viernes, 5 de junio de 2009

Forjada en cobre - Katia Fox

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Reseña - por Pilar Alonso

Editorial Grijalbo, 2009
617 páginas
Género: Novela
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Ellen es hija de un herrero en la turbulenta Inglaterra del siglo XII. Su sueño es suceder a su padre al frente del negocio, algo impensable para una mujer de su tiempo.

Cuando se ve obligada a huir de su pueblo para evitar la venganza del noble del lugar, lo hará disfrazada de muchacho. Haciéndose pasar por varón y gracias a su extraordinario don para la forja, logrará ser aceptada como aprendiz en casa de un herrero.

Junto a él viajará hasta Normandía y conocerá los entresijos de los torneos, la vida de los caballeros y las mejores técnicas para realizar su sueño: forjar algún día una espada digna del rey.
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A estas alturas, encontrar a una protagonista en una novela histórica que se disfrace de muchacho para alcanzar su meta no es ninguna novedad. De hecho, es un recurso bastante manido que, sin embargo, parece funcionar muy bien. Y esta novela no es una excepción.

Si además le añadimos una serie de casualidades bastante inverosímiles, como que inmediatamente después de abandonar a un herrero conozca, en medio de un bosque, a alguien que justamente fabrica vainas para espadas o que en casa de otro de ellos trabe amistad con un orfebre que también la dejará trabajar como aprendiz, tenemos una historia bastante previsible que ya indica cómo van a continuar las peripecias de la protagonista.

No falta el malo-malísimo de la historia, ese que trunca gran parte de los sueños de la joven y que le hace la vida imposible cada vez que se cruza en su camino. Ni por supuesto el caballero guapo y valiente que representa todos los ideales de su condición. Ni faltan tampoco las dificultades a las que se enfrenta la protagonista para conseguir su sueño, el primero y más importante de los cuales tiene que ver con su sexo.

Todos esos recursos han sido explotados en multitud de novelas con mayor o menor acierto y pese a ello es casi inevitable abandonar la historia, porque, aunque uno sepa o intuya el final, siempre hay giros inesperados o detalles que le reconcilian con el tema. En mi caso ha sido la excelente labor de investigación de la autora para explicarme las diferentes fases de la fabricación de una espada, por no hablar del momento histórico elegido, la lucha de los hijos de Enrique II y Leonor de Aquitania contra su padre y contra ellos mismos, y entre los que se encontraba Ricardo Corazón de León.

La novela se lee con soltura, a pesar de que los capítulos van dando saltos en el tiempo, en ocasiones de hasta dos años. No es una historia lineal y abarca desde julio de 1161 hasta julio de 1183. Esos más de veinte años siguen las andanzas de Ellen a través del sur de Inglaterra y del norte de la Francia actual y el entramado histórico sirve de fondo a la novela, sin entrar de lleno en él, como si se tratase de un simple decorado.

Como novela histórica le falta profundidad, pero como novela de aventuras funciona bastante bien. Los personajes son bastante simples, igual que sus motivaciones, pero la acción está bien dosificada, la prosa es ágil y consigue mantener el interés hasta el final.
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