viernes, 14 de noviembre de 2008

Rufino Fernández - La sombra del mercenario

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Reseña - realizada por Pilar Alonso y publicada en www.ciberanika.com


Editorial El Andén
380 páginas
Género: Novela



Abato es un íbero lacetano que, para huir de un amor no correspondido, decide alistarse en las tropas de Aníbal. Pronto formará parte del entorno más próximo al caudillo y gozará de su confianza.

El ejército de Aníbal luchará contra el Imperio Romano en varios frentes, en algunos de los cuales el mercenario Abato deberá llevar a cabo una serie de misiones de lo más trascendentes.

Ya en su vejez, retirado y aguardando la muerte, Abato recordará algunos de los episodios más importantes de su vida.


Opinión


La sombra del mercenario es una novela histórica bien documentada y escrita con esmero, en ocasiones incluso con poesía, con algunas frases hermosas que ilustran a la perfección los sentimientos y las pasiones de un soldado.

Escrito en primera y tercera persona, el autor alterna los párrafos en los que habla Abato desde su vejez con los que narran fragmentos de las campañas de Aníbal. Mediante saltos hacia delante y hacia atrás, Rufino Fernández hace un recorrido por algunos de los episodios que marcaron el transcurso de la Segunda Guerra Púnica, con lo que no nos encontramos con una novela tan lineal como fue la de Gisbert Haefs, sino con retazos que ilustran acertadamente una época y un hombre.

A pesar de la originalidad del planteamiento, dicho recurso puede representar un problema para el lector. Los párrafos escritos en primera persona cortan del desarrollo de algún acontecimiento con las reflexiones del mercenario y, pese a lo sugerentes que son en la mayoría de los casos, pueden entorpecer la lectura. Más aún si tenemos en cuenta que muchas de esas reflexiones giran en torno a los mismos temas e idénticos pensamientos, con lo que resultan un poco repetitivos: el lobo que merodea por el refugio, la creencia o no en los dioses y su próximo fallecimiento acaparan casi la mitad de dichas intervenciones.

Cada capítulo se inicia con la cita de alguno de los clásicos: Horacio, Ovidio, Séneca, Virgilio o Cicerón entre otros, y ese detalle dota a la novela de una carga extra de calidad, en una obra que ya la posee por sí misma. Y es que La sombra del mercenario no sólo está bien escrita, es que además resulta de lo más atractiva. Episodios escogidos, narrados con elegancia y con grandes dosis de sangre y vísceras, consiguen cautivar al lector hasta el final, que culmina con los hechos con los que se inicia la novela. Esa sensación circular, ese broche que antecede a la palabra “fin”, consiguen que el lector cierre sus páginas con la agradable sensación de haber concluido una etapa.

Ritos funerarios, referencias a Herodoto, Homero e incluso Confucio, mitología, extensos conocimientos sobre armamento, técnicas de combate, los distintos pueblos de nuestra geografía, la vida de los gladiadores... y personajes reales codeándose con naturalidad con los ficticios, son algunos de los aspectos documentales que caracterizan la novela, y que proporcionan un ambiente en el que es fácil sumergirse para acompañar a Abato en su periplo.

Si a todo ello le añadimos una serie de mapas y una extensa cronología al final, tenemos una obra de lo más sugerente, que hará las delicias de los amantes de la novela histórica.
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1 comentario:

Salvador Díaz dijo...

Aunque le pase lo que dices de que el cambio de primera a tercera persona entorpezca la lectura, por lo que dices está muy bien.

Tal vez para navida, porque la segunda guerra Púnica no es mi fuerte, pero muchas gracias Pilar.