sábado, 9 de mayo de 2009

El escándalo de la temporada - Sophie Gee

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Reseña - realizada por Pilar Alonso y publicada originalmente en www.ciberanika.com

Editorial Martínez Roca
446 páginas
Género: Novela

Londres, año 1711. Católicos y protestantes han alcanzado una paz precaria, aunque no dejen de tejerse conspiraciones para derrocar a la protestante reina Ana y colocar en su lugar al candidato católico.

Mientras tanto, Londres bulle de actividad. Bailes de máscaras, tertulias en los cafés, representaciones de ópera... y a ella llega proveniente del campo Alexander Pope, un joven con graves taras físicas dispuesto a convertirse en un poeta de éxito.

Allí, además de codearse con artistas como el escritor Jonathan Swift o el pintor Charles Jervas, será testigo de excepción de la seducción de que fue objeto la bella Arabella Fermor por parte de Lord Petre, y que le serviría para escribir una de sus obras más famosas.

Muchas veces me he preguntado qué realidades se esconden tras las obras de determinados artistas, qué los inspiró, en qué se basaron, de qué fuentes bebieron para pintar sus cuadros, esculpir sus estatuas o componer sus versos. El escándalo de la temporada responde a una de esas cuestiones: la historia en la que Alexander Pope se basó para escribir El rizo robado, una obra que le haría famoso y que le permitiría vivir de su pluma.

El episodio entre Arabella Fermor y Lord Petre es un hecho real y al parecer es cierto que sirvió de base para que Pope escribiera su obra. Ambos son los auténticos protagonistas de la novela, aunque la figura del poeta esté presente a lo largo de toda la trama e incluso intervenga en muchos episodios de la misma. Todos son personajes reales, incluidas las hermanas Blount, a las que Alexander estaba especialmente unido. Este hecho dota a la obra de gran realismo, hasta el punto de que nos encontramos no sólo ante una novela histórica con una extraordinaria ambientación, sino incluso me atrevería a decir que ante una especie de “ensayo” novelado, si tal género existe.

La autora, que posee un doctorado en Harvard sobre contaminación, suciedad y sátira en el Londres del siglo XVIII (aunque no sé qué tienen que ver las dos primeras especialidades con la sátira en concreto) realiza un retrato del Londres de aquellos años plagado de detalles, desde cafés o tabernas hasta las barcazas que surcaban el Támesis, los mercados, los teatros, incidiendo especialmente en las costumbres de la alta sociedad, que es en la que se ubican los protagonistas de la trama.

El resultado es una novela que se lee sola. La prosa es tan fluida, la historia tan interesante y los personajes tan bien retratados, que el lector no necesita realizar más esfuerzo que pasar las páginas para empaparse de un momento histórico marcado por las conspiraciones políticas y los bailes de sociedad.
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