viernes, 11 de junio de 2010

Breve historia de los indios norteamericanos - Gregorio Doval

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Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com


Ediciones Nowtilus, Marzo 2009
Género: Divulgación
351 páginas


Cuando los colonizadores llegaron por primera vez a tierras norteamericanas descubrieron que estaban habitadas por numerosas tribus de indios salvajes, casi un millón de individuos diseminados por uno de los territorios más extensos y ricos del planeta.

El ansia por colonizar a toda costa aquellas tierras llevó a los primeros enfrentamientos con los pieles rojas ya en el siglo XVIII, y esa tendencia no hizo sino aumentar hasta conseguir primero expulsarlos de sus lugares de origen y luego casi exterminarlos.

Esta es la historia de ese conflicto.
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Cuando era niña jugábamos a indios y vaqueros y recuerdo que nadie quería ser un piel roja. Ellos eran “los malos”: arrancaban cabelleras, robaban ganado, se emborrachaban y siempre eran vencidos por los rostros pálidos. “Sólo hay un indio bueno: el indio muerto” era una frase que solíamos pensar antes de disparar con los dedos al compañero al que le había tocado lucir penacho de plumas.

Muchos crecimos interpretando esos roles que nacían de las películas de vaqueros de los sábados por la tarde. Y muchos descubrimos, pasado el tiempo, lo equivocados que estábamos.

Gregorio Doval nos presenta la historia de los indios norteamericanos con toda su crudeza y toda su complejidad. Eran tantas y tan variadas las tribus que poblaban Norteamérica, aunque sólo nos hayamos acostumbrado a los nombres de unas cuantas, que resulta pavoroso saber que la mayoría de ellas fueron exterminadas.

El ansia del hombre por hacerse con nuevas tierras no la inventaron los estadounidenses, no se vayan a pensar. Tampoco la ambición desmedida, ni la intolerancia o la intransigencia, ni siquiera la crueldad gratuita. Ellos sólo hicieron uso de esas herramientas, como muchos hombres de su época y de otras pretéritas o futuras. Y sólo hace unas décadas han reconocido su error y el daño que causaron a una cultura milenaria que se vio invadida, expulsada, masacrada y prácticamente exterminada.

Leer Breve historia de los indios norteamericanos provoca tristeza. Y rabia. Pero es al mismo tiempo una aventura plagada de pequeñas maravillas en forma de personajes como Nube Roja, Toro Sentado o Caballo Loco. Con paisajes y enclaves como Las Colinas Negras, sagradas para los sioux. Con escenarios terribles, como Little Big Horn o Wounded Knee. Es la historia breve, cierto, de toda una raza cuya vida sencilla hoy miramos con nostalgia. De tratados ignorados y de traiciones, de epidemias y expolios, de persecuciones, matanzas y éxodos. De héroes y tumbas, como diría Ernesto Sabato.

Gregorio Doval ha realizado un trabajo metódico y riguroso, con evidente parcialidad hacia los indios. Siguiendo un orden más o menos cronológico, nos los encontramos en sus lugares de origen antes de la llegada del hombre blanco y desde ahí vamos avanzando hasta la época actual, en la que les han sido restituidos sus derechos. Es cierto que hay tantas tribus, escaramuzas, batallas y personajes que resulta difícil asimilar toda la información. Por eso no es un libro para leer de un tirón, sino para recorrerlo a pequeños pasos e ir descubriendo a sus protagonistas poco a poco.

Se echan de menos algunos mapas por el camino para ubicar bien episodios, rutas o fronteras, pero lo cierto es que no representa un obstáculo insalvable para adentrarse en la historia.

Y es una historia apasionante.
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