domingo, 31 de mayo de 2009

Entrevista a Blanca Busquets por "A saber dónde está el cielo"

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Por Pilar Alonso

Blanca Busquets, escritora y periodista, trabaja en Catalunya Ràdio desde 1986. Escribió su primer cuento a los doce años y ganó su primer premio a los diecisiete. Ha publicado en catalán Presó de neu (2003), El jersei (2006) y Tren a Puigcerdà (2007).

Simpática, de sonrisa presta y encantadora, accedió a reunirse conmigo y nos tomamos un café mientras hablábamos de A saber dónde está el cielo, su primera obra publicada en catalán y castellano simultáneamente.


- Blanca Busquets trabaja desde hace años en las emisoras de Catalunya Rádio. Gran parte de tu novela está muy relacionada con ese ámbito. ¿Es realmente un ambiente tan caótico y tan absorbente como aparece en el libro? ¿Tiene de verdad ese punto adictivo que parece sufrir el protagonista?

Absorbente sí, caótico no. Prisas sí, muchas, el directo es el directo y siempre se trabaja bajo mucha presión, y todo está muy estructurado. No tienes tiempo de pensar y todo ha de estar muy preparado.

En cuanto al punto adictivo, sí, es cierto. Es como una droga, sobre todo al comienzo. No es extraño para los que trabajamos en radio pasar el fin de semana pensando en el programa, en los contenidos, y además, la mayoría de programas trabajan con la actualidad, que no descansa ni sábados ni domingos. Pero lo haces porque te gusta, porque te encanta.

- Sergi, tu protagonista, es una especie de “divo”, un déspota con su equipo, sobre todo con las mujeres. ¿Hay muchos personajes como él en la vida real de la radio o de la televisión?

La televisión es diferente. En la radio el ambiente es muy distinto. Puede haber esos “divos”, pero no acostumbra tanto como en televisión. Yo no he querido describir a un “divo” de radio, sino a un tipo de persona que ha salido de la nada, que ha subido muy alto y que se dedica a pisar a los demás.


- Lo cierto es que el planteamiento de tu novela es original y el principio sumamente impactante. ¿Cómo surgió el argumento de A saber dónde está el cielo?

Llegó, sería la respuesta (risas). No busco argumentos, tengo una serie de ideas que me interesa tratar, que no son definidas, sino más bien intuitivas, y a partir de la idea inicial voy tirando y a ver qué sale. Y tenía claro cómo quería comenzar la novela. Yo soy mucho de humor negro y en cuanto a los tanatorios siempre he pensado que en aquellas salas tienen que pasar cosas, ha de haber líos, equivocaciones... Claro que el que trabaja en un tanatorio, por respeto a los familiares, debe callar y en muchas ocasiones esconder la sonrisa ante algunas de las cosas que deben suceder.


- Tu protagonista dice en un momento dado “No entiendo cómo puedo haberme olvidado de una cosa que, en cambio, ha sido trascendental para la vida de otra persona”. ¿Es ése el mensaje de tu novela, caso de haberlo? ¿Cómo, sin darnos cuenta, influimos en las vidas de otros?

Éste es uno de los motivos claves, sí. He establecido expresamente esa frontera, cómo ante un hecho determinado algunas personas dirían que eso es una exageración y a otras les parecería muy relevante. Quería un poco mostrar eso, la relatividad de un hecho en concreto. Un poco como que todo es relativo, depende de cómo te lo tomas y de si eres capaz de ponerte en la piel del otro.


- La experiencia que sufre Sergi le sirve, en gran medida, como lección de humildad. ¿Crees que algo así puede cambiar realmente a una persona? ¿Cómo es el nuevo Sergi, ese que no aparece ya en la novela? ¿O cómo te gustaría que fuera?

Vaya, me pides que continúe creando (risas). De entrada tiene un cambio de actitud con respecto a su programa y a su equipo, y por primera vez en su vida pone en duda que se haya portado correctamente y ése es un punto de partida para seguir adelante de una forma diferente. Creo que le falta mucho y que irá aprendiendo, pero es un comienzo. Cuando vuelva a la radio, aún estará aturdido, pero empezará a fijarse en cosas, tal vez incluso coja a su ex y hable con ella, y terminará convertido en una persona “normal”.


- Las coincidencias y las casualidades están muy presentes en tu novela. ¿Crees que la vida está llena de ellas, aunque a veces no seamos conscientes de ello?

Sí, por supuesto. Estaba definido de otra manera en mi anterior novela, Tren a Puigcerdà, en la que once personas que viajan dentro del mismo vagón descubren que todos están relacionados entre sí, aunque no lo sepan. Y estoy convencida de que en la vida real, si investigáramos un poco, descubriríamos muchas casualidades. En esta novela está llevado al máximo, por supuesto, aunque puede pasar.

- En la solapa del libro dice que escribiste tu primer cuento a los doce años. ¿Escribir ha sido siempre tu gran pasión?

Mi gran pasión no, mi vida, diría yo. Mi gran pasión es la radio. Había ganado algún concurso en mi juventud, pero siempre piensas que lo que escribes no es publicable. Y sobre todo cuando conoces a escritores mediáticos ( por mi trabajo he conocido a varios), y te das cuenta de que lo que escribes no tiene nada que ver con lo que hacen ellos.

- ¿Es difícil escribir? ¿Cómo afrontas la página en blanco?

No, para mí no. Para mí lo difícil es contenerme para no hacerlo, cuando no puedes porque tienes trabajo o cualquier otra obligación. Creo que no podría parar de escribir.


- La novela, a pesar de los temas trágicos que toca, no está exenta de sentido del humor ¿cómo te lo has pasado escribiéndola?

Me lo he pasado muy bien. Hay escritores que dicen que lo pasan mal escribiendo y a veces me cuesta entenderlo. Sólo en algún momento muy concreto, en mi primera novela, lo pasé mal escribiendo un capítulo, pero ha sido el único instante. El resto, me lo he pasado pipa.


- ¿Te ha resultado difícil conjugar todas las casualidades para hacer que la historia “cuadre”?

No especialmente, algún detalle tal vez sí, pero conforme iba escribiendo las soluciones se iban presentando solas.


- Hay una idea subyacente en toda la novela: todos tenemos un pasado pero, ¿todos escondemos algo?

Sí, todos, incluso los que alardean de su sinceridad.


- En relación con la pregunta anterior, Sergi se muestra realmente angustiado por el hecho de que lleguen a descubrirse sus orígenes, de los que ha procurado distanciarse. ¿Por qué le avergüenzan tanto?

Bueno, hay gente que se avergüenza de sus orígenes, tal vez porque los padres no tienen nada que ver con el ambiente en el que se mueven ahora y no saben cómo llevarlo. Yo he conocido a gente así.


- La parte más interesante del libro, en cuanto a técnica, es una carta en cuya lectura intervienen hasta cuatro personajes distintos. ¿Te resultó muy complicado escribir esa parte y conseguir que el lector no se pierda?

Bien, esa parte es quizás la más complicada técnicamente, pero no me costó tanto trabajo. Eso sí, se la di a leer a un par de personas para que me dieran su opinión y apenas tuve que corregir nada.

- A saber dónde está el cielo, es tu primera novela publicada en castellano y catalán simultáneamente. ¿Qué acogida está teniendo?

De momento bastante bien, aunque no es ningún bestseller.

- ¿Estás preparando tu próximo trabajo? ¿Puedes adelantarnos algo?

Ahora estoy trabajando en una novela en la que tienen que ver una abuela y una nieta y que se desarrolla en dos momentos históricos distintos, es todo lo que puedo decir.

- Muchas gracias por tu tiempo y mucha suerte con esta novela.

Gracias a ti.
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