010

Resiste Tucson - Alber Vázquez

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com

Inédita Editores, Julio 2010
Género: Novela
392 páginas


Año 1782. Los apaches han atacado la población de Tucson. El capitán Allande, al mando de la guarnición, comprende que la actuación de los indios en esta ocasión es distinta a las anteriores.

Los apaches tienen un nuevo jefe y ya no se limitan a robar o a secuestrar a alguna joven, ahora quieren expulsar a los españoles del territorio. Y es algo que éstos no están dispuestos a consentir.
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¿Qué había antes del western? Porque los territorios de Arizona, Nuevo México o Texas no brotaron de la nada el día en que el primer yanqui sacó un revólver y se lió a tiros con los pieles rojas. Los españoles ya estaban allí, protagonizando los primeros episodios del Salvaje Oeste. Y Alber Vázquez ha recreado uno de ellos en esta novela.

Lo primero que llama la atención al adentrarnos en su lectura, es el estilo con el que está escrita. Vázquez ha optado por presentarnos la historia desde el punto de vista de los españoles, de los militares y colonos asentados en Tucson, en la frontera del virreinato de Nueva España. Una zona hostil e inhóspita y una vida más que dura para un puñado de personas que tratan de sobrevivir a toda costa.

Lo más asombroso es el tono que utiliza, como si el autor fuese contemporáneo de sus personajes y expusiera sus opiniones acerca de los indios: seres sin alma, salvajes que no son capaces ni de comunicarse, gente vaga y ruin que no sirve para trabajar y que sólo sabe robar, personificaciones de Satán… y todo un sinfín de expresiones peyorativas acerca de los apaches muy en consonancia con la época y con el modo de pensar de aquellos tiempos. A veces incluso utiliza la segunda persona, increpando al propio lector, que se siente irremediablemente unido a la narración y que la sigue con deleite.

Los indios no tienen voz, apenas si tienen rostro, y son los españoles, especialmente los militares, los que llevan el peso de la trama. Una trama bien construida, bien estructurada, con un ritmo magnífico, equilibrado, cierta dosis de humor ácido y mucha aventura. Si a todo ello le añadimos una prosa incisiva, cínica en ocasiones, dura y contundente, tenemos como resultado un libro que te engancha desde la primera línea, que te sacude y que te hace vibrar.

La ambientación es magnífica, cuidada en los detalles, los personajes tienen mucha fuerza y la atmósfera es capaz de transmitir ese miedo que sentían los habitantes de Tucson ante los posibles ataques de los apaches.

Una estupenda recreación histórica en la que es un placer zambullirse.
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2 comentarios:

Novela antihistórica dijo...

"Resiste Tucson" tiene un sólo mérito como novela histórica y no es precisamente la ambientación. Ahí Alber Vázquez se estrella, como en "Mediohombre", con su desconocimiento básico de la materia sobre la que escribe. Su documentación es superficial y le hace caer en errores de bulto verdaderamente grotescos. La gente de la que habla es irreal, las mujeres por ejemplo. O los apaches. O el lenguaje que utilizan los oficiales con los soldados. La gente de los presidios y plazas fuertes de esa época no se comportaban así. Las mujeres sabián manejar perfectamente un mosquete. Un oficial no se presentaba en público sin sombrero jamás. Ni siquiera para demostrar lo duro que era (una idea ridícula. En lugar de tomarlo por un tipo duro hubieran dicho que estaba loco o que era un hombre sin honor ni verguenza.Un gesto como el de Pedro de Allande al principio de la novela equivale, en la sociedad europea del siglo XVIII, a ir hoy desnudo por la calle). De hecho, nadie iba con la cabeza descubierta en público. Los apaches no eran bestias salvajes. Sencillamente estaban huyendo hacia las fronteras españolas por la presión de los ataques de comanches -alguno de ellos como Hi-soon-sanches (o, si se prefiere, Sánchez)mestizos españoles- y de los wichitas. Y así sucesivamente. Pero, sí, algún mérito tiene "Resiste Tucson" más allá de todas esas atrocidades cuarteleras imaginadas por el autor que equivalen a decir, un poner, que la carga de la Brigada Ligera en Balaclava se hizo con motos "Triumph" y no con caballos. Asi de absurdo resulta mucho de lo que dice Alber Vázquez. Pero, sí, algún mérito como novela histórica tiene. Eso no se le puede negar. Todos los detalles al respecto los tenéis en el nº de septiembre de 2011 de "La novela antihistórica".

Anónimo dijo...

No lo leeré. Ya en el título trae un error. Tucsón fue fundado como San Agustín del Toixón por España, que degeneraría a San Agustín del Tucsón. Así que no sé a que presidio se refiere el autor, porque el que fundaron los españoles lleva acento en la o. Es cuestión de ir a Tucsón y hablar con los hispanoparlantes del área y verán. En esta página algo de historia: http://www.losdescendientes.org/